Almagro, Villanueva de los Infantes, Cabañeros, Daimiel, las Lagunas de Ruidera, Almadén, Puertollano… la provincia de Ciudad Real ofrece infinidad de lugares, rutas y alternativas para disfrutar de las vacaciones de verano. Nuestra provincia vuelve a ser uno de los destinos preferidos entre aquellos que huyen del masificado litoral español y buscan parajes con aromas cervantinos. 102 municipios y mucho por descubrir: así es Ciudad Real, un lugar cargado de autenticidad, naturaleza, historia, gastronomía y cultura.

Plaza Mayor de Almagro

Plaza Mayor de Almagro / Jesús Monroy

Eugenio Retamosa

Como es habitual el mes de julio ha llegado de la mano de un sofocante calor y con ganas de vacaciones. En días de verano como estos son cada vez más los turistas que huyen de las abarrotadas costas y prefieren un destino tranquilo y que ofrezca algo más que arena y agua salada.
Precisamente la provincia de Ciudad Real reúne muchos de los requisitos que demandan los turistas de interior más exigentes: en nuestras tierras encontrarán una gran variedad de paisajes, un inmenso patrimonio arquitectónico, una exquisita oferta gastronómica y un interesante servicio hostelero. Sin olvidarnos, por supuesto, de uno de los grandes atractivos del verano ciudadrealeño: El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.

¿Por dónde empezar?
Lo primero es escoger un lugar donde pernoctar. El abanico de posibilidades es enorme (hoteles, paradores, casas rurales, posadas, albergues, campings…) y cualquier localidad ciudadrealeña se antoja idónea para hacer ese obligado alto en el camino para reponer fuerzas.

En ese sentido, Miguel Calero, técnico de Turismo del Ayuntamiento de Ciudad Real, apunta a que son muchos los que eligen la capital para hospedarse. El estratégico emplazamiento geográfico de la capital, en el centro de la provincia, invita a decantarse por este destino para tomarlo como punto de partida de las vacaciones.

A la capital le queda poco de aquella ciudad monumental que fue hasta principios del siglo pasado. De la antigua muralla que bordeaba toda la urbe tan sólo se mantienen en pie pequeños tramos. No obstante, tal y como apunta Calero, Ciudad Real esconde “otros encantos” también muy apreciados por los viajeros. El comercio y las tapas son un excelente reclamo para los visitantes y, en la mayoría de los casos, supone una forma de pasar el tiempo que resulta asequible para casi todos los bolsillos.

Aunque el trayecto a seguir por la provincia debe concretarse personalmente, con arreglo a las preferencias e intereses de cada uno, desde la Junta de Comunidades de Castilla -La Mancha se proponen varias rutas que nos ayudarán a descubrir todos los rincones de esta maravillosa zona de España. Cada una de las etapas tiene -como ahora veremos- un encanto diferente pero todas conservan ese aroma que hará las delicias del buscador de tópicos cervantinos.

Ruta de Los Caballeros
Para entender el nombre que denomina a esta ruta tenemos que volver la vista hasta el final de la Edad Media, momento en el que las órdenes militares y religiosas de Calatrava y Santiago estaban en su máximo esplendor. Las batallas de aquellos caballeros, junto a las edificaciones que les servían de descanso y, sobre todo, de protección, han impregnado a esta comarca de ese olor caballeresco tan característico, especialmente en las zonas de campos de Calatrava y Montiel.

Los que opten por este recorrido transitarán por el sur de nuestra provincia y comprobarán que aún quedan restos de esas fortalezas defensivas que nos evocan acontecimientos importantes de nuestra historia. Pruebas de ello encontramos en Calatrava La Vieja y Calatrava La Nueva, Alarcos, Bolaños, Peñarroya, Villamanrique y Manzanares, por poner algunos ejemplos.

Además, siguiendo este itinerario, el viajero disfrutará de lugares que han servido como escenario de películas del afamado director Pedro Almodóvar. Ese es el caso de Almagro (en sus calles se rodaron La Flor de mi Secreto y Volver).

La localidad encajera fue declarada en 1972 Conjunto Histórico-Artístico y ofrece a todo aquel que la visite un diverso abanico de opciones arquitectónicas, gastronómicas, artesanales y culturales. Pasear por sus calles para contemplar la belleza de sus iglesias, conventos y de su barrio noble supone todo un banquete para vista.

Hay que destacar que con luz propia brillan su Plaza Mayor y su Festival Internacional de Teatro Clásico que se celebra durante el mes de julio, sin duda, uno de los eventos culturales más importantes que se celebran en España.

Ruta de El Quijote
Esta etapa supone uno de los grandes reclamos turísticos gracias a la universal obra de Miguel de Cervantes.

Siguiendo algunos de sus tramos se atraviesan pueblos tan fascinantes como Villafranca de los Caballeros, Herencia, Puerto Lápice, Arenas de San Juan, Villarta, Argamasilla de Alba y Alcázar de San Juan, entre otros. Pero no sólo eso. Hay rincones que esconden un encanto especial, como la Cueva de Medrano, donde se cuenta que Cervantes comenzó a escribir su obra más conocida; o Campo de Criptana, cuyo paisaje plagado de molinos Don Quijote confundió con gigantes. Y, por supuesto, no puede faltar El Toboso, el pueblo de Dulcinea, que mantiene intacto su valor literario y que también supone un verdadero disfrute para los sentidos.

