Ramón García Alcaide

Ramón García Alcaide

Ramón García Alcaide, hijo de una familia dedicada al campo, nació en 1948 en el popular barrio de Larache de Ciudad Real. Pero no estaba destinado a ser agricultor. Desde los primeros años de su infancia sintió la inclinación de la venta. Por eso, con tan sólo 9 años, ya buscó su primer trabajo. Nada mejor que dirigirse a su vecino, panadero, para ofrecerse a repartir pan en un carrillo. Le aceptó y duró en el puesto tres días. No podía con la caja. Pero cobró 21 pesetas de sueldo. El primero de su vida. Lógicamente Ramón asistía también a la escuela, que entonces llegaba hasta los 14 años, aunque eran muchos los niños que la abandonaban sin llegar a dicha edad, algo que él ya había intentado con el pan. Pocos años después, con ya más fuerza física, sus vecinos panaderos volvieron a ofrecerle el empleo de repartidor, el cual desempeñó, ya de forma plenamente satisfactoria, hasta que se marchó al servicio militar.

El reparto empezó haciéndolo con un pequeño carro, pasó a una bicicleta, posteriormente lo hacía con una moto para, finalmente, terminar con un coche, gracias a Nicanor y Joaquín.

Cuando le llega la hora de hacer la mili marcha a Madrid, en concreto a Alcalá de Henares, y posteriormente a Cuatro Vientos. Nos encontramos en el año 1970. En el Ejército pasa 12 meses, tras los cuales regresa a Ciudad Real.

Inmediatamente se pone a buscar trabajo y al poco tiempo encuentra empleo como repartidor con un camión en la empresa de refrescos Kas. El recorrido lo realiza por la provincia y en este puesto permanece siete meses. No fue más tiempo porque, como afirma Ramón, “no me adapté, lo dejé el día 25 de julio, día de Santiago porque no me entendía bien con el jefe de depósito”.

Tras estar un breve espacio de tiempo buscando trabajo se incorpora a la empresa de alimentación SPAR de Torrijos donde se le enseña parte de su oficio como comercial. Nos encontramos en el año 1972 y en este puesto permanece hasta 1975 cuando le ofrecen la provincia como representante de Carbonel y Cia, de aceites y derivados. Ya en al año 1978-79 se incorpora a la cervecera de Santander Skol como gestor provincial, en esta ocasión apoyado por dos amigos: Fernando Cárdenas y el Chatillo Galiana, “Pepe”.

Gracias a ellos sigue en este sector que “tantas alegrías y dificultades me ha dado, por los horarios, las noches, además de dejar a mi mujer durante muchas horas y días sola y al cuidado de los dos chicos; gracias a todo eso tenemos hoy lo que tenemos”, afirma Ramón.

Pero en un sector en plena ebullición, en 1988 la Unión Cervecera, Skol, decide prescindir de sus delegaciones y ofrecérselas a los delegados la dirección y distribución de cada provincia. Ramón acepta ser distribuidor de la marca para la provincia de Ciudad Real y, por primera vez se convierte en su propio jefe. Ya es empresario y parte con un equipo de unos cinco trabajadores.

Pero Ramón García es hombre inquieto y emprendedor y rápidamente aumenta el número de productos en su empresa “Distribuciones Ramón García Alcaide S.L.”, como aguas, zumos y refrescos de diversas marcas. A la vez empieza a aumentar su flota de camiones y… “hasta el día de la fecha”, nos confiesa.
Pero todo esto, tan sencillamente contado, no ha sido un camino de rosas. El mercado ha estado en constante evolución, sufriendo todo tipo de cambios, y con muchas marcas y grupos en constante competencia.

Así en el año 1990 el Grupo Cruzcampo (Heineken) compra Skol. A la vez en Ciudad Real existía Cervezas Calatrava. Esta situación, de doble pinza, deja a Ramón sin sitio. Pero justo en el momento en el que se queda sin Skol es inmediatamente fichado por Cervezas El Águila, que le tiene muy controlado, para distribuir sus productos. Esta distribución dura hasta el año 2003, aunque no era para toda la provincia, sino para una amplia zona alrededor de la capital y poblaciones como Almagro, Puertollano, Almodóvar y Almadén.

