Precursores de la cocina y el vino en La Mancha en 100 años de excepción

No es tarea fácil contar en este breve espacio la vida y faena de quienes han visto, desde el otro lado de la barra, el pulso y crecimiento de Alcázar de San Juan en los últimos 100 años a través de cuatro generaciones de taberneros de una misma familia, la familia Vaquero, regidora de ‘La Viña E’ de Alcázar de San Juan.

La plaza de Alcázar de San Juan en los años 20 cuando el actual Ayuntamiento era aún Casino.

No es fácil porque muchos vecinos conocen la historia de este bar emblemático de Alcázar, de la plaza de Alcázar; no es fácil porque además tiene el respeto y la valoración de reputados críticos gastronómicos del país calificándolo como el referente culinario de La Mancha. Y este binomio no se consigue solo trabajando, que sí, mucho y durante muchas horas, sino que han sabido adaptarse a las diferentes situaciones económicas, culturales y sociales orientando su cocina a la demanda del cliente, por delante de otros, teniendo siempre presente la máxima calidad y frescura de la materia prima, una buena imagen del local y un impecable servicio. Para más inri, muy pocos negocios de hostelería en España, contados quizá, pueden presumir de cumplir un siglo de vida en manos de la misma familia.

La taberna ‘La Viña E’ arranca en 1917, un año muy convulso en España y Europa, con la revolución rusa, la I Guerra Mundial, la gripe española o la huelga general revolucionaria de nuestro país. Pese a todo, en aquel año su bisabuelo Macario Vaquero (podríamos sobrenombrarlo como Macario I), corredor de vinos, adquirió en una subasta varios lotes de viñedos que denominó la viña A, la viña B, C, D y un negocio hostelero al que nombró como el resto: La Viña E. El propio cronista local Rafael Mazuecos (1893-1988) así lo relata en su obra ‘Hombres, lugares y cosas de La Mancha’: “La Viña E la tuvo Macario hasta su muerte que pasó a manos de Tabique, su hijo, que también tuvo la fatalidad de morir joven”. Tras Francisco Vaquero (apodado Tabique) han dirigido la taberna Macario Vaquero (Macario II) y en la actualidad está en manos de sus hijos (Macario ‘III’, Diego, Maika y Francisco Javier Vaquero Morales) bajo la dirección de éste último.

Un anuncio de La Viña E.

Cuatro generaciones que llevan en la sangre esta forma de vida y este negocio, confiesa Carmen, la mujer de Macario II que le acompañó durante décadas: “Entré en el bar cuando me casé en 1966 y aquí he estado hasta pasados los 60 años. Yo estaba en la cocina, entonces había más marisco, gambas, cigalas y también muchos montados y bocadillos pero, sobre todo, calamares, en ferias y festivos se freían barreños y barreños y al principio no teníamos freidoras, era cocina de carbón y con sartén”.

Como negocio familiar, las mujeres siempre han sido parte fundamental de La Viña E, trabajando de una u otra manera, bien entre fogones o en la hacienda del negocio, desde Agustina, su bisabuela, pasando por Prudencia y Carmen. Ahora Maika también echa una mano en ferias cogiéndose vacaciones de su trabajo.

Preguntada a Carmen por el futuro de La Viña E y pese a las reticencias pasadas de que sus hijos buscaran otras profesiones y no siguieran la estela de sus antepasados por el sacrificio que supone, señala: “Ya veremos a ver qué pasa, mi nieto de 18 años viene a ayudar, que se dé cuenta de lo que es trabajar. A mí me gusta el bar porque, aparte del trabajo, es nuestro punto de reunión, nuestra casa y muchos fines de semana nos juntamos aquí toda la familia”.

Transformaciones sufridas

Chateando en el exterior de la taberna en los 40.

En el transcurso de un siglo, La Viña E y la plaza han sufrido diversas transformaciones. En 1929 se derribó el antiguo Ayuntamiento de Alcázar (ubicado enfrente del actual) y el edificio del antiguo casino pasó a ser Casa Consistorial. En 1954, en La Viña E, con Francisco Vaquero ‘Tabique’ al frente, se inauguró otro edificio (el anterior fue derruido completamente), dándole el mismo espacio en la esquina de la plaza junto al mercado de abastos, en el torreón.

En los años 70-71, la taberna tradicional “del bebedor selecto”, como rezaba un anuncio, pasó a convertirse en cafetería-bar-marisquería, con veladores y barras, “era lo que se llevaba en las grandes ciudades, el marisco daba cierto caché y la gente lo podía consumir sin problemas, no tenía los precios de ahora”, indica Francisco Javier. Cazuelas de angulas, percebes, almejas fritas o calamares a la andaluza, su plato estrella de siempre, eran lo más solicitado.

En 2001 La Viña E regresó a sus inicios, a la taberna de vinos, con nueva estética y dando cabida a vinos de calidad y otros internacionales, “vinos que no están en hipermercados, son exclusivos de restauración”. Y es que La Viña E, en vinos, siempre ha ido por delante contribuyendo a crear una cultura vinícola en Alcázar, con catas, maridajes y vendiendo vino en copas cuando no se hacía; promoviendo el enoturismo e introduciendo nuevos caldos.

El bar junto al mercado en los 50.

En la actualidad, desde la última renovación en 2010, La Viña E funciona como bar de tapas, sirviendo además desayunos, comidas y cenas de calidad, con una carta recién renovada donde se aúnan sus platos más tradicionales con las ofertas más innovadoras e internacionales, alta cocina a precios muy razonables, “seguimos trabajando el cordero, la ternera, el cerdo y las verduras, siempre muy frescos, con el mercado de abastos como nuestra gran despensa”.

Esa frescura en el producto se traduce en una clientela fiel, de los vecinos de Alcázar de San Juan y de los turistas que valoran especialmente la calidad de sus platos (han obtenido la distinción Sicted, sistema integral de calidad turística en destino). A ellos se suman otros comensales ilustres que han compartido mesa y mantel en La Viña E, políticos, toreros, artistas, deportistas y periodistas famosos de todos los tiempos. Esta fidelidad de Alcázar, de abuelos, padres, hijos y nietos de la ciudad, se ha querido devolver participando en las actividades de Alcázar: “Siempre nos ha importado mucho la responsabilidad social con Alcázar, ayudando a los turistas en lo que necesitan y participando en las actividades que nos demanda la ciudad, con Cruz Roja, Banco de Alimentos, ONG’s, asociaciones, etcétera”, ultima Diego Vaquero.

La Viña E en 2002.

Otra imagen de mediados de los 50.

Texto: Oliva Carretero

Fotos: La Viña E/Monty