El latido del corazón de la ballena azul es increíblemente lento en comparación con otros animales. Cuando la ballena está sumergida, su corazón puede latir tan solo 2 veces por minuto y, en la superficie, puede aumentar a entre 25 y 37 latidos por minuto. Este ritmo cardíaco extremadamente bajo se debe a su enorme tamaño y al mecanismo de conservación de oxígeno que les permite bucear a grandes profundidades. Se ha registrado que, durante una inmersión profunda, el corazón de una ballena azul puede incluso pausar sus latidos por varios segundos entre latidos. El latido del corazón de una ballena azul es tan potente que puede escucharse a una distancia de hasta 3 kilómetros bajo el agua, dependiendo de las condiciones del océano. Esto se debe a la enorme fuerza con la que bombea la sangre y a que el sonido viaja más rápido y más lejos en el agua que en el aire. Sin embargo, en la superficie, sería casi imposible escucharlo sin equipos especializados. Otro dato impresionante es que su corazón puede pesar alrededor de 180 kg (casi como un pequeño coche) y tener el tamaño de un humano adulto.