Su primera gran oportunidad le llegó en 1973 con “Luna de papel”, una película en la que actuó junto a su padre, Ryan O’Neal (“Love Story”). Obtuvo críticas excelentes, y era innegable que la pequeña protagonista robaba todas las escenas. Había nacido una estrella. Esta devoción de público y crítica se confirmó en los Oscars de 1973, y se convirtió en la ganadora más joven de la historia de los premios. Pero tras sus primeros éxitos le costó encontrar trabajo porque era malísima en los castings. Aun así, llegó a ofrecer otra interpretación estelar junto a Walter Matthau en “Los picarones” y volvió a compartir set con Bogdanovich y su padre en “Así empezó Hollywood”. Y entonces llegó la adolescencia. Tatum O’Neal tenía apenas 15 años y ya salía de fiesta en el icónico Studio 54, se hizo novia de Michael Jackson y convirtió a Cher en su madre adoptiva. Su relación con las drogas empezó a intensificarse, convirtiéndose en uno de los grandes problemas de su vida. En 1986 se casó con el conocido tenista John McEnroe, con el que tuvo tres hijos pero le quitaron la custodia. Además la relación con su padre fue nula durante 25 años. Recientemente, la actriz ha hablado sobre el abuso sexual y en 2018, escribió en su Instagram sobre los abusos sexuales que sufrió de niña y adolescente.