La segunda jornada de la Escuela Municipal de Familias versó sobre educar las emociones para cuidar la salud mental. El psicólogo José María Hernández y la terapeuta ocupacional Mari Carmen López-Villalta, que trabajan en el Centro de Rehabilitación Psicosocial y Laboral de Tomelloso, ofrecieron una interesante charla que congregó a mucho público en el auditorio del palacio Don Diego.

Los ponentes argumentaron que hay un estigma en torno a la salud mental, por lo que conviene trabajar las emociones en edades tempranas para cuidarla. “El 70% de los trastornos mentales aparecen en la infancia y en la adolescencia, y si no se tratan bien se pueden cronificar y pueden aparecer en la edad adulta”. Al respecto, pusieron en valor la figura de los progenitores y abogaron por una perfecta comunicación con sus hijos. “Los padres deben escucharles y tener mucha empatía para validar las emociones de sus hijos, ya sean positivas o negativas”.

Reconocieron que la adolescencia es una de las etapas más complicadas de la vida, con muchos cambios, y que es muy difícil de llevar para los padres. “Cuesta comprender a los adolescentes porque es algo contradictorio en muchos momentos”. La ansiedad o la frustración son algunas de las emociones más típicas en esas edades, según indicaron.

Los profesionales, que trabajan con personas con personas con trastornos mentales, confesaron la necesidad de atajar los problemas a tiempo para poner remedio. “No hay que esperar tanto tiempo para buscar ayuda con un especialista. Cuando la ansiedad nos abruma, debemos ir al psicólogo”. En todo caso, indicaron que es mejor prevenir que curar, por lo que también ofrecieron algunas pautas a seguir para no llegar a males mayores.