Se codeó desde pequeño con lo más alto de la jet de Barcelona, ya que su padre, Ricardo Bofill Leví, fue uno de los arquitectos más importantes del mundo. Estaba llamado a ser su sucesor, pero durante los años 90 y principios de la década de los años 2000 fue el arquitecto más rebelde de la época. Ricardo Bofill Jr. se sumergió en el mundo de la noche y las adicciones, unido a la enorme repercusión mediática que tuvo por ser pareja de Chábeli Iglesias y Paulina Rubio. Se convirtió en uno de los protagonistas de la prensa rosa en esos años. Durante mucho tiempo, Ricardo Bofill Jr. fue un habitual en tertulias y programas del corazón, pero de la noche a la mañana, desapareció. Fueron sus relaciones sentimentales las que le dieron la fama entre el gran público, la primera de ellas, con Chábeli, única hija de Julio Iglesias e Isabel Preysler. Con ella se casó en 1993, a pesar de las serias dudas que tenía todo el mundo. Un año y medio después del ‘sí, quiero’, llegaba la separación. Tras el amargo divorcio, Bofill se enamoraba de nuevo, otra mediática relación, esta vez junto a Paulina Rubio. Con ella estuvo entre 1996 y 2004 y, aunque llegaron a tener planes de boda, finalmente tomaron caminos separados, aunque de manera mucho más cordial que con su primera esposa. Ricardito, como se le conoció durante muchos años, siguió los pasos profesionales de su padre. De hecho, actualmente se dedica por completo a su profesión, tras alejarse del foco mediático.