
Dr. Luis Marín Morales / Traumatólogo
Cofundador de MAETRA
El ácido Hialurónico es un componente presente de forma natural en nuestras articulaciones, cartílagos y piel. Dependiendo de la zona en la que lo encontramos, cumple distintas funciones:
– En las articulaciones ayuda a evitar que se produzcan fricciones dolorosas.
– En los cartílagos funciona como reconstituyente.
– En la piel actúa como agente hidratante y de soporte para que se mantenga con un aspecto joven.
A nivel articular es un componente fundamental. Está demostrado que, en todas las alteraciones del cartílago, a medida que pasa el tiempo, cuando uno va avanzando hacia la artrosis la cantidad y calidad del ácido Hialurónico disminuye notablemente, y esto es en parte culpable del cuadro de rigidez, dolor e inflamación que aparecen.
Se utiliza para infiltrarlo en articulaciones que están con procesos degenerativos de cartílago, pero en estadios iniciales y no en grados avanzados. Esto se hace con base a protocolos de infiltraciones, una vez al año o cada seis meses.
Se usa en cualquier articulación, pero en la mayoría de los casos es en las articulaciones de Rodilla y Tobillo.
Los beneficios que se pueden obtener tras la infiltración articular pueden ser variados, pero quizás el que más notan los pacientes es el de actuar como lubricante, porque en el fondo se lubrica la articulación, de ahí que lo llamemos Terapia de Viscosuplementación.
Secundariamente, este componente provoca una cascada de eventos bioquímicos que tienden a que el paciente por cuenta propia mejore su producción y calidad de Ácido, y todo esto a la larga se traduce en una mejoría sintomática del paciente. Se ha visto que un paciente que estaba yendo hacia la Prótesis, con el Ácido se ha postergado de forma exitosa.
A su vez, el uso del ácido Hialurónico puede estar acompañado de un tratamiento con corticoides. Esto consigue mejorar la patología en caso de que el tratamiento conservador no sea efectivo. También puede utilizarse el ácido hialurónico al terminar la cirugía para que el tejido pueda recuperarse más fácilmente en el proceso postoperatorio.
Es extremadamente raro encontrar efectos secundarios cuando se utiliza de manera correcta, y no se ha demostrado de manera fidedigna que existan alergias al ácido hialurónico.
En algunos casos, el efecto secundario más común puede ser que el/la paciente experimente dolor en la zona de la infiltración durante las horas posteriores a la inyección, o que perciba una presión en la rodilla o articulación infiltrada pues es obvio que se produce un aumento de volumen en la misma. En cualquier caso, se trata de síntomas que desaparecen a las pocas horas en todos los casos.
En resumen, la terapia con ácido Hialurónico en Traumatología y Cirugía Ortopédica está ampliamente difundida. Ahora bien, es muy importante acotar sus indicaciones y explicar a los pacientes lo que podemos esperar de la misma. Crear falsas expectativas llevará a un fracaso y la decepción, por tanto, del paciente. También hay que explicar que los efectos no son inmediatos, que pueden tardar semanas e incluso algunos meses en notar la mejoría. No olvidemos que no es un analgésico como tal… ES UN ACEITE LUBRICANTE!!!