Aurelio Maroto

San AntónLa Hermandad de San Antón administra sus escasos recursos para mejorar en lo que pueden. “Somos una cofradía pobre, pero con mucha ilusión”, afirma su presidente, Antonio Ruíz-Peinado, consciente de que han de hacer filigranas para sostener en buenas condiciones la antiquísima ermita del santo anacoreta y sus dependencias adyacentes.

Con apenas 190 hermanos que pagan una cuota anual de 5 euros, los directivos esperan con ganas la celebración del patrón de los animales, que este año será el domingo 17 de enero, precisamente día de San Antón. Una coincidencia con su parte negativa, ya que quizás muchos habituales de poblaciones vecinas no traerán sus mascotas al coincidir con la bendición también en su localidad. La fiesta comenzará el sábado por la tarde, a las 4,30, con la bendición de roscos –se prepararán un millar-. A las 5 se oficiará la misa y después se prenderá la hoguera en la explanada. Será el momento para que la gente ase sus viandas y disfrute de la merienda-cena. Los roscos se venderán con el chocolate al precio de 3 euros, único ingreso para financiar todos los actos, ya que el cepillo de la ermita apenas recauda. “A veces hemos recogido tres o cuatro euros de cepillo” –decía el presidente-.

El domingo por la mañana, a las 11, comenzará la procesión con el santo en su carroza, que dará tres vueltas al contorno de la ermita. Después llegará la bendición de animales y el sorteo de los regalos donados por la ciudadanía a través de la emisora municipal, Radio Horizonte.

La principal novedad será el estreno de un estandarte, que abrirá el desfile. Antonio Ruiz-Peinado ha explicado que el antiguo estaba muy deteriorado y las Monjas Dominicas han hecho el nuevo pendón, financiado por una familia. La pintora Ramona Romero de Ávila Bueno ha pintado la tela, lo cual agradeció públicamente el presidente. Otra novedad será una estufa en el salón donde se venden los roscos. El vocal de la hermandad, Juan Pablo Delgado, ha adaptado una vieja estufa de segunda mano.

La hermandad no prevé nuevos proyectos, ya que la ermita está remozada tras haber cambiado el piso, renovado el tejado y restaurado el artesonado. Falta instalar una pila para agua bendita, cosa que harán los propios directivos para evitar gastos. Eso sí, Antonio Ruíz-Peinado advertía sobre el deterioro de la explanada, asentada sobre un relleno y sostenida por muros de piedra y barro. “Si hubiéramos tenido un invierno de lluvias se habría derrumbado parte de la tapia, que está cediendo”.