Toda una vida en la difusión y enseñanza del folklore manchego

María José Melero Ayuga lo tenía claro desde bien chiquitita: quería bailar, enseñar, formarse e investigar todo lo relacionado con el folklore popular manchego. Inquieta, exigente, perfeccionista, innovadora, alegre, nervio y corazón al mismo tiempo…, hubiese conseguido lo que se hubiese propuesto en la vida. El baile y el folklore han tenido la fortuna de que esa ha sido su pasión y el balance no puede ser más satisfactorio: casi 25 años organizando el festival de mayos en Ciudad Real; fundadora de varios grupos en la provincia de Ciudad Real; ha recuperado letras y pasos de baile, trajes y vestimentas…, está presente en la romería de Alarcos, en la Pandorga, en la fiesta de los mayos, en el Carnaval… y participa en festivales y certámenes, benéficos o no, a través de convenios culturales de la Diputación y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha o por contratación directa.

María José no ha dejado nunca de bailar y tampoco se ha puesto ni se pone límites en el desarrollo y difusión del folklore manchego. Por ello ha recibido, entre otros galardones, la insignia de oro concedida por la Federación Castellano-manchega de Asociaciones de Folklore en 2018, de la que forma parte; y el premio Dulcinea 2017 del Ayuntamiento de Ciudad Real por una vida entregada a la enseñanza y difusión del folklore tradicional.

Recibiendo la Insignia de Oro de la Federación Castellano-Manchega de Asociaciones de Folklore de manos de su presidente, Jesús F. Moreno.

Su historia comienza muy pronto. Con pocos años se suma al grupo de coros y danzas de la Sección Femenina de Ciudad Real, “lo que había entonces”, cuenta, y con solo 12 años ya bailaba la jota y el fandango de Ciudad Real que enseñaba a chicas mayores que ella y que luego demostrarían su buen hacer en recitales folklóricos. En los años 70 se traslada a Barcelona por motivos laborales de su marido, Luis Martínez Solís. Allí se saca el curso de entrenadores y jueces de INEF, imparte clases de Educación Física en el colegio Pineda, de Hospitalet, donde aprovecha fiestas para dejar su impronta del folklore manchego. En su barrio forma un grupo de baile.

A su regreso a Ciudad Real en 1984, prosigue su labor formativa y de forma simultánea crea un grupo de baile en Valverde, otro en Carrión de Calatrava, en Alcolea… El grupo de coros y danzas ‘Nuestra Señora de La Encarnación’ de Carrión lo dirige durante 13 años, recuperando el traje autóctono de la localidad y la Jota de Santiago, “Evaristo Martín hizo la música y yo la letra y los pasos con los mayores”, explica María José.

Veinticuatro años de festival al mayo manchego.- Ese mismo año también forma un grupo de baile en Ciudad Real donde cosecha grandes éxitos y reconocimientos. En 1993 el grupo se constituye en Asociación cultural bajo la denominación ‘Grupo de Coros y Danzas María José Melero’.  Para la capital ciudadrealeña recupera varios trajes de manchega, como el de segadora, que el grupo ha lucido en los mayos, o el de media gala con su falda azul característica.

Importante ha sido su labor en la recopilación del mayo manchego. La Asociación Cultural Grupo de Coros y Danzas María José Melero comenzó con las niñas yendo a cantar el mayo a la Virgen en la catedral, “entonces fuimos criticados porque cantábamos dos mayos, uno de ellos a la Virgen del Prado, con una introducción de jota que bailábamos, pero luego parábamos y se escuchaba el mayo. Ya sabemos que los mayos son cantados, pero al principio bailábamos la folía”, indica.

Desde hace 23 años (24 contando este año), la Asociación Cultural Grupo de Coros y Danzas María José Melero organiza de forma ininterrumpida un festival de mayos manchegos en el Teatro Municipal Quijano, en el que se suele invitar a cuatro grupos de pueblos de la provincia. La asociación ha editado dos discos de mayos que son grabaciones en directo de los festivales de 1996 a 2000. El festival de este año está previsto se realice el próximo 18 de mayo, aunque en el momento de la entrevista, María José desconocía aún el lugar por la ocupación previa del teatro.

La Asociación Cultural Grupo de Coros y Danzas María José Melero cuenta con un amplísimo repertorio de manchegas, jotas, rondeñas, fandangos, seguidillas, etc. Además, durante un par de años lleva realizando en La Pandorga la fiesta de la seguidilla, donde el grupo saca a bailar a la gente dándoles unas nociones básicas de las seguidillas.

En total, el grupo titular de baile más la rondalla y cante está formado por un total de 35-40 componentes. Anima a los chicos jóvenes a apuntarse en el grupo, “los dos que tengo bailan fenomenal, hay una convivencia estupenda y sería bueno también tener una fila de chicos”.

Con la llegada de la primavera, la Asociación Cultural Grupo de Coros y Danzas María José Melero aumenta su actividad y también sus ensayos, al participar en certámenes, festivales y eventos de la provincia principalmente.

Mientras cuenta su vida en su momentáneamente silenciosa academia de baile y gimnasio, situada en la calle Delicias, 8, de Ciudad Real, se le van las manos y los pies emulando el repiqueteo de unas castañuelas o el movimiento de una jota, “la que enseña soy yo, estoy todos los martes y jueves de 5 a 10 de la noche, luego está el grupo titular que baila solo aunque siempre estoy pendiente, los lunes también ensayamos la rondalla y los que cantan”. Uno de los componentes de la rondalla es su marido, Luis Martínez, que fue pandorgo y es parte activa e imprescindible de la asociación, donde actúa de secretario.

Izq.: María José Melero en los años años 50-60 durante una visita del obispo Juan Hervás y Benet al colegio Pérez Molina donde estudiaba María José (en la foto justo bajo el obispo, con las trenzas). Centro: Con su marido, Luis Martínez que está en la rondalla, junto a una cruz de mayo en 2016. Dcha.: Foto actual de parte del grupo titular en un ensayo en la academia con María José.

La edad no importa si se quiere apuntar alguien a su gimnasio o academia, “muchos del grupo titular empezaron desde niños conmigo”. María José no solo enseña a bailar el folklore manchego, también da clases de gimnasia y de otros bailes.

Esta ciudadana nominada como ejemplar no ha dejado nunca su pasión por el folklore, “siempre hay que avanzar en el desarrollo de esta tradición, es preciso que no se pierda para conocer nuestras raíces y cultura; gracias a él se puede saber cómo se araba, cómo se recogía la aceituna, cómo se segaba y cómo se bailaba”, ultima.

Texto: Oliva Carretero

Fotos: Asociación Cultural Grupo de Coros y Danzas María José Melero