Emprende y elige tu futuro

Fintech, support system, burnout, movimiento slow, KPI, NPS… La mayoría de los ciudadanos desconocerán el significado y contexto de estas palabras y, así, a bote pronto, pocos de ustedes sabrán si estamos hablando de términos empresariales, de modalidades de pago, de índices bursátiles o de técnicas de cocinado del pisto manchego. Y es que el mundo del emprendimiento es complejo, vaya si lo es, que se lo digan a las personas involucradas, pero a la vez tremendamente interesante, atractivo y abierto. El abanico de opciones y oportunidades es enorme, para empezar hace falta que cualquier persona tenga una idea innovadora y la ponga en marcha, en un proyecto empresarial nuevo o en una empresa ya establecida. Emprende y elige tu futuro.

Cuando el recurrente discurso mediático tacha a España de ser un país poco emprendedor, de que hay que emprender más, de que nos falta iniciativa, que presentamos pocas ideas innovadoras, que no llegan las ayudas, que falta financiación y sobra burocracia, la verdad es que bajo esta conocida capa superficial, con algunas cosas más ciertas que otras, pocos se atreven a mirar debajo, a conocer el fondo y a poner el foco en lo más interesante. Y lo más interesante es que vamos ganando en ideas de negocio, en innovación empresarial, en colaboración y planificación público-privada, en orientación, en eficacia y eficiencia, en el buen uso de la tecnología y, con ello consecuentemente, en competitividad y en libertad empresarial. Pero esto no es cosa de un día ni siquiera de un año, máxime cuando otros países –quizá algo más avanzados- nos miran de reojo, es cuestión de hacer una apuesta firme y decidida por los proyectos emprendedores e innovadores y de agilizar trámites.

Cuando hablamos de emprender, emprendimiento o emprendedor, la imagen más habitual es la de una persona que tiene una idea de negocio y monta una empresa desde cero, pero es mucho más que eso. El catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Castilla-La Mancha y autor del informe GEM sobre emprendimiento en Castilla-La Mancha, Juan José Jiménez Moreno, señala a Ayer&hoy el hecho del uso, políticamente correcto, del término emprendedor en detrimento de la figura del empresario, el cual mantiene desde hace tiempo algunas connotaciones peyorativas en la sociedad. Del mismo modo, entiende que el concepto de emprendedor debe adjetivarse, no sustantivarse, acompañándolo no solo a personas que montan una empresa, sino que es aplicable al ámbito personal o profesional. Otras fuentes consultadas, como la coordinadora del máster en Iniciativa Empresarial de la Facultad de Derecho de Ciudad Real, María Jesús Ruiz, manifiesta que “no necesariamente emprender significa crear una empresa de la nada, sino también poner en marcha ideas innovadoras en el seno de una empresa que ya está funcionando. Puede suponer el diseño de un nuevo producto o abordar los mercados internacionales cuando nunca se ha exportado…”. De la misma opinión es el secretario general de FECIR, David Plaza, para el que el empresario emprende cuando se reinventa, apostando por nuevas estrategias si las existentes ya no son válidas, y el mejor ejemplo es el actual, donde la reconversión empresarial y la apuesta por la digitalización están siendo el abc de nuestro tejido productivo.

Por su parte, el presidente de AJE Ciudad Real, David Ballesteros, pone el acento en el empresario, “es el peor visto socialmente, como un tirano, cuando es el que genera dinero y riqueza para la economía española” a lo que la gerente de dicha asociación, Alicia Rojas, agrega que la mala fama del empresario es uno de los aspectos que se abordan en las charlas en institutos, con el fin de que los jóvenes que van a dar su primer paso al mercado laboral contemplen la opción de emprender, “el empresario no es un hombre grueso con un puro en la boca, de traje, con chalet y un cochazo, como decía lacónicamente un asociado nuestro, son personas como tú y como yo que han constituido una pequeña y mediana empresa”. Sin embargo, la opción de emprender por emprender tampoco es acertada, “no todo el mundo puede ser empresario, el objetivo es crear un tejido productivo fuerte y estable, de modo que siempre estaremos al lado de ideas o proyectos de negocio viables, con asesoramiento desde el inicio”, subraya Ballesteros. Igualmente, el profesor Jiménez aclara que cualquier persona no posee habilidades, capacidades o competencias emprendedoras, no ya solo para crear una empresa sino para pensar de forma disruptiva y encontrar oportunidades (como ha podido ser la aparición del móvil en nuestro mundo); apenas entre un 5 y un 7 % de la población española manifiesta un perfil emprendedor.