Ruta del Vino
Lo significativo de este recorrido es que todos los pueblos que se transitan están dedicados al cultivo y elaboración del vino. Hay que recordar que en la provincia se cultivan caldos de cuatro denominaciones de origen: La Mancha, Tierra de Castilla, Pagos y Valdepeñas. Precisamente la localidad valdepeñera se erige como la capital vinícola de la región y es, también, uno de los motores económicos de la provincia.

Hasta tal punto esto es así que Valdepeñas cuenta con dos museos (Museo del Vino y Museo de la Bodega Los Llanos) exclusivamente dedicados a esta bebida (básculas, tinajas de crianza, fotos de la vendimia…).
Haciendo esta ruta el turista también disfrutará contemplando pueblos de la belleza de San Carlos del Valle, cuya iglesia barroca y su octogonal cúpula no deja a nadie indiferente; o, sobre todo, Villanueva de los Infantes, catalogada como Conjunto Histórico Artístico.

Infantes se presenta como máximo exponente del Renacimiento y del Barroco manchego. La Plaza Mayor, la Iglesia de San Andrés, la Casa de los Estudios y sus calles empedradas son buena prueba de ello.

Ruta Valle de Alcudia-Sierra Madrona
En esta etapa descubriremos la zona sur de Ciudad Real, antesala de Andalucía. Un territorio de naturaleza salvaje en el que las actividades cinegética y minera han desarrollado la vida de sus ciudadanos durante los últimos siglos.

Empezaremos por Puertollano. De noche, y desde la distancia, fascinan las luces de su complejo petroquímico y una vez dentro de sus calles resaltan los castilletes de sus antiguas minas de carbón. En esta antigua ciudad minera la tradición obliga al viajero a beber el agua agria de la fuente del Paseo de San Gregorio.

Ese aroma minero se hace incluso más intenso cuando el viajero se adentra en Almadén. Los romanos abrieron su tierra para extraer de ella el mercurio. Desde entonces, esta localidad ciudadrealeña ha producido una tercera parte del mercurio consumido en todo el mundo.

En el Parque Minero de Almadén el turista penetra en una de las minas más antiguas que se conservan. Además, la visita se completa con museos, centro de interpretación y muestras de arqueología industrial.

En ese extenso manto verde que desemboca en Andalucía (Valle de Alcudia) el viajero puede deleitarse contemplando el vuelo de águilas imperiales o el caminar de linces y lobos. Por si fuera poco, es una zona en la que abundan restos arqueológicos, así como pinturas rupestres y asentamientos de la época íbera o romana.

Tablas de Daimiel

Tablas de Daimiel / Jesús Monroy

Ruta de Daimiel a Ruidera
Este itinerario recorre la zona oeste y sur de la provincia. El recorrido podría empezar en Daimiel, una de las poblaciones más importantes de La Mancha y cuyo casco histórico es muy apreciado por los turistas.
Pero, si hablamos de Daimiel, el mayor reclamo turístico siguen siendo sus famosas Tablas, último representante de un ecosistema llamado tablas fluviales, que se forma por los desbordamientos de los ríos.

Y no muy lejos de allí se encuentra la Motilla del Azuer, un yacimiento arqueológico de la Edad de Bronce con más de 4.000 años de antigüedad.

Si seguimos este camino pronto llegaremos a Manzanares, una de las localidades más pobladas de la provincia y que guarda con celo restos de un pasado glorioso (Castillo de Pilas Bona e Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción).

A escasos kilómetros se ubica La Solana, una ciudad de gran interés artístico y que presume de la belleza de su imponente iglesia de Santa Catalina y del señorial Palacio de Don Diego.

Esta etapa concluye en Ruidera, un pueblo que da nombre a un complejo de 15 lagunas, enlazadas unas con otras durante 30 kilómetros mediante vistosos saltos de agua. Todo un espectáculo paisajístico en el que viven una gran variedad de flora (como el junco, el álamo blanco o la encina), aves (como el ruiseñor y el carricero), mamíferos (como el zorro y la gineta) y especies acuáticas (la boga, la carpa y el lucio).

Ruta de Cabañeros
Esta ruta transcurre por la parte noreste de la provincia, en la zona conocida como Montes de Toledo. A la belleza paisajística hay que sumar que es un terreno poco transitado y en el que vive escasa población, lo que ha ayudado a conservar vírgenes espacios naturales de gran riqueza biológica.

La gastronomía es uno de los puntos fuertes de esta etapa, en especial para aquellos que sepan apreciar la carne de caza.

A unos cuatro kilómetros de Fernancaballero se encuentra el embalse de Gasset, lugar ideal para practicar la pesca.

Por esa misma carretera, pronto se llega a Malagón. En su castillo se han encontrado vestigios de la Edad de Bronce y de Hierro.

Siguiendo el itinerario de esta ruta atravesaremos grandes fincas de caza hasta llegar a Pueblonuevo del Bullaque o, lo que es lo mismo, hasta la puerta de entrada del Parque de Cabañeros. Un Parque Nacional que cuenta con más de 40.000 hectáreas de bosque mediterráneo en la que viven 276 especies de vertebrados.

En su entorno se pueden visitar recursos patrimoniales y culturales, como el yacimiento arqueológico de Malamoneda o los Museos Etnográficos de Alcoba y Horcajo de los Montes.