Gaspar Naranjo

Gaspar Naranjo, fundador de la bodega

En el año 1998 Bodegas Naranjo, de Carrión de Calatrava, cumplía 100 años. Hoy, lógicamente cuenta con 116. Para conmemorar el centenario esta bodega editó una memoria la cual nos ha sido facilitada por los actuales propietarios, Ramón y Francisco Muñoz de Cuerva Sobrino, para la elaboración de este pequeño artículo, el cual se basa, casi enteramente, en el discurso que, en aquel momento, pronunció Francisco Muñoz de Cuerva Naranjo, padre de los actuales propietarios. Su resumen lo ponemos entrecomillado.

“Quiero, en primer lugar, no disimular el orgullo que me produce que me llamen VINATERO o BODEGUERO; son para mí títulos que honran a quien los ostenta. Desde que mi bisabuelo fundara esta bodega, en las postrimerías del pasado siglo, ha sido la constante preocupación de nuestra familia. El bisabuelo Gaspar, el fundador, había cursado los estudios de Magisterio aunque no llegó a ejercer, pues casóse con la hija de un agricultor que hacía su propio vino y esto le animó a cambiar el birrete y la palmeta por la moledora y el lagar.

Mi abuelo, siguiendo la tradición de su padre, dejó sus estudios de Medicina para meterse de lleno en el tan querido como poco lucrativo negocio del vino, no sin antes hacer sus “pinitos” en el teatro, formando parte de alguna compañía de aficionados, lo que motivó que le dedicara una semblanza a su amigo, y después consuegro, Paco Cuerva, mi otro abuelo.

La tercera generación, con el nombre de “Hijos de Luis Naranjo”, fue la que ocupó la más dilatada etapa: al frente estuvo mi tío Dionisio Naranjo Recuero sobre el que se han vertido numerosos elogios con respecto de su seriedad comercial, de su total entrega y de su caballerosidad. Nadie se acercó a él pidiendo una ayuda, un favor, una firma para…, que no fuera atendido, y además consiguió que nuestra empresa prosperase y se modernizase en sus instalaciones en pro de una calidad con la que introdujo nuestro vino en gran parte de España.

Transcurrían los primeros tiempos de la década de los 50 cuando, después de unos años de internado en los Marianistas de Ciudad Real, pasé a la Escuela de Comercio.

Mientras tanto mi tío Dionisio, por el que yo sentía auténtica veneración, llevaba el timón de la empresa, bien a nombre de “Hijos de Luis Naranjo” o al suyo propio, la cual era el “modus vivendi” de Carmen, Dionisio y Matilde (mi madre), propietarios del negocio.

Naranjo y familia

El fundador de la bodega junto a su cuñada y parte de su familia

Como los resultados de mis estudios no eran demasiado brillantes, mi madre y mi tío desistieron de tener un profesor mercantil en la familia, a cambio de conseguir un conductor joven para un camión que adquirió la bodega en esas fechas. Poco a poco, en el transcurrir del tiempo, fue cediendo mi tío competencias que recaían sobre mi persona y como representante de los biznietos del fundador, tuve que responsabilizarme, erigiéndome en “El JEFE”, apodo que me han colocado mis hijos, los cuales desde hace bastantes años son los verdaderos artífices de la prosperidad y el excelente funcionamiento de la Bodega.

No quiero terminar sin tener un recuerdo entrañable a la memoria de nuestra tía Carmen, precursora de la Celebración del CENTENARIO, quien supliendo su invalidez física con una inteligencia y tesón poco comunes, fue recopilando los datos que en este pequeño libro están reflejados en simpáticas rimas, o en sencilla pero bien redactada prosa.

Es mi mayor ilusión que sean mis nietos quienes den continuidad a nuestra labor, formando la sexta generación familiar que, con tesón y orgullo, trabaja en pro de este apasionante mundo de la vinicultura”.