La criminalización del empresario ha provocado que la opción del autoempleo no esté al mismo nivel que el trabajo por cuenta ajena para los jóvenes o estudiantes. “Lo primero que piensa un recién graduado universitario es cuánto voy a cobrar, pero también sería bueno que se planteara crear su propio empleo, que aprovechara sus conocimientos y habilidades para montar un negocio, una idea o una marca”, remarca David Ballesteros. Mientras, la directora del Área de Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Ciudad Real, Mayte Carmona, sostiene que es necesario fomentar el emprendimiento desde las fases más tempranas de la educación, con programas motivadores, simulaciones de empresas adaptadas e impulsando la iniciativa emprendedora en la ESO, donde ahora solo constituye una asignatura optativa; aunque, para otras fuentes, existen magníficos ejemplos de la gran labor del profesorado de Secundaria, confiando en que las materias de Economía sigan presentes en los nuevos planes de estudio.

Panorama actual.- En los últimos años, la actividad emprendedora se ha comportado de acuerdo con las terribles circunstancias y efectos de la pandemia, si bien, como indica el profesor universitario consultado, el crecimiento es el previsible en tiempos de crisis, con más cierres, donde ha habido respuestas más reactivas, con menos riesgo, iniciando menos negocios por motivos de necesidad y con mayor cautela. No obstante, se está produciendo una transformación brutal en el plano digital, como advierten desde AJE y FECIR, “las empresas se están readaptando, acelerando su digitalización, lo que a su vez conlleva el surgimiento de nuevas oportunidades empresariales en el plano tecnológico; con todo ello ganamos en competitividad”. A este respecto, David Plaza insta a un mayor esfuerzo en pro de la digitalización en la provincia, vista como una herramienta fundamental y casi una obligación para las empresas, aunque reconoce la notable labor de la Diputación y de la Junta de Comunidades al respecto; por su parte, FECIR dispone de un programa formativo gratuito de digitalización hecho en colaboración con CEOE y Fundación Telefónica.

Desde la Universidad, María Jesús Ruiz subraya el enorme ascenso del e-commerce como consecuencia de la pandemia, “ha venido para quedarse pero es un mundo que abre muchísimas posibilidades, no solo la de poner en marcha una idea de negocio basada en una plataforma electrónica de envío de productos o servicios a distancia, sino también para la comunicación telemática con clientes, proveedores y, sobre todo, el acceso a la información. Yo imparto Emprendimiento Internacional, y las empresas necesitan muchísima información para decidir a qué mercado enviar su producto. En los 80 no se disponía de la información ni inmediatez de ahora, por lo que la tecnología bien empleada es un ahorro de costes y un aumento de la eficiencia increíble”. No obstante, también defiende a ultranza los contactos personales, “las relaciones empresariales se basan en la confianza, y ésta se genera sobre todo en el cara a cara, por lo que creo que esto no va a perderse”.

Cómo emprender paso a paso.- La realidad emprendedora la viven a pie de calle en AJE, donde muchas de las llamadas van destinadas a solicitar asesoramiento, espacio en el vivero de empresas o un hueco en su amplia oferta de cursos e iniciativas formativas. Pero también disponen de una cohesionada red de contactos y colaboraciones con entidades, como un reciente coworking de mentorización de proyectos con la EOI, gracias al cual se consolidaron proyectos de energías renovables y de cuidados a personas mayores, dos importantes nichos de mercado en la actualidad. Como explica su presidente, “somos el motor provincial para el emprendimiento, tenemos un vivero al cual pueden venir emprendedores jóvenes pero también de 40 o 50 años, les facilitamos un despacho a un módico precio, con sala de juntas, personal y asesoramiento…”.

Cuando una persona con una idea de negocio contacta con ellos, el primer input de análisis es la viabilidad del proyecto, “ha habido gente con todo dispuesto para empezar y se lo hemos tenido que echar para atrás y otros que han partido de cero y ha salido bien”, explica David Ballesteros. Tanto para David como para el resto de fuentes consultadas, las labores previas de información, formación, planificación y asesoramiento son imprescindibles para que el miedo al fracaso y los riesgos se reduzcan y crezcan las posibilidades de éxito, “hay que emprender en algo que sepamos hacer y nos guste, y si nos gusta pero no sabemos hacerlo, es esencial la formación”, comenta Alicia Rojas. Desde la Cámara de Comercio reconocen que la motivación principal de la gente que emprende recientemente es por necesidad, según el registro de la Ventanilla Única Empresarial de 2021, aunque lo ideal sería combinarlo con el aspecto vocacional, “emprender es un camino duro que necesita vocación, capacidades y habilidades que no siempre vienen ‘de fábrica’, por eso es muy importante formarse y asesorarse bien antes de comenzar”. Desde la Federación Empresarial apuntan la necesidad de elaborar un plan de empresa, “que nosotros supervisamos o ayudamos al emprendedor a elaborarlo, con el añadido de tener información de primera mano de la realidad de los sectores y sus problemas al contar con asociaciones sectoriales dentro de la federación”.

