Nocha Blanca 2014

Las calles y plazas del centro de la capital se llenaron de ciudarrealeños.

De vez en cuando en España se da la unanimidad. Y no siempre para lo malo: la segunda Noche Blanca de Ciudad Real fue un éxito.

En este reportaje, hecho de breves encuestas a pie de calle, queda la evidencia. Primero, sorpresa colectiva de los organizadores y de los participantes. Segundo, valoración positiva para seguir en la misma línea. En este caso lo de menos es lo que digan los políticos, ha mandado la calle para bien de todos.

Si tuviésemos que resumir en una sola palabra lo que fue la Noche Blanca, celebrada en Ciudad Real el pasado 6 de junio, sería la de “sorpresa”. Porque muy pocas personas esperaban realmente que resultase tal y como fue.

Cualquier persona que, sobre las diez de la noche, recorriese las calles del centro de la ciudad pudo notar que había algo distinto. El gran ambiente que llenaba aceras, terrazas, bares y restaurantes, comercios, plazas, y locales abiertos a diversas actividades, podría parecer el de unas fiestas grandes. Y sin embargo nada tenía que ver ni con La Pandorga, ni la Virgen de Agosto, o el Carnaval. Era algo totalmente distinto, porque se mezclaron elementos de todas esas jornadas con otro totalmente novedoso: la actividad comercial. Porque la Noche Blanca no es en sí una noche de fiesta, ni siquiera cultural, sino una acertada jornada comercial adornada de cultura y ocio, de diversión. La más extraña amalgama que, contra muchos pronósticos, ha resultado ser un éxito total. Y no porque lo diga la concejala de Promoción Económica, que al fin y al cabo siempre se espera que lo diga para cumplir el expediente; ni porque así lo afirmen las numerosas asociaciones empresariales que apoyaron la iniciativa, que también suelen ser muy “políticamente correctos”, sino porque lo dijo la calle, el ciudadano de a pie, que no acababa de creerse lo que estaba viendo.

“Lo que más me ha gustado ha sido el ambiente y la movida y participación de la gente joven. Recomendaría que en Miguelturra se hiciese algo parecido”, afirmaba Pilar Ramírez, una miguelturreña que disfrutaba de las actividades de la noche mientras sus hijos jugaban en el parque del Prado.

“Me ha impresionado el ambiente que se vive en la calle. La gente. Y también en los comercios”, apuntaba su compañera, Pilar Ramírez, que reconocía haber comprado diversos artículos porque “en cuanto a descuentos los hemos visto muy interesantes. Si no, yo no hubiese comprado todo lo que he adquirido. No pensaba gastarme nada pero he aprovechado. Es también una forma de que el comercio viva. Nos aprovechamos nosotros y ellos”, afirmaba esta miguelturreña.

No hay duda de que, sobre todo, fue la noche de los comercios. Así nos lo confirmaba Nuria Pedroche de Sprit, una tienda de ropa que lleva sólo seis meses abierta en la calle Alarcos: “Es una forma un poco más divertida de abrir el comercio en un horario que no es el normal, en horas en las que habitualmente la gente piensa más en divertirse. El resultado para las tiendas es muy bueno. Todo lo que sea fomentar el comercio y publicitar las tiendas es fenomenal. La experiencia de esta noche es muy positiva porque la gente se muestra muy receptiva, especialmente por los descuentos que se hacen en exclusiva para esta iniciativa y que animan a comprar. Su punto más álgido estuvo entre las ocho y las nueve, a última hora de la noche la gente se concentraba más en la Plaza Mayor y Plaza del Pilar”.

“Está funcionando y hacerlo al menos dos veces al año sería una buena idea”, nos contaba Isabel Lázaro, que atareada, atendía a tres clientes a la vez en la peluquería Marco Aldany, en la Plaza del Pilar. Eran ya las once de la noche y la actividad se centraba en las zonas más céntricas de la capital.
El puesto de mando estuvo situado en la Oficina municipal de información turística, y desde allí Antonia Serrano, responsable de la misma, nos comentaba que sobre todo a principio de la tarde había tenido una afluencia enorme de gente, aunque el hecho de haber repartido un gran número de folletos por la calle había evitado aglomeraciones en dicha oficina.

“Hemos organizado una visita guiada para 50 personas y en un momento se ha formado una excursión de más de 100”, afirmaba. “Esta es una noche en la que participa toda la ciudad echándose a la calle. Pero sobre todo se ha logrado una gran participación de establecimientos, tal vez no tanto para vender como para darse a conocer”, terminaba afirmando Antonia.

En uno de estos comercios encontramos a Amparo acompañada de sus jóvenes amigas. Miran ropa, comparan e intercambian comentarios. Aunque satisfechas con la iniciativa no les ha ido muy bien a la hora de comprar. “Para los que somos más jóvenes lo que más nos atrae es recorrer los comercios y disfrutar del ambiente. Creo que la Noche Blanca es una buena idea, sobre todo ahora que económicamente estamos un poco peor, a los comercios y a quienes compramos nos viene bien, aunque creo que deberían hacerse más descuentos. A mí y a mis amigas nos ha defraudado lo poco que han rebajado algunas cosas. Hubiesen atraído más a la gene si hubiesen rebajado más las cosas. Vamos mirando por todas las tiendas, sobre todo ropas. Se supone que sí se abre por la noche es para que se note más la diferencia con el día”, afirmaba esta estudiante de enfermería mientras seguían su recorrido por las tiendas de General Aguilera.

