Carlos Caballero / Arqueólogo
Colegio Profesional de Arqueología de Madrid

La huella dejada en nuestro territorio y en nuestra memoria por la guerra civil es equiparable a la magnitud y a la crudeza del conflicto. Quienes sigan esta sección recordarán que tiempo atrás visitamos el Frente del Agua, en la falda de Somosierra, uno de esos puntos en los que, durante la guerra, la línea de frente se mantuvo largo tiempo estabilizada. Si allí el objetivo era controlar el agua que llegaba a la capital, hoy visitaremos, en Las Rozas, otro lugar donde se trataba de controlar la capital misma. En la Dehesa de Navalcarbón encontraremos un amplio conjunto de casamatas y fortines de diversas tipologías que nos permitirán conocer con detalle un punto neurálgico del conflicto bélico. Las posiciones que veremos a lo largo del recorrido, una selección de las más de cincuenta que existen en el término municipal de Las Rozas, se corresponden con defensas republicanas, y se disponen a lo largo de una corta ruta, sin desniveles significativos, que discurren a escasos metros de la línea que dibujó el frente de guerra durante muchos meses, largos meses siempre que se habla de una guerra. Todos los recorridos propuestos son circulares, cuentan con señalización y se inician frente a la Ermita de Nuestra Señora del Retamar.

La ruta que proponemos en esta ocasión es sencilla, está trazada en la Dehesa de Navalcarbón, actualmente un pinar urbano de más de 100 hectáreas, que cuenta también con una ría que reproduce el trazado del Canal del Guadarrama, que nacía en la cercana presa de El Gasco y formaba parte del ambicioso proyecto para dar a Madrid una salida al mar por Sevilla y el Guadalquivir. Pero de ese asunto hablaremos otro día…

Izq.: Un tramo del canal del Guadarrama. Dcha.: Vista desde el interior de uno de los nidos de ametralladoras.

Hoy nos fijaremos en las pequeñas construcciones, de sólida fábrica, que salpican la Dehesa roceña. Son los restos de esa línea de defensa generada tras la toma de Las Rozas por el ejército de Franco en enero de 1937, en la llamada “Batalla de la Niebla”, y la posterior estabilización del frente dividiendo en dos el casco urbano. Se construyeron, especialmente, en el segundo semestre de 1938, formando la segunda “Línea de detención”.

La Dehesa nos ofrece todo un catálogo de diferentes tipologías: en nuestro camino veremos nidos de ametralladora, trincheras trazadas en zig-zag, un observatorio, una zanja antitanque y hasta un puesto de mando. Encontraremos edificaciones rústicas pero potentes, testigos de la urgencia de tenerlas listas cuanto antes y de la necesidad de solidez para protegerse. En muchas de ellas se utilizaron inútiles raíles de ferrocarril para construir sus cubiertas de hormigón armado, raíles que fueron retirados tras la contienda, en plena penuria, por chatarreros que posteriormente los venderían. Todos estos conjuntos, los que visitamos en Navalcarbón y el resto de los existentes en Las Rozas, se han estudiado bajo la lupa precisa de la arqueología, en trabajos que recuperaron objetos de la vida cotidiana de estos contendientes que, en este caso más que nunca, dan a los restos estudiados una dimensión más humana, por la cercanía temporal de los hechos de los que forman parte y por la crudeza de los enfrentamientos.

Izq.: Fortín para arma automática. Centro: Otra fotografía de los fortines, habilitados para la visita (Fotos: Carlos Caballero). Dcha.: Sobre estas líneas, trincheras en zig-zag.

Contemplando estos restos silenciosos, en lo que hoy es un agradable paseo periurbano, cuesta imaginar que hace apenas 80 años aconteció aquí uno de los episodios cruciales de la guerra civil para la consecución del objetivo clave para el ejército sublevado, conquistar la ciudad de Madrid. Pero, aunque hoy, en este parque frecuentado por corredores, niños jugando y gente paseando al perro, sea difícil ponerse en situación, retrotraerse a ese pasado bélico, el recorrido por los fortines de la guerra civil nos recuerda un pasado que no debemos olvidar para evitar que se repita.

(Nada mejor para preparar esta visita y ampliar información que la pequeña guía editada por la Comunidad de Madrid dentro del Plan de Yacimientos Visitables, disponible aquí: https://www.madrid.org/bvirtual/BVCM050108.pdf).