Suele decirse que las leyendas tienen siempre una base real. Si, después de visitar la maravillosa universidad cisneriana, salimos por una discreta puerta lateral, veremos una plaza ajardinada en la que late deprisa la vida cotidiana de Alcalá de Henares. Esa plaza, llamada de Cervantes, está presidida por la estatua del escritor, figura que nos acompañará mientras caminemos por el casco antiguo, y cuyo nombre figura como un hito principal en el calendario de Alcalá.

En qué medida Miguel de Cervantes estuvo vinculado con la ciudad complutense ha sido objeto de largos debates; hoy nos moveremos por apenas un par de manzanas del casco viejo alcalaíno, lugares donde la presencia de la familia de Cervantes se mueve en la neblinosa frontera que une lo legendario con lo histórico.

Izq.: Patio del Museo Casa Natal de Cervantes. Centro: Fachada del Convento de la Imagen. Dcha.: Portada del Convento de la Imagen.

Empezaremos la ruta por el Museo Casa Natal de Cervantes, en la calle Mayor. No hay acuerdo sobre si el escritor nació en este lugar o no, pero sí se sabe que su familia residió aquí. Hoy, un museo que nos permite adentrarnos en una vivienda del siglo XVI en la que, en un ambiente cervantino, se ha recreado el modo de vida de esa época.

Ya anticipamos que esta ruta no es para caminar: no andaremos mucho hasta la siguiente parada, en el portal contiguo. Se trata del Hospital de Antezana, cuya larga historia se remonta al siglo XV, dato que lo convierte en el hospital en uso más antiguo de toda Europa, y al que los alcalaínos, acostumbrados a verlo desde hace tanto tiempo, llaman cariñosamente “el hospitalillo”. En la visita, en la que veremos el aljarfe mudéjar que cubre una de las estancias, o el patio que, como en el edificio vecino, nos lleva al siglo XVI, nos hablarán de dos personajes singulares. Nos contarán acerca de la presencia de San Ignacio de Loyola, que se alojó en el “hospitalillo” mientras estudiaba en Alcalá, y podremos ver la cocina en la que, literalmente, fue cocinero antes que fraile…

Nos hablarán también de Rodrigo de Cervantes, el padre del escritor cuyos recuerdos de familia guían hoy nuestros pasos por Alcalá. Sin documentación que lo acredite, es la arraigada tradición la que sostiene la idea, verosímil, de que Rodrigo de Cervantes, cirujano (“sangrador”), residente en el edificio contiguo, trabajara habitualmente en Antezana, hospital que cuenta además con una nada desdeñable ampliación del siglo XIX.

Portada y patio del Hospital de Antezana (Fotos: Carlos Caballero).

Caminamos apenas cien pasos y terminamos este pequeño recorrido urbano por Alcalá en el Convento carmelita de la Purísima Concepción, popularmente conocido como “de la Imagen”, denominación que se atribuye a la escultura que corona la portada, una obra excepcional de Alonso de Covarrubias. Fue fundado en 1563 por sor María de Jesús, dentro de la línea reformadora impulsada por Santa Teresa, y pronto se instaló en este palacio gótico que se transformó en convento después de algunas reformas.

Del convento, en el que se hospedó varias veces Santa Teresa de Jesús, fue priora la hermana de Miguel de Cervantes, Sor Luisa de Belén. Dado que se trata de un convento de clausura, no podremos visitar su interior, con una escalera monumental y un patio columnado, quizás obras también de Covarrubias. Pese a la pequeña decepción con la que el turista cierra este recorrido cervantino, esperamos que no olvide admirar que de pocos escritores tan universales como Cervantes hay tantos recuerdos familiares en tan poco espacio. Y que, más allá de las dos manzanas visitadas hoy, nos aguarda, inacabable, Alcalá de Henares.

(La información sobre la visita del Museo Casa Natal de Cervantes está disponible en la web https://museocasanataldecervantes.org/; el Hospital de Antezana se visita con visita guiada previa reserva en los teléfonos 619 289 144 / 680 799 356 o en reservas@alcalaturismoymas.com)