Dado el ok a la viabilidad del proyecto, el siguiente paso es la búsqueda de financiación, que puede ser pública, privada o mixta. Más del 80 % de la financiación es privada, según un estudio realizado por FECIR, bien de fondos propios, familiares o créditos, donde entidades financieras cuentan con líneas de microcréditos en muy buenas condiciones; existen asimismo líneas de préstamos participativos o avales bancarios, tales como el Aval Castilla-La Mancha del Instituto de Finanzas, según comenta Mayte Carmona, de Cámara de Comercio. En paralelo a la financiación caminan los programas y convocatorias de subvenciones, de difícil manejo si no se trabaja a diario con ello, por lo que desde la Cámara aconsejan informarse bien antes de empezar, pues podría ser necesario solicitar la ayuda antes incluso de darse de alta. Varios son los lugares a los que se puede acudir en primera instancia, como la Consejería de Economía que publica todos los años convocatorias para el inicio y mantenimiento de la actividad para personas autónomas o el Plan Adelante en el portal www.castillalamancha.es/emprendedores/ayuda. En el ámbito nacional se encuentran los préstamos participativos de Enisa (Entidad Nacional de Innovación) o las ayudas del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) para proyectos de gran inversión o alto componente innovador. A nivel local es importante conocer las convocatorias de los ayuntamientos o los grupos de desarrollo rural. Además, existen otras herramientas como la web www.creatuempresa.org del Ministerio de Industria con un diagnóstico y seguimiento realmente eficaces.

Para el catedrático de Universidad, el quid de la cuestión no es tanto la cuantía de la financiación como el seguimiento o acompañamiento para que la ayuda sea eficaz o incluso la condicionante de recibir formación empresarial obligatoria si se quiere recibir ese dinero. Por su parte, David Ballesteros de AJE vincula la financiación a otro obstáculo importante: la burocracia, argumentando que en la mayoría de ocasiones “no es tanto el hecho de tener apoyos como que no pongan trabas” en la concesión de financiación, de ayudas y, sobre todo, en la aprobación de permisos y licencias, “si se demora demasiado una licencia por inicio de actividad puede conllevar la retirada de fondos por parte del banco, la pérdida de una subvención, el pago adelantado de un alquiler, descapitalizándote y desaprovechando la oportunidad, máxime si es un negocio en el que se quiere aprovechar la estacionalidad o vicisitudes sociales como podría ser la puesta en marcha de una fábrica de mascarillas”. Para Ballesteros, la gota que colma el vaso es la nueva cuota de autónomos que propone el Gobierno, “con la legislación 2023-2031, un autónomo que ingresa 40.000 euros anuales, 3.500 al mes, si le restas la cuota, el IVA y las retenciones, se quedaría como un mileurista; tenemos que incentivar el trabajo y premiar a las personas que se sacrifican y esfuerzan por crear riqueza, no echándoles más cargas”.

Con el ok al plan de empresa, la financiación y las ayudas en trámite (que pueden demorarse una vez iniciada la actividad) es la hora de buscar emplazamiento. El coworking o espacio compartido de trabajo es una buena opción al principio, con instalaciones y equipamientos comunes y un ahorro de costes, aspecto a tener en cuenta cuando se empieza pues los ingresos son algo menores o inexistentes. Otra ventaja es la posibilidad de colaborar o establecer sinergias con otros emprendedores. El principal inconveniente puede ser la pérdida de intimidad al trabajar en un espacio colectivo y el perjuicio de cara a un cliente. En AJE van más allá con un vivero de empresas que mantienen en servicio desde hace mucho tiempo gracias al apoyo del Ayuntamiento de Ciudad Real. Mesas de trabajo comunes, despachos individuales, salas de juntas, además de personal a disposición del emprendedor, asesoramiento, herramientas digitales, red de contactos, charlas, cafés temáticos… “es un gran abanico de recursos con positivos resultados, donde surgen sinergias sí o sí incluso entre proyectos de la misma actividad, como ocurrió con dos productoras audiovisuales que eran competencia”. En este sentido, Ballesteros resalta que en la asociación “no solo van a encontrar un apoyo para sacar adelante una idea de negocio, sino que van a estar arropados por una gran familia que les va a acompañar hasta el final, de hecho yo conocí a mi asesor en AJE y sigue siéndolo”.

