Amor por la música de banda transmitida de generación en generación en la localidad durante más de un siglo y medio

Para encontrar el germen de una primitiva agrupación musical en la localidad de Membrilla tenemos que situarnos en la década de los años sesenta del siglo XIX, cuando llegara a la localidad (procedente de Campo de Criptana y natural de Illana -Guadalajara-) Don Basilio García-Antón. Este pionero musical formó en 1856 un grupo que a la larga fue ganando en componentes y su instrumentalización empezó a asemejarse al concepto de banda que actualmente tenemos.


Como siempre en este tipo de agrupaciones los comienzos fueron muy difíciles y durante décadas el número de componentes varió según la etapa; hasta que podemos hablar de una consolidación del conjunto en 1933 cuando Don Emilio Cano García-Antón, nieto de aquel Don Basilio que se involucrara con la actividad musical local, se hizo cargo de dirigir una primitiva Banda de Música durante más de dos décadas. Con su marcha al Viso de Marqués, tras la obtención de la plaza de Director de Música, en 1955 coge la dirección de la agrupación musical uno de sus sobrinos: Don Andrés Crespo Cano.

Izq.: La Banda de Música de Membrilla en 1968. Centro: La Agrupación Musical de Membrilla en los años 50 del siglo XX. Dcha.: Miembros de La Banda de Música de Membrilla en los inicios de los años 70, en la festividad de Santa Cecilia.


Durante más de una década, de 1955 a 1966, estuvo en el cargo Don Andrés concertando actuaciones con el Ayuntamiento, para procesiones y conciertos – sobre todo los denominados “Conciertos de Verano” siendo el más importante del año el que se celebraba cada 18 de Julio en el salón de actos de la Sociedad Cultural “La Protectora”-.


En el año 1966, sustituyó al anterior en el puesto de Director de la Banda Municipal Don Rafael Cano López-Peláez quien desarrolló su labor hasta el momento de su fallecimiento en 1975. En ese momento y por diferentes causas el grupo se deshace, dejando huérfana de la tradicional música de banda a la localidad de Membrilla durante ocho largos años.

A la izquierda; Rafael Cano López-Peláez, director de la Banda de Membrilla de 1966 a 1975. En el centro; el director Don José María Blanco en los años 90. A la derecha; Emilio Cano Jiménez, tataranieto del fundador de la Banda de Membrilla, frente a la Banda de la Asociación Musical Maestro Emilio Cano en la subida de la Virgen en 2006.


En todo este devenir histórico diferentes nominaciones para la reconocida por todos como Banda de Música local, nombre más habitual. En 1933, 1944 y 1966 se definió como Banda Municipal, otros años simplemente Banda de Música y desde 1970 a 1974, como Agrupación Musical Maestro Emilio Cano.


En 1981, las inquietudes de algunos músicos locales junto con la corporación municipal del momento, consiguieron formar una nueva agrupación, que de forma independiente al ayuntamiento, fue dirigida por Don José María Blanco y Emilio Cano.


Llegada la década de los años noventa del pasado siglo XX, algunas discrepancias hacen que algunos músicos se desvincularan de la Banda de Música, quedándose como único director Don José María Blanco. Durante estos años, además de las actuaciones locales, la Banda participa en fiestas patronales de pueblos vecinos y entra a formar parte del Ciclo de Encuentros de Bandas de Castilla-La Mancha. De esta forma, la banda visita ciudades como Elche de la Sierra, Tobarra, Minaya, Camuñas, Almuradiel…


En 1993, a partir de la aparición de una segunda banda de música en Membrilla, se empieza a barajar la opción de legalizar la situación de la Banda de Música de Membrilla y adoptar un nombre para dicha agrupación; por lo que en el año 1997 la Banda de Música de Membrilla pasó a denominarse Banda de Música “Virgen del Espino” en honor a la patrona del pueblo.


Actualmente en Membrilla nos encontramos con dos agrupaciones musicales que han heredado el amor a la música de banda transmitida de generación en generación en la localidad durante más de un siglo y medio.


La primera denominada Agrupación Musical Maestro Emilio Cano. Se trata de una Asociación Cultural sin ánimo de lucro, cuyos fines principales son el fomento de la música de Banda, la formación de músicos y la asistencia a conciertos. Entre sus logros debemos destacar como en 2013 participó en el World Music Contest de Kekrade (Holanda), considerado el campeonato del mundo, donde se alzaron con la medalla de oro; y en 2014 se proclamó campeona del Primer Certamen Regional de Bandas celebrada en Mota del Cuervo (Cuenca), siendo su director Don Gustavo Ramírez López-Villalta.

A la izquierda; la Agrupación Musical Maestro Emilio Cano. A la derecha; la Banda de Música Virgen del Espino.


La segunda es la ya citada Banda de Música “Virgen del Espino”. A lo largo de sus casi treinta años de existencia han ejercido los cargos de director de la banda Don José María Blanco y, actualmente y de forma conjunta, Don Jesús Herrera y Don Pablo Labián. Como uno de sus últimos logros está la grabación de un CD dedicado a los pasodobles que hemos interpretado durante toda nuestra existencia y que tuvo una gran acogida, agotándose la primera edición a las pocas semanas de salir a la venta. Además es digno de resaltar que ha participado en varias ediciones en los Ciclos de Conciertos al Fresco organizados en el templete del popular Parque del Retiro en Madrid.


Como podemos ver, pocas tradiciones son capaces de sostener el paso del tiempo, de mantenerse de manera perenne como el cariño y afición por la música; lo que ha permitido que, en Membrilla, haya sobrevivido a tantos y tantos desafíos durante más de ciento cincuenta años.


La afición popular por la música en Membrilla es un baluarte que ha sobrevivido conservando en negativos fotográficos algunos retazos que permiten reconstruir las piezas de un puzle que la memoria colectiva no puede olvidar.


Hoy el homenaje al buen hacer de sus directores que supieron inculcar la pasión por la música y a todos los membrillatos que mantuvieron su afición musical siempre firme ante el desaliento y las etapas de menor apogeo artístico.

Texto: Ángel Martín-Fontecha Fotos: Banda de Música Membrilla