Carlos Marín / Presidente de FECIR CEOE-CEPYME

Menuda ‘palabrita de moda’ durante estas últimas semanas. Los que en principio siempre es una buena noticia que alguien o algo se libre de alguna pena por derecho propio, en esta ocasión, parece que va a salir barato, o mejor dicho ¿caro? para el resto de los españoles de bien.

Sin entrar en más valoraciones políticas de las que como empresario representando a un gran colectivo de miles de pymes y autónomos -principalmente-, espero y deseo que este “perdón” no signifique que nuestras arcas estatales -y no solo estatales- no lleguen a nuestra tierra, una vez más para irse a otros intereses.

Lo que estamos padeciendo durante las últimas semanas se trata de amnistía política, pero nunca se habla de amnistía fiscal, que es la que nunca disfruta, por ejemplo, un empresario, que cuando lo ha pasado mal y siempre dentro del marco regulatorio y de las leyes, ha cerrado y se ha visto en la necesidad de apoyo.

Qué vamos a hablar por ejemplo de la Ley de Segunda Oportunidad, que nunca termina de ser perfilada en nuestro país, y que es una realidad en muchos países avanzados de nuestro entorno.
El empresario no pide que se amnistíe, pero sí ruega, exige y pide que, tal vez con menos facilidades que han conseguido algunos esta amnistía que parece ser ya una realidad, se le libre de ser hundido ante la mínima posibilidad de supervivencia.

Al fin y al cabo, si una empresa ‘muere’, no solo deja de existir la misma, sino también sus trabajadores, impuestos, cotizaciones, etc., es decir, progreso y desarrollo.

Con este artículo y con este titular lo que pretendo es hacer un símil, y concienciar a la clase política principalmente (aunque en la administración más cercana en el ámbito regional, provincial y local, salvo raras excepciones, sí hay esa sensibilidad) que se apoye, se ayude y, al menos, no se maltrate a la empresa, pyme, micropyme y autónomo que cada día se levanta para hacer más próspera su ciudad, pueblo, provincia, región y España.

Ciudad Real y provincia no puede ser, una vez más, perjudicada en capítulos presupuestarios a nivel nacional, porque nuestro presente y futuro depende mucho de ello.
Todas las provincias y regiones debemos ser, al menos, tratadas con el mismo rasero en el capítulo inversor, e, incluso me atrevo más, esta provincia debe ser recompensada por muchas promesas incumplidas durante los últimos años, tanto de uno como de otros. Espero y deseo que esta amnistía tampoco traiga consigo beneficios en otros capítulos presupuestarios a los que se les llena la boca con dicho término tan de moda en la actualidad.

Siempre digo lo mismo, nosotros defendemos a los empresarios, somos FECIR CEOE CEPYME y debemos negociar con todos. Por eso, recalco, todos también deben saber que no nos moveremos un ápice en la defensa de nuestras demandas.

Esta provincia está huérfana de infraestructuras de agua, autovías, etc., por lo que es momento de exigir que, de una vez, por todas, sean una realidad.

Que las inversiones pactadas con diferentes fuerzas políticas no signifiquen un retroceso en partidas presupuestarias que ya estaban yo eran prácticamente una realidad.

Estamos en otoño y es cuando los presupuestos se perfilan, espero que, pasados unos meses, lleve razón y que volvamos a ser ninguneados desgraciadamente.

Lo que sí aseguro es que volveremos a ser portavoces de nuestros miles de empresas y trabajadores, que solo buscamos el progreso de nuestra tierra. Ahí siempre nos tendrán y sin amnistías baladíes a los políticos que prefieren otros intereses que no son los nuestros y del resto de España.