Mientras continuaban desarrollándose actividades musicales en la Plaza del Pilar y la Plaza Mayor: mimo y teatro en cualquier esquina, juegos…, talleres y concursos de pintura en El Prado, en el Museo López Villaseñor y en el de la Merced.

Y para que los mayores pudiesen disfrutar sin que los más pequeños interfiriesen, en el antiguo Casino se había montado una guardería de “campaña”. “Tenemos tres zonas. Una de ludoteca para niños de 0 a 3 años. Otra de talleres para niños de más edad, y una tercera de cantes y bailes para que los niños disfruten de diferentes coreografías. A cada niño se le toman sus datos y el teléfono de contacto de los padres para poderles avisar en el caso de que se presente cualquier problema”, nos informaba María del Hierro Ayala, una voluntaria colaboradora con el Ayuntamiento.

Dentro, los niños disfrutaban de sus talleres o juegos mientras algunos padres vigilaban, o cogían fuerzas para volver a recorrer el centro de la ciudad en plena ebullición. Uno de estos padres era Alexandro Viorel un rumano casado con una ciudadrealeña que vigilaba a su hijos mientras participaban en uno de los talleres de dibujo.

“La Noche Blanca es una idea muy buena, reactiva un poco la economía, la gente sale a la calle. Todo positivo. El horario es también muy acertado, puesto que favorece a las personas que por su trabajo no pueden salir a comprar. Así aprovechan estas horas de la tarde noche para visitar un buen número de tiendas y pueden informarse mucho mejor de lo que se ofrece en las distintas tiendas ya que, en las jornadas normales, les es mucho más difícil. Cuando sales a comprar un día normal, con el tiempo contado, como mucho puedes ver una o dos. Así tienes cuatro horas para recorrerlas todas. Por supuesto que hemos comprado cosas que recogeremos posteriormente en la tienda. Entre ellas un vestido al 50%, así que incluso los precios se notan. Otra gran ventaja de esta noche es la organización para los niños.

Al poderlos dejar haciendo talleres, o en la guardería que se ha montado para los más pequeños, los padres pueden visitar todo el centro de forma más tranquila sabiendo que sus hijos están bien seguros y atendidos. Es algo que se podría intentar hacer más veces, como mínimo dos al año, antes y después del verano”.

Pero no todos los que estaban en la calle buscaban la Noche Blanca. Muchas personas no sabían, o recordaban, que se fuese a celebrar una Noche Blanca. Por eso para ellos fue una gran sorpresa encontrarse este ambiente nocturno, como le ocurrió al matrimonio Luquez, de nacionalidad argentina, y residentes en Ciudad Real desde hace 20 años.

Para ellos la Noche Blanca ha sido algo muy novedoso, en la que además el tiempo ha ayudado mucho para que la gente saliese a la calle, tanto a caminar, como a ver o también a comprar. “Lo que más se nota a primera vista es una sensación de alegría y participación. Creemos que esto ha sido una muy buena idea. Nosotros, que sólo habíamos salido a pasear, hemos terminado haciendo compras. Y hemos visto ofertas”, afirmaba Juan Carlos.

“La Noche Blanca es ideal para que salga toda la familia. Es una gran distracción. Sirve muy bien para huir durante unas horas de los problemas y de las presiones del día a día. Nos encanta la cantidad de actividades y actuaciones musicales que vemos se han programado. Eso da alegría y es lo que la gente necesita. Pero es muy importante que el tiempo acompañe”, terminaban afirmando mientras entraban en una perfumería que rebosaba de clientes.

Y así se fueron manifestando, ante las preguntas de Ayer&hoy, multitud de ciudarrealeños que, bien paseando, bien en terrazas, bien expectantes ante las actuaciones, disfrutaban de una noche apacible, tranquila, con la que se iniciaba un largo fin de semana de ocio, que terminaría el lunes con la celebración de la Romería de Alarcos.

“La Noche Blanca me parece una buena idea, desde luego. No es normal ver una noche así en ciudad Real. Y por lo menos verlo una noche al año viene bien. A mí personalmente lo que más me atrae son las actuaciones, aunque también viene bien que los comercios estén abiertos, porque este horario y planteamiento es un incentivo para que la gente salga también a comprar. Creo que podría hacerse varias veces al año, porque aunque no nos sobra el dinero esta forma de plantear el comercio es un incentivo para todos. No nos esperábamos este ambiente”, nos terminaba diciendo Prado Serna, una trabajadora jubilada de la Junta de Comunidades que, junto con su marido y su perro, disfrutaba de una de las actuaciones musicales que en ese momento se celebraban en la Plaza del Pilar.