• La artista gaditana demostró este sábado en el Auditorio Municipal que los aniversarios siempre son felices cuando se puede sentir y hacer sentir con tanta pasión la música que ha marcado tu carrera. En su parada en Daimiel reunió a más de 1.300 espectadores, según los datos facilitados por la organización.

Niña Pastori demostró este sábado en el Auditorio Municipal de Daimiel que los aniversarios siempre son felices cuando se puede sentir y hacer sentir con tanta pasión la música que ha marcado tu carrera. La artista gaditana está celebrando en esta gira sus 25 años sobre los escenarios y lo está haciendo con ese duende con el que ya se dio a conocer en 1996 con su primer disco ‘Entre dos puertos’.

Desde entonces, la cantautora flamenca ha ido sumando canciones de las que ha vendido más dos millones de copias o que le han llevado a ganar a cuatro Grammys latinos, como se recordó en el video con el que se presentó del concierto. Sin embargo, sí de algo está orgullosa Niña Pastori es de su público, al que anoche agradeció en varias ocasiones el cariño que le ha dado todos estos años y también durante esta gira. “Disfruto mucho con ustedes, solo tengo palabras de agradecimiento y cariño”, destacó en su saludo inicial.

En su parada en Daimiel reunió a más de 1.300 espectadores, según los datos facilitados por la organización. Pero más allá del número, se palpaba la fidelidad con la gaditana. Algunos de ellos la habían visto horas antes en su anterior concierto en Bilbao y otros llegaban desde su pueblo natal, San Fernando, o de otros puntos de Andalucía para celebrar este aniversario con su paisana.

Un espectáculo arropado por una banda que se adaptó a la mayor o menor intimidad que pedían las canciones que le han dado más alegrías a ella y a su público. Tras una primera media hora donde se presentó con temas como Amor de San Juan, Niña Pastori se dispuso a compartir baladas firmadas por Alejandro Sanz como Cuando nadie me ve o su querido Caí. Aquí también incluyó su versión de Contigo de Joaquín Sabina.

Después fundió en un popurrí muy animado Tengo que contarte algo o Quien te va a querer, que encendió un poco más al Auditorio. Para el final guardó los momentos de mayor desnudez vocal y de protagonismo para el trío de cuerdas, y unos minutos de bulerías que muchos de sus incondicionales le reclamaron con ganas, y que lo disfrutaron aún más.

Fue el cierre a casi dos horas de espectáculo donde Niña Pastori volvió a regalar a su público “otro cachito de corazón”, como dijo durante la ovación de despedida.