La adaptación de María Domínguez está ilustrada por Caroline Culubret para la editorial Hilos de Emociones.

Quijote en versoLa Casa de Medrano de Argamasilla de Alba acogió, este domingo 17, la presentación de ‘El Quijote en verso’, una obra de María Domínguez Márquez e ilustrada por Caroline Culubret Worms para la editorial onubense Hilos de Emociones.

En un año tan cervantino no podía faltar una adaptación de la obra de Cervantes, en este caso del Quijote, pero no es una más, sino una original adaptación en verso muy accesible a los pequeños y jóvenes de la casa.

La presentación se enmarca dentro de las actividades programadas por el Área de Cultura para este mes de abril con motivo de la conmemoración, el próximo 23, el día del libro y el cuarto centenario de la muerte de Cervantes.

Esta es una opción «para cuando los niños reclaman su cuento nocturno para embarcarse en el mundo de las aventuras y los sueños”, indicaba el concejal de Cultura, José Antonio Navarro, que continuó diciendo: “Las adaptaciones como ésta son un paso clave para acercar el Quijote a los niños y niñas”.

María Domínguez, maestra de profesión, reconoció que fueron sus alumnos los que le dieron la idea de esta adaptación, rechazada en un principio, pero una vez iniciada, se enfrascó tanto en el proceso “que casi me vuelvo loca como don Quijote”.

El fruto de este trabajo es una gran obra, en palabras de la propia autora, “un libro que se lee muy rápido y llega mucho a los niños y adultos”, aunque su lectura no excluye, una más profunda de las diferentes adaptaciones en prosa por parte de los niños y niñas, indicó.

Por otro lado Domínguez destacó, la emoción que le causó visitar, antes de la presentación, la Cueva de Medrano y saber que en ella “se escribió una obra maestra”.

Por su parte, la ilustradora afirmó que el encargo le llegó por su apego a esta tierra, algo que según la editorial le permitiría representar de una manera “personal y apegada” los ambientes del Quijote, “y es lo que he intentado hacer”.

Así, sobre fotografías, como fondo de papel, y a plumilla, Culubret desarrolló los diferentes pasajes y personajes, buscando con esta mezcla de técnicas aportar una mayor realidad a las ilustraciones.