Dr. Luis Alberto Marín Morales / Traumatólogo Cofundador de MAETRA

El esguince de tobillo es una de las patologías más frecuentes que nos encontramos en la consulta de Traumatología y consiste en la lesión de uno o varios de los ligamentos que dan estabilidad al tobillo. Pero el hecho de su alta frecuencia no va unido a que se realice una terapia correcta. De hecho, es considerada como una de las dolencias peor tratadas en nuestra medicina hospitalaria. Vamos a intentar realizar en este artículo una serie de consideraciones y eliminar falsos tabúes de cara a realizar un buen tratamiento.

En el tobillo existen ligamentos en su parte interna y en su zona externa. Las lesiones más frecuentes, con gran diferencia, se producen en la cara externa. Esta región está protegida por el ligamento lateral externo del tobillo que a su vez está dividido en 3 haces; el que se lesiona con más frecuencia es el haz o ligamento Peroneoastragalino anterior. Las lesiones pueden ir desde una simple distensión del ligamento (grado I), hasta una rotura o desgarro parcial (grado II) o incluso una rotura completa (grado III). Los signos clínicos, por ello, varían desde una leve inflamación y molestia en el grado I hasta el dolor severo, con inflamación importante y equímosis (hematoma) en el grado III. Dependiendo de cómo se trate este esguince desde el primer momento y los días siguientes, conseguiremos o no, una pronta curación y sin secuelas. Un esguince mal tratado puede acabar convirtiéndose en un problema crónico con múltiples consecuencias no sólo en el tobillo sino a largo plazo también repercutirá en rodillas, caderas y espalda.

Que consideraciones debemos tener en cuanto al tratamiento:

1.- En todos los casos es muy conveniente iniciar una terapia con frío local que nos ayudará a bajar la inflamación y el hematoma.

2.- Las inmovilizaciones rígidas, es decir, las escayolas, estarán contraindicadas en prácticamente todos los casos. Solo en aquellos esguinces grado III que produzcan mucho dolor o en aquellos otros en los que tengamos dudas de una posible fractura, se colocará una férula posterior, y siempre por un tiempo muy limitado. La inmovilización solo produce atrofia y pérdida de propiocepción, que es uno de nuestros sentidos más importante, ya que nos permite ubicar nuestro propio cuerpo en el espacio que nos rodea.

3.- El mejor tratamiento para el esguince de tobillo en casi todos los casos es el vendaje funcional. Restringe el movimiento que ocasionó el esguince, pero permite que se realicen con libertad los demás movimientos. Con este vendaje es posible mantener la movilidad del tobillo y permite la deambulación con rapidez una vez que el dolor vaya remitiendo. Ahora bien, es un vendaje que precisa una buena técnica de colocación, por lo que debería realizarse por Traumatólogos o Fisioterapeutas.

4.- La mayoría de los esguinces se resuelven sin problemas, pero en los de grado II-III es aconsejable algunas sesiones de Fisioterapia para adelantar la recuperación.

5.- Solo aquellos esguinces grado III que tras el tratamiento continúan produciendo inestabilidad, requerirán tratamiento quirúrgico.