“Hablando con” es un espacio creado por Oportunidades y Estrategias para compartir con protagonistas especiales de nuestra vida profesional ideas, momentos y filosofías, para generar opinión respecto de las habilidades que mejoran el desempeño de las personas en el entorno laboral. En esta ocasión hablamos con una mujer sabia, la vida le ha enseñado a serlo. Perdió a su hija Andrea con doce años de edad de leucemia. Marta Enrique Gómez, nuestra protagonista de este número, nos habla de resiliencia.

Pregunta.- Detrás de un acontecimiento desgarrador y muy doloroso, ¿se puede sacar de ello un poquito de luz? ¿Aprendiste algo?
Respuesta.-
Aprendí muchas cosas. El aprendizaje no nace así de manera súbita, el tiempo y la familia te ayudan mucho a trabajar todo esto. Rodearte de gente guapa en el amplio sentido de la palabra, más bien por dentro, hace que pienses cosas guapas, y al final, toda esa calma que te produce tu alrededor, hace que puedas interpretar esa situación tan desgarradora de una manera diferente. Y bueno, la parte que más me ha ayudado y de la que he conseguido aprender algo ha sido mi hija Andrea.


P.- ¿Cómo es Andrea emocionalmente?
R.-
Andrea es grande. De hecho durante su enfermedad, ella falleció de cáncer, nos enseñó a ver más allá de lo que vemos. Esta enfermedad sabemos que tiene un código de barras, una manera física de mostrarse y es además inconfundible, tu cuerpo se presta a esa enfermedad, ya no eres tú con tu carcasa, tal cual eres así te muestras. Y ahora que no está, aunque sigue estando, esa parte que decimos que alguien se queda porque se queda su recuerdo, no solamente es el recuerdo, es su ejemplo y su manera de enseñarnos. Fue y es una maestra.


P.- Durante mucho tiempo llevo contando que no podemos predisponernos a que van a ocurrir cosas negativas porque llegan de repente, ¿Andrea le llegó de repente?
R.-
Sí, la enfermedad se presentó con 5 años. Le echamos un pulso a la vida y nos regaló otros 5 años sana, pero el cáncer tiene una manera de jugar muy cruel. Se sienta, te espera, te levanta una mano, te toca y vuelves otra vez a empezar, pero no empiezas, ya sabes lo que es.


La ignorancia es muy osada cuando una persona no conoce algo y se relaja y se tranquiliza, pero cuando ya sabes lo que va a suceder, eso produce mucha más ansiedad. Recayó con 11 años y falleció al año tras un trasplante maravilloso de alguna persona de por ahí que decidió donar su medula y aquello funcionó, pero los tratamientos de quimioterapia son terribles.


P.- Tienes una imagen personal elocuente, cariñosa, abierta, fugazmente ilusionante. ¿Háblame de tu marca personal?
R.-
Soy muy de sentir y eso tiene su parte buena y su parte no tan buena. Yo siento el vaso medio lleno siempre, porque creo que la vida es eso, sentir más que ser. Cuando aprendes a ver más allá de lo que estás viendo, tienes una capacidad casi extracorpórea. En cierta manera me lo ha dado el intentar comunicarme con mi hija desde otro plano distinto, como más profundo, es sentir el amor, la tristeza o el placer, no lo ves, lo sientes.


P.- A nivel laboral, explícanos a todos lo que es la famosa resiliencia. ¿Qué me puedes hablar de esto alguien que conoce perfectamente como se trascribe?
R.-
El trabajo forma parte de tu vida. Muchas veces nos obcecamos en la no consecución de los objetivos, esto viene a decirnos que si no funciona ese objetivo es que algo no está funcionando y el aprendizaje es justamente esa no consecución. Podemos derrumbar el negocio porque no hemos conseguido lo que buscábamos o interpretar porque no lo hemos hecho. El no objetivo es el objetivo, el intentar no ver lo que no estas consiguiendo, sino a pesar de no conseguirlo, ver que estas consiguiendo.


P.- ¿Cómo se puede pensar en positivo de manera constante? ¿Es una cuestión de no pensar en negativo o es una cuestión de trazar algo que puede ser fantasioso y que no va a ocurrir?
R.-
Mi experiencia vital indudablemente me ha marcado a nivel emocional por circunstancias que me han sucedido en la vida. Creo que perdemos demasiado tiempo en protestar y en quejarnos y estamos viviendo en tiempo real una cantidad de circunstancias y de situaciones catastróficas que siguen sin darnos la lección de vida. Por ejemplo, el covid-19 iba a ser un bautismo, íbamos a salir reconciliados con la vida, pero tenemos una memoria de pez cuando nos interesa muy muy sutil. Yo creo que aprendes de la vida si quieres aprender de la vida, porque puedo tener una librería llena de libros y de revistas, pero si no cojo ninguno no he leído ni he aprendido.


P.- ¿Cómo se transforma el dolor en energía?
R.-
Se transforma con mucho tiempo y con mucha calma porque el dolor te deja solo completamente. Aunque te pongas a leer libros o escuches experiencias, cada piel siente de una forma, igual que cada medicamento actúa de una manera, cada duelo, ya sea una muerte como en mi caso, o un duelo de un negocio, o de una relación, no hay una enseñanza. Tienes que sentirte y sentarte tu solo y aprender a masticar eso, no a obviarlo, porque vivimos muy rápido e intentamos evitar las emociones que nos hagan daño y es un error.


P.- Dame un mensaje para relativizar los problemas de toda esa gente que tiene unos ladrones de energía día a día, de los cuales muchas veces hablamos de la palabra toxicidad. ¿Como podrían definitivamente cambiar para relativizar los problemas?
R.-
Creo que deberíamos ser más conscientes de lo importante que es la comunidad, solos crecemos, pero hay que compartir esos talentos al final. Si tú tienes cualquier talento se disfruta mucho más en equipo. Siempre pensamos que lo negativo pesa más que lo positivo y cuesta mucho más trabajo mantener lo positivo, pero la energía, la luz y la vitalidad se contagia mucho más que el negativismo.


P.- ¿La resiliencia nos fortalece o nos desgasta?
R.-
La resiliencia nos fortalece porque nos desgasta, es como cuando vas al gimnasio y empiezas haciendo una serie de 10 abdominales. Al principio estas que te puedes morir, pero cuando ya has completado esa serie, en unos meses te quedas corto y buscas otro reto. El estar reseteando desgasta muchísimo, pero hace que te reconstruyas, por eso hay que aguantar la resiliencia porque a lo largo de la experiencia con ella te haces mucho más fuerte y te hace crear nuevos retos.