Stand Bodega Carrion

Pabellón presentado por Carrión en la Feria del vino de 1952

Dentro de la mencionada memoria se publica una extensa relación de efemérides que en su totalidad ocuparían un buen número de páginas de esta revista. Reproducimos sólo algunas de ellas puesto que son puntos clave de la historia de esta importante empresa familiar.
Con el nombre de “Gaspar Naranjo-Vinos” fue inaugurada la Bodega en el año 1898.

La casa tenía representantes en varias poblaciones de España. El vino se facturaba a los clientes en cubas de madera que facilitaba la casa y todos los días iba el carro con vino tirado por reatas de mulas a la estación de Ciudad Real.

En septiembre de 1920 el fundador cedió el negocio de vinos a sus hijos Luis y Hermenegildo, constituyendo éstos una Sociedad Regular Colectiva bajo la razón social «HIJOS DE GASPAR NARANJO».

En el año 1923 se compró el primer camión con el que se llevaba el vino a facturar a la estación de Ciudad Real y en 1925 se hicieron las primeras tinajas de cemento armado.

En 1927 fallece Hermenegildo, y se disolvió la sociedad quedando la Bodega a nombre de «Luis Naranjo Hijo y Sucesor de Gaspar Naranjo». Este mismo año, en octubre, murió el fundador.

En 1930, sólo tres años después del fallecimiento de Hermenegildo muere Luis, cuando su hijo mayor, Dionisio, tenía sólo veinte años. El negocio continuó siendo propiedad conjunta de sus cinco hijos: Adriana, Carmen, Dionisio, Matilde y Gaspar, y dirigido por Dionisio que estaba haciendo el servido militar en Ciudad Real.

Año 1936. Con la Guerra Civil, en zona roja, sin comunicación con varias capitales y pueblos, todo quedó paralizado. Matilde y su marido Ramón Muñoz de Cuerva marchan a Madrid; fallece Gaspar como consecuencia de la guerra, Dionisio es detenido en varias ocasiones, y se pasa por momentos muy difíciles. Sin embargo al llegar la vendimia ésta se puede hacer y también el vino.

Año 1937. Continúa la Guerra Civil, Dionisio se incorpora a filas y con él, Emeterio y Benedicto, por lo que el negocio es atendido por el bodeguero Anastasio junto con Julián Ruiz que se encarga de la oficina. Como siguen pidiendo quintas Julián también se incorpora. Entonces Francisco Muñoz (padre de los actuales dueños) se hace cargo de la oficina.

Actuales dueños Bodegas Naranjo

Ramón, (a la izquierda) y Francisco Muñoz de Cuerva Sobrino (a la derecha), actuales propietarios de la empresa, junto con su padre (en el centro)

Año 1938. Sigue la guerra y siguen pidiendo quintas, parte de la uva la recogen soldados de la retaguardia, sólo queda en la bodega Anastasio.

Año 1939. El primero de abril terminó la guerra y el 30 de Abril del mismo año murió Ramón. Después de nuevas particiones por el fallecimiento de Gaspar y Ramón, quedó la bodega propiedad de Dionisio, Carmen y Matilde.

Desde 1941 a 1948, en que se cumple el 50 aniversario de la fundación de la Bodega, ésta se repone de los desperfectos ocasionados por la guerra. La uva se descargaba en el jaraíz y las moledoras funcionaban con motores eléctricos. Después se hicieron tinajas, chilancos y se introduce con el paso de los años maquinaria más moderna.

Año 1974. En esa fecha se jubila Dionisio y pasa la dirección a Paco.

Año 1986. El 5 de septiembre falleció Dionisio Naranjo Recuero, uno de los sucesores que más años llevó la dirección de la Bodega, exactamente desde 1930 a 1974.

Año 1987. Los hijos de Dionisio, por no poder atender el negocio, deciden vender a su primo Paco la media bodega y éste se la pasa a sus hijos Ramón y Paco Muñoz de Cuerva Sobrino, actuales responsables de la misma.

Tras 116 años de andadura por la vinicultura, Bodegas Naranjo es hoy una empresa consolidada y preparada para afrontar el reto de la incorporación al Mercado Único de la Comunidad Europea.

Texto y fotos: Bodegas Naranjo