En el año 2003 se vuelven a complicar las cosas.

Pero cuando una puerta se cierra otra se abre. O al menos este empresario ha sabido encontrar siempre una puerta para salir de cualquier atolladero. Perder el Águila y encontrar a Mahou fue todo uno, ya que lo acababa de dejar Bodegas Galiana. Apenas transcurrieron unos días entre el cambio de una marca a otra. Recuerda perfectamente que fue el 4 de febrero del 2003.

Distribuciones Ramón García Alcaide

Pero como ha sido habitual en éste ciudarrealeño empeñado en vender, no había marca que se pusiese a su alcance que no incorporara a su catálogo. Por eso en ese momento ya contaba con La Casera y Schweppes, importantes marcas líderes nacionales que habían eliminado su propio depósito y eligieron a Ramón García Alcaide para su distribución por la garantía que le daban tanto sus instalaciones y flota como el merecido prestigio de su capacidad, algo que años antes ya había visto muy bien El Águila.

Para llevar a cabo todos estos negocios había partido de unas instalaciones iniciales que se encontraban en la carretera de Carrión. Posteriormente, dado su amplio volumen de negocio, se traslada, en el año 1991, al Polígono de Larache, donde empezó con 3.000 metros, más otros 3.500 de una ampliación posterior, lo que da en la actualidad 6.500 metros cuadrados de instalaciones distribuidos en tres almacenes divididos en patios y naves. En cuanto a la flota, que va desde furgonetas a camiones de gran tonelaje, supera la veintena de vehículos. Bien es verdad que en sus inicios empezó con cuatro unidades.

En cuanto al número de trabajadores, incluidos los pertenecientes a la propia familia, son 24 en la actualidad, el mayor número que ha tenido desde su fundación. Y ello pese a que la crisis la ha notado ya que han bajado las ventas en “hasta en un 40 por ciento”.

Una de las virtudes de este distribuidor es que siempre ha sido fiel a las marcas y eso ha sido siempre muy bien valorado. Esta fidelidad se manifiesta en que, pudiendo distribuir varias marcas de un solo producto (por ejemplo dos distintas de cerveza) Ramón siempre ha mantenido una sola “porque no debe venderse marcas que se hagan competencia entre ellas, se debe respetar la marca siempre que ellos te respeten a ti, cosa que por otra parte no siempre hacen; exclusividades no existen, pero no es ético. Y yo siempre he sido muy honrado con las marcas”, afirma. “Yo siempre aporto el compromiso de tener la exclusiva al cien por cien”. En estos momentos, entre otras, lleva las marcas propias de Mahou, Carlsberg, Salobreña, Lanjarón, el Grupo Vichy Catalán, Solán de Cabras, Grupo Lactalis (uno de los más importantes de Europa de industrias lácteas con Lauki, President, Puleva…, mientras que su área de distribución comprende Ciudad Real y los pequeños pueblos más cercanos a la capital en directo, mientras que cuenta con almacén para Puertollano, Almadén, Miguelturra y Pozuelo. También se distribuyen algunas marcas de agua a nivel provincial.

Esta distribución está destinada al sector hostelero y pequeño comercio, mientras que las grandes superficies se sirven directamente de fábrica. Como curiosidad debemos apuntar que su mejor época, en cuanto a ventas, fue el periodo comprendido entre los años 1998 y 2006.

En cuanto al futuro de Distribuciones “Ramón García Alcaide”, está en buenas manos, en las de sus dos hijos, Rosa Marina, vinculada a la administración y Juan Ramón, responsable de almacén y logística, que han crecido con el negocio y siempre al lado de un maestro: Ramón García Alcaide.

Finalmente Ramón quiere dar las gracias a los clientes que apuestan por esta empresa, por sus marcas y servicios, y, cómo no, a un equipo de compañeros -comerciales, almacén, administración y reparto – de esta empresa por el comportamiento y responsabilidad que cada uno tiene asignado. Igualmente mi agradecimiento a todos los jubilados. ¡Gracias, equipo!

Fotos: Ramón García Alcaide