Ana López Casero es farmacéutica, madre de tres hijos, directora general de la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha, Consejera de APD Castilla-La Mancha, miembro del Consejo de Dirección del Instituto de la Mujer de CLM y titular de oficina de farmacia. Fue presidenta del Colegio de Farmacéuticos de CR durante diez años, presidenta de su Consejo Regional, presidenta de Unión Interprofesional, miembro del Consejo Rector de Caja Rural de Ciudad Real y Directora de su Fundación.
Pregunta.- ¿Cómo una profesional de la Farmacia entra a desempeñar cargos en una entidad financiera?
Respuesta.- La verdad es que mi propia inquietud personal y vocación de servicio, si lo podemos llamar así, es la que me ha llevado a lugares no pensados en los inicios de mi carrera. Soy farmacéutica y siempre me imaginé dentro del mundo sanitario. Siendo presidenta del Colegio de Farmacéuticos de CR y de Unión Interprofesional de CR, que como sabe es la Asociación formada por 17 Colegios profesionales de Ciudad Real, me invitaron a formar parte del Consejo Rector de la entonces Caja Rural de Ciudad Real, donde durante seis años pude conocer en profundidad el sector financiero y el sector de las cooperativas de crédito. Aprendí mucho y, sobre todo, comprobé todo el valor que el sector financiero, y de forma más concreta las cajas rurales, pueden aportar al desarrollo de sus territorios. Fue ese aspecto el que me ilusionó de forma vital y creamos la Fundación de la entonces Caja Rural de Ciudad Real. Hoy estoy en otro magnífico proyecto, la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha, donde tengo la oportunidad de seguir desarrollando esta visión y puedo seguir regando el talento de la gente de nuestra tierra, emprendedores, empresarios, jóvenes, mujeres… para que tengan todas las oportunidades de crecer y desarrollarse y hacer más rica y próspera nuestra región.
Mi mensaje siempre es de esperanza, de ilusión y de futuro”
P.-¿Qué encuentra en el día a día para no volver a su profesión original?
R.-Bueno, tengo que decirle que yo, aunque parezca raro, sigo ejerciendo como farmacéutica y lo compagino con el resto de actividades. ¡A mí me encanta la sanidad y mi profesión! Le diré que el mundo sanitario ocupa un lugar importantísimo en mi vida personal y profesional. Es mi raíz profesional. Pero tengo una profunda vocación social desde muy pequeña y una gran inquietud por aportar mi grano de arena en muchos proyectos que yo entiendo pueden mejorar la vida de otros. Esta vocación es la que he canalizado a través de muchos proyectos y que hoy canalizo a través de la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha, y la verdad es que considero que soy muy afortunada. El proyecto tanto de la Caja Rural Castilla-La Mancha como de su Fundación son proyectos fantásticos, ambiciosos en compromiso, innovadores y con mucho impacto de transformación social. El poder trabajar en ellos, creando oportunidades para nuestra gente, es algo que me motiva de forma profunda cada día.
P.- ¿En qué consiste su trabajo actual?
R.- Mi trabajo es una labor de dirección apasionante y, al ser un equipo humano pequeño, combino la estrategia y la acción. Dirigir, en mi opinión, es ponerse al servicio del proyecto y tener muy claro dónde vas, cuál es la esencia y el valor del proyecto y qué lo hace diferente. Y para que esto sea un éxito es fundamental el apoyo de los órganos de Gobierno de la organización y el compromiso y la motivación de lo más importante que puede tener un proyecto: el equipo humano, su talento. Yo intento desarrollar todo el potencial del equipo humano para que su desarrollo personal esté alineado con el desarrollo del proyecto. De forma concreta, el trabajo de la Dirección General consiste en el diseño -bajo la supervisión y el Gobierno del Patronato de la Fundación- de todos los programas, la captación de recursos externos, la gestión del presupuesto, las alianzas institucionales, elegir los partners adecuados en cada programa, supervisar toda la implantación, el marketing, etc. Como ve no me aburro, ¡pero es un trabajo fantástico!
En cuanto a las fundaciones, le diré que son organizaciones sin ánimo de lucro, que realizan fines de interés general. Sus acciones son muy importantes para los ciudadanos ya que desarrollan actuaciones para mejorar la vida de las personas en muchos ámbitos. Yo creo que hoy día las fundaciones son verdaderas plataformas de innovación social y agentes catalizadores de cambios sociales profundos. Hay fundaciones que promueven la cultura, el arte, la cooperación internacional, la solidaridad, el deporte. Nosotros promovemos el desarrollo rural con una doble visión que es canalizada por nuestros dos brazos: el Área social y el recién creado Instituto de Innovación y Competitividad de la Fundación. Y todo esto lo hacemos con nuestros valores: la cercanía, la excelencia, el compromiso, la innovación, la cooperación y la responsabilidad social, que nos guían y nos inspiran para desarrollar una fundación cercana y útil a nuestros ciudadanos.
