Confitería Martín de la Leona

Familia Martín de la Leona en la actualidad

Confitería Martín de la Leona, aunque en un principio no se llamaba así, dio sus primeros pasos allá por el siglo XIX de la mano de María Alfonsa López Villalta. En el año 1895, María Alfonsa López comienza con la confitería en la calle Mayor de la localidad de Membrilla, aunque pronto se trasladaría a la calle Marmaria número 3 (anteriormente calle Botica y calle Reina Victoria) que es desde entonces donde se ubica esta legendaria confitería.

Una de sus hijas, María Josefa Morales López Villalta y su marido, José María Martín de la Leona, fueron quienes siguieron con las riendas del negocio que pasó a llamarse como hoy en día conocemos a esta confitería, Martín de la Leona. María Josefa Morales enviudó muy joven aunque tuvo 10 hijos y muchos de ellos le ayudaban con el negocio. Uno de ellos, José Martín de la Leona, al contraer matrimonio con María Menchén Bellón, se hicieron cargo de la confitería, aunque los hermanos de José seguían vinculados con la pastelería.

Confitería Martín de la Leona

Hermnos Esperanza y José Martín de la Leona

Confitería Martín de la Leona siempre ha sido una empresa muy familiar, que ha ido pasando de generación en generación. Cuando estos últimos cogieron las riendas del negocio hubo algunos cambios en el establecimiento como por ejemplo el obrador, que estaba situado en un sitito diferente al que está actualmente, se cambiaron también algunos hornos de leña por otros más modernos y eléctricos, concretamente sobre el año 1970/1971 fue cuando José Martín de la Leona se hizo con su primer horno eléctrico, y poco a poco fue incorporando más material moderno como cámaras frigoríficas, etc.

En la actualidad la confitería esta regentada por Miguel Ángel y José María Martín de la Leona, hijos de José Martín de la Leona y María Menchén, que son los que nos cuentan bajo estas líneas, la historia de esta entrañable confitería de más de un siglo de vida. Ellos dos, junto a sus mujeres Felicidad y Mari Paz, son los actuales encargados de que este negocio con tanta historia siga adelante. Miguel Ángel y José María recuerdan como en la época que sus padres llevaban el negocio, toda la familia ayudaba en fechas señaladas como Navidad, Semana Santa, San José, San Marcos…y que a día de hoy se sigue haciendo, porque como hemos dicho anteriormente, siempre ha sido una empresa muy familiar.

“Durante el tiempo que nuestros padres llevaban el negocio, toda la familia trabajábamos juntos para hacer nuégados o rosquillos fritos en Semana Santa, hornazos en San Marcos, bizcochos para las Hermandades del pueblo o cuando llegaban las fiestas de los desposorios en Membrilla, estábamos toda la noche trabajando cuando llegaban fechas señaladas”. Hoy en día sigue siendo igual, los hijos y hermanos/as de Miguel Ángel y José María, cuando llegan estas fechas señaladas están todos trabajando como una gran empresa familiar que son.Confitería Martín de la Leona

Aunque cuentan también con gente ajena a la familia que trabaja en el negocio, pero son como uno más. También nos cuentan que antes, en las fiestas de Santiago y las fiestas de San Roque, ponían un puesto de turrón, almendras garrapiñadas y llavecillas de caramelo en el Parque del Espino y también viajaban a San Carlos del Valle donde ponían otro puesto. Si algo destaca de esta confitería es su naturalidad y tradición con la que elaboran sus productos, siempre artesanalmente sin conservantes ni aditivos. Hoy en día tocan muchos más productos caseros que hace unos 30 años.

“En los años ochenta empezamos a elaborar mazapán, bombones, turrones y todo ese tipo de cosas que nuestros padres y abuelos no elaboraban en sus tiempos además de todo lo que ellos nos enseñaron”. Nos referimos a todas esas cosas que han pasado de generación en generación como el mantecado, los rosquillos, las llavecillas de Santiago, la torta de aceite, el cortadillo, la pasta de almendra, el bizcocho, los hornazos, roscas de nuégados…
“Muchas de nuestras elaboraciones las seguimos realizando con los mismos moldes que utilizaban nuestros padres y abuelos, nosotros no tenemos ninguna máquina que nos haga algo, lo realizamos artesanalmente”.

Siguiendo con la gran familia de productos artesanales con los que cuenta esta gran confitería, José María y Miguel Ángel comentan que por ejemplo cuentan con 7 tipos de turrón, entre ellos el de chocolate, de naranja, de café, de nata nuez…y todos los días elaboran productos de bollería como tortas, magdalenas, bizcochos, mantecados, rosquillos de vino….todos ellos realizados artesanalmente y como antiguamente se hacía.

Esta Confitería es conocida por muchos rincones de la geografía española, “nos conoce mucha gente tanto de los alrededores como de otros sitios de España, tenemos clientes de hace muchos años y cuando llegan determinadas fechas nos demandan muchos de los productos que elaboramos”. José María Martín de la Leona es además el presidente de pastelería de la provincia de Ciudad Real y nos cuenta que en el año 1990 se realizó en la localidad vecina de Tomelloso un concurso para el libro Guinness que consistía en la elaboración del brazo de gitano más largo. “Nosotros participamos y elaboramos un brazo de gitano de unos 50 metros, fue algo curioso”.

Confitería Martín de la LeonaConfitería Martín de la LeonaOtra cosa curiosa que nos cuentan es que les encargaron hacer unos “novios” de pan para una boda, “Hicimos unos “novios” de pan que nos encargaron de más de un metro de largo, al meterlos en el horno el pan creció y luego no cogían por la puerta”. También cuentan que han elaborado tartas de 10 y 12 pisos de altura que llevaban en un montador entre 4 personas para algunas bodas que les encargaban. “Nos han encargado algunas veces tartas de 10 y 12 pisos de altura, entre 4 personas y un montador teníamos que trasladar las tartas por las calles de la localidad hasta llegar a la boda que nos la había encargado”.

Sin duda, esta confitería está llena de anécdotas que han pasado a lo largo de sus más de cien años de vida a la vez que ha tenido que pasar por varias remodelaciones, unas tres en concreto, para ir adaptándose a los tiempos que iban viniendo. Hay que destacar además, que el grupo cultural “El Galán de la Membrilla” les distinguió con un reconocimiento a su trayectoria de tantos años y por ser una empresa familiar.

Historia, tradición y cercanía son tres adjetivos que podrían definir a estas cuatro generaciones (y las que vendrán) de maestros confiteros que han sabido mantener la tradición y la calidad de sus productos para que a día de hoy sean conocidos por todos los rincones de la provincia y la región, y por supuesto, por muchos rincones de España. En definitiva, Confitería Martín de la Leona es historia viva del pequeño pero a la vez grande, pueblo de Membrilla.

Fotos: Martín de la Leona