En Instagram la siguen más de medio millón de personas, decenas de miles más la ven, la leen y escuchan en El Mundo, Radio Marca, RNE, Y ahora Sonsoles (Antena 3), Zapeando (La Sexta), Órbita Laika (La 2), entre otros programas, además de varios libros publicados top ventas. Marian García, bautizada como Boticaria García (Belmonte, 1982), es una apasionada de la divulgación de la salud, a la que se dedica desde hace diez años cosechando éxitos por todo el país, gracias al tesón personal, aprendiendo de los que más saben, a algunas renuncias y con los pies firmes en la tierra, en su tierra, Castilla-La Mancha, de la que fue nombrada Hija Predilecta en 2022.
“He vivido los diez últimos años como en un parque de atracciones rodeada de buena gente”
Pregunta.- Para los jóvenes que ahora estudian Farmacia, Medicina o cualquier otra carrera científica, ¿les dirías que es posible alcanzar su meta, lo que se propongan, como es tu caso?
Respuesta.- Esas aseveraciones de ‘puedes conseguir lo que te propongas’ o ‘persigue tus sueños’ son muy atrevidas, porque realmente para alcanzarlos hacen falta muchas cosas, como esfuerzo, ganas y también una base sólida, una materia prima. Dicho esto, creo que es posible, animo a todo el mundo a luchar por sus metas, pero sabiendo cuáles son los pasos para conseguirlas y teniendo claro que en esta vida nadie les va a regalar nada.
P.- ¿Qué valiosos consejos de tus padres guardas como oro en paño y qué vivencias recuerdas de tu pueblo natal, Belmonte?
R.- Eché los dientes, empecé a andar y a hablar en la rebotica de la farmacia de mis padres en Belmonte. He sido muy afortunada en mi infancia, he podido jugar a la pelota en la calle con los vecinos del barrio; a nivel general, había una confraternidad entre el médico, el farmacéutico, el veterinario, el maestro y el cura, todo muy vintage, y el hermanamiento de un pueblo en el que todo el mundo se conocía y todos se echaban una mano. Ahora es más complicado incluso en los pueblos, todo ha cambiado, pero quiero pensar que esa esencia sigue presente incluso en las redes sociales, donde he encontrado a amigos que me han ayudado.
P.- Como Hija Predilecta de Castilla-La Mancha, ¿qué supone para ti esta tierra, vienes a menudo?
R.- Habitualmente digo que tengo dos oficios en mi labor divulgadora, la sanitaria y la castellano-manchega, porque me dedico a hablar de ambas casi a partes iguales. Tenemos la suerte de haber nacido en una tierra de la que presumir, tanto por su cultura, su naturaleza, su gastronomía, sus gentes… Poseemos grandes tesoros, muy desconocidos, yo como conquense siempre barro para casa. Pero siempre que puedo vengo a Castilla-La Mancha, para colaborar con las instituciones, los ayuntamientos o por iniciativa propia.
P.- ¿Y Ciudad Real, conoces la provincia?
R.- Sí, hice una campaña estupenda hace un par de años, visitamos sitios que no conocía, como la Motilla del Azuer, en Daimiel no había estado que ya tiene delito; en Villanueva de los Infantes…, estuve varios días recorriendo la región y viendo lugares espectaculares que tuvieron impacto en atraer turismo, aunque nos quedó provincia por recorrer.
P.- ¿Cuándo decidiste dejar la farmacia para ser divulgadora de salud?
R.- Fue una evolución. En 2013 abrí un blog compaginando mi trabajo en la farmacia de día con las publicaciones online de noche; dos años más tarde publiqué mi primer libro ‘El paciente impaciente’ de anécdotas de farmacia, y empecé a aparecer en los medios. La divulgación empezó a requerirme más espacio, con colaboraciones en radio, prensa y TV; comenzaron a llamarme para dar charlas y cursos, y eso me quitaba tiempo en la farmacia, hasta que a finales de 2017 tuve que elegir, apostando por la divulgación de la salud y la ciencia, algo vocacional para mí, lo llevo dentro y lo disfruto mucho.
P.- Cuéntame cómo fue ese momento en que pisaste un plató de televisión por primera vez.