P.- Háblenos de las acciones que desarrolla en estas áreas y en el Instituto.
R.- Todas las iniciativas que ponemos en marcha tienen un único objetivo: el desarrollo integral de las personas como principio fundamental para conseguir el progreso socio-económico del mundo rural. Para nosotros la base del desarrollo territorial son las personas y si creamos oportunidades para las personas, podremos crear riqueza, empleo y crecimiento económico. Estas oportunidades toman muy diferentes formas a través de nuestros programas.
Desde el Área social desarrollamos diferentes programas que tienen como beneficiarios sobre todo a personas más desfavorecidas y con más dificultades, así como programas de apoyo expreso a la cultura. Sirvan de ejemplo nuestros certámenes para jóvenes creativos en creación literaria, dibujo y composición musical; nuestra convocatoria de ayudas a la inserción laboral de personas con discapacidad; nuestra carrera solidaria -una de nuestras iniciativas sociales más cercanas a los ciudadanos-, o nuestro apoyo a la labor de múltiples organizaciones y asociaciones como Cáritas, Manos Unidas, Unicef…
De forma complementaria al Área social, hemos creado el Instituto de Innovación y Competitividad, que con una visión más empresarial pretende ser el motor de desarrollo y dinamizador de la economía con diferentes iniciativas: foros, estudios económicos regionales, programas de formación directiva, programas de emprendedores y creación de empresas, programas de innovación en pymes, etc.
Como ve en el Área social “damos los peces” y en Instituto, “enseñamos a pescar”, si me permite el símil.
P.- ¿Usted qué hace, desde la Fundación, para acercar Caja Rural Castilla-La Mancha a los ciudadanos?
R.- Lo que hago es dar forma, voz y acción al fuerte compromiso que esta entidad financiera tiene con todas las personas de nuestra tierra y con sus empresas, su tejido cooperativo, su tejido institucional, sus profesionales, sus jóvenes, en definitiva: con sus personas. A través de todos nuestros programas los empresarios, directivos o cooperativas podrán ser más competitivos y seguir siendo motores económicos de primer orden. Las personas, jóvenes o no, que quieran crear un negocio encontrarán también en nuestros programas de emprendedores su oportunidad y la Administración Pública encontrará también en nosotros un aliado para ser innovador en sus formas de gestión. La Fundación es la fórmula de la Caja para salir de la situación económica actual y construir el futuro entre todos.
P.- ¿El hecho de ser mujer, o no pertenecer originalmente al sector de las finanzas, le ha causado inconvenientes en su trabajo?
R.- Yo diría que el hecho de ser mujer me ha dado una sensibilidad y una forma de ver las cosas muy distinta cuando he tenido que dirigir y solucionar problemas importantes en el día a día, que la forma de resolver o enfocar los problemas de otros compañeros hombres.
El hecho de ser sanitaria y haber acompañado a muchas personas en su enfermedad, también me ha dado una perspectiva humana diferente y me ha ayudado mucho a comprender mejor las circunstancias de otros, a empatizar más con los problemas y a querer solucionarlos con trabajo y humildad.
Como todo el mundo que está en lugares de responsabilidad he tenido dificultades, pero para mí son retos y aprendizajes vitales que me enriquecen y me completan como persona.
P.- Como ciudarrealeña, como ciudadana de a pie, qué mensaje desea enviar desde aquí a los lectores de Ayer&hoy?
R.- Mi mensaje siempre es de esperanza, de ilusión y de futuro. Tenemos muchos activos en los que apoyarnos y generaciones anteriores que trabajaron duro para que hoy disfrutemos de muchos derechos. Es necesario que sigamos trabajando todos por salir de la situación económica en la que estamos inmersos, pero es muy importante que conservemos la esperanza. El futuro no existe, está solo en nuestros pensamientos. Podemos construir ese futuro con trabajo, esfuerzo y cooperando con inteligencia por un objetivo común.
Yo creo mucho en la gente y sin duda el Ayer y el hoy nos llevarán a un futuro mejor si no perdemos ni un solo minuto de nuestro tiempo.