Miguel Alberdi,
Decorador.

La invención de la “CHIMENEA” viene de hace muchos años atrás, según algunos, del primer siglo de la era cristiana.

No se ha visto en ninguna representación pictórica de Pompeya construcción alguna que se asemeje, ni tampoco entre esos restos se han hallado indicios de nada parecido.

Desde que se tiene conocimiento, las primeras chimeneas se colocaban junto a las paredes simplemente con una campana para la salida de humo, sin más complicación. De todos modos, las chimeneas tal y como hoy las conocemos datan del siglo XII gracias a que algunos físicos las han ido perfeccionando sucesivamente. Desde entonces, todavía han ido avanzando más y hoy en día se han convertido en sinónimo de hogar, distinción y elegancia. Aportan un estilo diferenciador. Una estancia sin chimenea puede ser bonita, pero si tiene chimenea tendrá un encanto especial. Las chimeneas aportan un toque exclusivo estén donde estén, ya sea en la sala de estar o en la habitación. Además, aunque las clásicas le dan un encanto especial a tu hogar, las modernas combinadas con una decoración más vintage tienen también su encanto.


No hay algo más acogedor que una chimenea para pasar momentos únicos. Una chimenea encendida te trae preciosos recuerdos con la familia y amigos, juegos y preciosas noches invernales con tus seres queridos. Una chimenea siempre va acompañada de momentos únicos, tardes de domingo, viendo películas, un café o un té caliente o leer un libro con una manta, son momentos que son mejores acompañados de una chimenea de leña.

Las chimeneas son un foco decorativo, un objeto de decoración, clave para decorar con flores, adornos o con los ya Míticos calcetines de Papá Noel, como en las navidades que acabamos de pasar. En verano, y si tienes estante superior, puedes poner cuadros o libros. Además dentro del hogar podrás poner velas bonitas para que le den un efecto chic a la chimenea apagada.

Las chimeneas hipnotizan, es una acaparadora de miradas y confidencias con un gran poder de atracción. Te puedes reunir en torno a ella y pasar frente a ella momentos inolvidables. Te pasarías horas y horas mirando al fuego de tu chimenea.

Es algo como ancestral, que llama a tu yo más primitivo, pero la realidad es que te relaja. Simplemente quedarte mirándola durante horas dejando fluir tu mente o simplemente dejándola en blanco te da una paz increíble.

Es confort natural, expande el calor de forma homogénea y calienta cualquier estancia por muy grande que sea, en un instante, de manera natural. Las chimeneas de leña son las más ecológicas y ahorran mucha energía. Intenta que siempre dispongan de las calificaciones energéticas más altas.

Las chimeneas revalorizan tu casa, si estás pensando venderla y tienes una chimenea le da un valor añadido a tu hogar ya que su presencia es signo de comodidad. Cómo no quererlas, si te dan calor, te atraen, te hipnotizan y te proporcionan buenos momentos. Son estupendas…

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