R.- Fue en 2012, estaba en mi botica trabajando; fui a hablar de hidratación a un programa en Canal 13, religioso, con Inés Ballester. Me di cuenta de que había que estar preparada porque cuando terminé la entrevista, Inés Ballester me dijo: “Bueno boticaria, ¿a cuántos vasos de agua equivale una sandía?”, de primeras me quedé fuera de juego, pero había aprendido que una sandía tiene un 95% de agua, y pensé que si 100 gr. equivalían a 95, en 200 habría 190… Hay que prepararse muy bien porque nunca sabes si Inés Ballester antes, o ahora Miki Nadal o Dani Mateo, en Zapeando, van a salir por peteneras y a preguntarme lo que a ellos realmente les importa, no lo que yo quiero contar.
P.- ¿Cómo calificarías estos últimos diez años, desde que empezaste con el blog?
R.- Un parque de atracciones, una montaña rusa en la que he ido para arriba, las bajadas no han sido para caer sino para subir con más fuerza. Un parque rodeada de buena gente, de ir en pandilla.
P.- Te hemos visto en infinidad de situaciones y escenarios, pero con un fin divulgador, en un lenguaje sencillo, donde no falta el buen humor manchego, ¿te atreves con todo o estableces límites?
R.- Humor sí, pero hay que cuidar mucho el lenguaje, siempre hay una frontera entre no herir la sensibilidad de las personas sin perder la libertad, frescura y naturalidad del mensaje. Reviso lo que escribo y a veces releo un post de hace años y pienso que ahora sería impensable escribirlo sin pisar alguna ampolla. La sociedad ha evolucionado y todo hay que medirlo con los ojos de ahora. Pero intento que no me afecte ni pensar en cuantas personas lo van a leer, pienso en cómo lo va a recibir la gente que tengo más cerca, si les va a gustar o les va a hacer gracia lo que digo, es como mi test de cocina, y si está bien tiro para adelante. Siempre va a haber alguien al que no le guste lo que haces, como dice una vecina, no es una croqueta, no le puede gustar a todo el mundo.
P.- Ya tienes sueños cumplidos, pero eres aún muy joven, ¿qué te queda por cumplir?
R.- La verdad es que mi sueño era ir a Saber Vivir, porque en la farmacia me pedían lo que había dicho el médico de Saber Vivir, y yo quería ser como él porque le hacían caso. Finalmente, me convertí en la farmacéutica de Saber Vivir y, luego también en la de Zapeando, con lo que no contaba. Actualmente, desearía que calara el mensaje de mi nuevo libro Tu cerebro tiene hambre, dedicado al sobrepeso y la obesidad. Trata de cómo la publicidad y el marketing atrapan nuestros sentidos y de cómo nuestro cerebro está hackeado hasta el punto de tener hambre recién comidos. La obesidad es un gran problema y hay que trabajarla desde la empatía, intentando acabar con el estigma.
Por lo demás, me gustaría dedicarme más a los viajes, me encanta viajar por Castilla-La Mancha, y a cualquier lugar, mi madre es de Aranda de Duero, a ver si me llaman de allí y hago un tour (sonríe).
P.- ¿Cómo ves la ciencia en España, disfruta de buenas condiciones, hacen falta científic@s?
R.- Hacen falta más recursos; de profesionales vocacionales y preparados estamos sobrados, están repartidos por todo el mundo, mi propia cuñada vive en Nueva York investigando porque es donde ha encontrado un trabajo acorde a su cualificación. Lo que necesitamos son recursos y, si después de la pandemia no hemos conseguido tomárnoslo en serio, la situación es como para no ser demasiado optimista. Aun así, debemos seguir luchando, pero no tendría que depender de quijotes, debería venir estructurado desde arriba.
P.- Colaboras con Unicef y otras Ongs, ¿para ti es vital ser solidaria con los que más lo necesitan?
R.- No me gusta la palabra influencer ni que me califiquen como tal, pero lo cierto es que, gracias a las redes sociales, he tenido influencia para ir a Níger, Senegal, a la frontera con Ucrania, a los campos de refugiados sirios en Jordania y he conseguido recaudar fondos y que la gente se sensibilice. Creo que es lo mejor que he podido hacer con las RRSS. También colaboro con Ayúdame3D, a su fundador Guillermo Martínez lo conocí casualmente en Ciudad Real.
P.- Por último, ¿eliminamos el aceite de oliva de la dieta ahora que está por las nubes?
R.- No, por supuesto que no, es un imprescindible. Eliminaría otras cosas superfluas antes que esto, pero como tick, el aceite de orujo de oliva es más barato, también ha subido de precio, obviamente no es igual gastronómica ni nutricionalmente, pero puestos a coger alternativas, es una opción válida.
Texto: Oliva Carretero Ruiz Fotos: Ayer&hoy, cedidas por Marian García