Mapa del emprendimiento en España.- La CEOE ha confeccionado un mapa del emprendimiento en España 2021 con interesantes resultados, que FECIR ‘provincializó’ en base a las personas asesoradas. El perfil del autónomo/empresario emprendedor en España es hombre (el 80 % emprende frente al 20 % de mujeres), de 25 a 34 años de edad y con formación universitaria. En la provincia, el perfil de edad sube a entre 30 y 40 años, y un 70 % de los emprendedores son hombres. A este respecto, la Cámara de Comercio de Ciudad Real cuenta con el Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres con el que se intenta reducir esa brecha. Una brecha aún difícil de superar pues, en el caso de Esther –nombre ficticio- lleva 14 años como autónoma, con 33 años de edad y dos hijos, y declara: “Mi compañera y yo hemos disuelto la sociedad y por el fin de cese de actividad me han dado 4 meses de 400 euros después de estar 14 años trabajando; sigo como autónoma, pero ahora estoy sola y con la cuota cada vez más alta”.

Y es que casi la mitad de las personas que emprenden ya han tenido alguna experiencia anterior, con peor o mejor resultado. En cuanto a las motivaciones, más del 70 % detectaron una nueva oportunidad, más del 10 % apostó por proyectos atractivos existentes en el mercado, y casi un 20 % emprendió por necesidad, como último recurso. El 70 % se constituye como autónomo con uno o dos trabajadores como máximo, y el 30 % restante con empresas de hasta 10 empleados. En la valoración de FECIR, David Plaza considera que “se trata de una generación muy preparada, muy bien formada que no encuentra lo que busca en el mercado laboral y piensa que puede aprovechar mejor sus conocimientos en algo propio que no en un trabajo ya creado”.

Un máster profesionalizante.- La profesora María Jesús Ruiz Fuensanta coordina el Máster en Iniciativa Empresarial: análisis y estrategias en la Facultad de Derecho de Ciudad Real desde hace cinco años, donde este curso están matriculados 16 alumnos procedentes de África, América, Asia y Europa (España). Un intercambio cultural que enriquece incluso el propio plan de estudios, sobre todo la parte más práctica, pues no es lo mismo entablar relaciones comerciales en un país árabe que en Estados Unidos, como bien puntualiza María Jesús. Las tasas de graduación están siendo bastante buenas, al igual que los índices de empleabilidad, “ante todo es un máster profesionalizante que prepara a una persona dotándola de todos los conocimientos y habilidades para que pongan en marcha una idea de negocio”, explica.

No sólo pueden acceder estudiantes de grado de Economía o ADE, también ingenieros, al existir un doble máster con el de ingeniería agronómica mediante el cual, tras dos años, un ingeniero agrónomo puede emprender en el sector agroalimentario, prioritario para nuestra región, con una formación avanzada del mundo de la empresa y de la ingeniería.

Para Ruiz Fuensanta, la iniciativa empresarial pasa por dotar a un negocio de nuevos recursos, de nuevas habilidades, de nuevas capacidades para estar en una mejor situación competitiva que otras empresas, donde la innovación se coloca en el centro neurálgico “y no tiene por qué ser innovación de producto, puede ser de proceso o innovación organizativa”.

Por último, la profesora en Emprendimiento Internacional hace una reflexión: “En España estamos a la cola en recursos dedicados a la innovación de toda Europa y eso es un problema que nuestro país debe de resolver si queremos empezar a competir en aspectos que no sean los costes, debemos competir en innovación, en ideas, en productividad y en eficiencia que es lo que nos permitirá crecer en el futuro”.

La Universidad de Castilla-La Mancha ha sido pionera en materia de emprendimiento, no solo con este máster, sino que ya en los años 90 apostó por asignaturas que abordaban este asunto en Administración y Dirección de Empresas e incluso con el nuevo grado se incluyó la posibilidad de que el trabajo fin de grado fuera un plan de empresa. Se creó UCLM-Emprende para dar apoyo a investigadores que crearan una spin-off o al alumnado con espíritu emprendedor, así como otras iniciativas novedosas como la Red de Profesores Emprendedores, una preincubadora, las Junior Empresas, los espacios Idea, o los programas Gran Desafío, Crece o Explorer, o el CIPE, de fomento del desarrollo profesional de sus alumnos de grado.

 

 

Texto: Oliva Carretero Ruiz. Fotos: Ayer&hoy/Pixabay/AJE