José Joaquín Garzás Martín de Almagro, natural de Daimiel, preside desde febrero de 2019 la Asociación Provincial de Autoescuelas, adherida a FECIR y donde está representado cerca del 70% del sector. Como su antecesor, mantiene la esperanza de que la Administración escuchará sus reivindicaciones de más personal funcionario, sobre todo examinadores, en la Jefatura de Tráfico, tras algunos cambios a mejor como han sido la regularidad en los exámenes teóricos y la implantación del sistema AUES.
“Quiero pensar que se van a hacer esfuerzos para no dilatar más los exámenes prácticos”
Pregunta.- ¿Qué balance hace de su labor como presidente de la Asociación de Autoescuelas desde que resultó elegido?
Respuesta.- La junta directiva actual y yo estamos desarrollando una labor de continuidad, luchando por los problemas que ya venía haciendo la junta anterior. No obstante, en este tiempo se han producido algunos cambios, como han sido dotar de una cierta regularidad a la realización de exámenes teóricos, menos en los prácticos, y la implantación generalizada del sistema AUES. Se trata de una aplicación online de Tráfico que posibilita a las autoescuelas la grabación de las solicitudes de sus alumnos. Desde el mes de septiembre ha pasado a la historia ir personalmente a la Jefatura de Tráfico con los papeles de cada alumno, lo que supone un doble beneficio: para la Administración, de alivio de carga de trabajo y para las autoescuelas más alejadas de la capital, que se evitan desplazamientos.
P.- Entre las reivindicaciones pendientes de la Asociación, ¿cuáles son las más urgentes y prioritarias?
R.- Entre las más urgentes están la dotación de más personal, tanto administrativo como del cuerpo de examinadores, de la Jefatura Provincial de Tráfico. Ciudad Real es una de las provincias españolas más castigadas con el servicio de exámenes a los alumnos, hay menos exámenes porque hay menos funcionarios. A la Jefatura de Ciudad Real le falta personal administrativo para tramitar los permisos de conducir y las solicitudes y, por supuesto, personal examinador. Ahora se nos jubila un examinador de los siete que hay y tememos que el plazo de exámenes prácticos se dilate aún más.
P.- Ponga un ejemplo del tiempo que puede tardar un alumno en obtener el permiso, desde que pasa el examen teórico hasta que consigue el práctico.
R.- Tenemos un calendario para las pruebas teóricas, cada 15 días, en lunes alternos. Sin embargo, no hay fecha fija para el examen práctico, por lo que el alumno que aprueba el teórico empieza a hacer prácticas de coche pero, como no tiene día señalado de examen, deja de hacerlas. Recientemente, de un examen práctico a otro se han recortado los plazos debido a las pruebas de circulación extras que se están realizando. Pero aún así es necesario que se dote de más personal y examinadores a la Jefatura de Tráfico, con el fin de recuperar un calendario de exámenes prácticos para poder planificar la enseñanza y que el alumno pueda organizarse mejor con las convocatorias ya establecidas.
Asimismo, pedimos que se vuelvan a hacer los exámenes teóricos en grandes poblaciones como antes (Alcázar, Tomelloso, Valdepeñas, Puertollano); ahora se hacen en Ciudad Real obligando a los alumnos de esas ciudades a desplazarse a la capital.
P.- ¿Es optimista respecto a que la falta de examinadores revierta a corto plazo?
R.- Bueno (sonríe). Yo quisiera ser optimista en el sentido de que la Jefatura va a hacer todo lo posible para que el número de examinadores no decrezca, pese a las jubilaciones; y que se van a hacer todos los esfuerzos, como se han hecho en anteriores ocasiones, en tener un número de examinadores suficiente para prestar un servicio de exámenes adecuado a los alumnos. Quiero pensar que se van a hacer esos esfuerzos para que las fechas entre exámenes prácticos no se dilaten más de lo que están ahora.
P.- Las autoescuelas son un negocio y ustedes son empresarios, ¿esto les supone pérdidas económicas?
R.- Sí, al igual que los alumnos se ven perjudicados por no tener una convocatoria de exámenes prácticos, también ocasiona un perjuicio muy grave desde el punto de vista empresarial. Las autoescuelas son negocios dependientes de la Administración, el ciclo de explotación nuestro se cierra con el servicio prestado por la Administración, pero si ella no presta ese servicio de exámenes, nuestro ciclo de explotación no se cierra y se interrumpe la facturación, lo que redunda en un perjuicio económico muy grave para el sector. De hecho, hay ya varias autoescuelas que han tenido que cerrar por ruina, la falta de exámenes hace que decrezca la facturación en torno al 40% comparado con los años pre-crisis. A nivel provincial ha ocurrido en contados casos y son varias las autoescuelas que han cerrado.
P.- ¿Qué es el sistema CAPA y por qué está recurrido por la Confederación Nacional de Autoescuelas?
R.- El sistema CAPA es una novedad que se está experimentando en otras provincias. Es un sistema en el que se pretende asignar a cada autoescuela un cupo diferente de alumnos para el examen práctico, en función de una serie de parámetros, como pueden ser los alumnos que tengan aprobado el teórico, el índice global de aprobados… Es un sistema que no está funcionando en las provincias donde se está probando, solo en alguna bien dotada de examinadores. Lo que está haciendo este sistema en aquellas jefaturas de Tráfico donde hay una carencia importante de examinadores, es establecer un cupo encubierto, dirimiendo la presión sobre la DGT y trasladándola a las autoescuelas, dilatando mucho más las fechas entre exámenes prácticos. Si hace 10 años hacíamos en torno a 35 exámenes prácticos al año, ahora no llegamos ni a la mitad en el mejor de los casos y con el CAPA esa cifra puede ser aún inferior. Esta provincia no está preparada, si la Jefatura no cuenta con recursos humanos suficientes no debería instalar el sistema CAPA, podría provocar el cierre de otras tantas autoescuelas.
P.- ¿Cuáles son los perfiles mayoritarios del alumnado?
R.- Son alumnos en general de un nivel cultural más elevado, y en ese sentido, tienen una mayor facilidad para adquirir los conocimientos del examen de conducir. En cuanto a vehículos profesionales, el perfil es de conductores que tienen su mirada puesta en un puesto de trabajo.
P.- En cuanto a la preparación de los propios formadores de autoescuelas, ¿cómo es?
R.- Estamos en permanente actualización de conocimientos y servicios que prestamos a los ciudadanos. De hecho, son minoritarios los negocios que solo se dedican a la obtención del permiso de conducir de coche, sino que han incorporado más servicios para prestar a los alumnos: permisos de motos, camiones, CAP, mercancías peligrosas y otros servicios que antes estaban concentrados en muy pocas autoescuelas.
P.- ¿A cuánto asciende actualmente un permiso de conducir?
R.- El permiso de conducir puede costar un 20% menos que antes de la crisis. En función de las clases que necesite un alumno, puede oscilar entre 900 y 1.200 euros. Los hay más avispados que lo obtienen por una cuantía inferior y a otros les pueden surgir más dificultades.
P.- ¿Se realizan clases presenciales para el examen teórico?
R.- La obligación de asistir a ocho sesiones presenciales no se ha implantado todavía, se espera se haga tangible una vez que se ponga en marcha el nuevo Gobierno. El actual director general de Tráfico en funciones lo tiene en cartera ya que favorece una mejor adquisición de valores y actitudes en los conductores que no es posible con la enseñanza telemática.
P.- ¿Les preocupa a ustedes la distracción al volante debido al móvil?
R.- En algunas preguntas de los test se hace referencia a cuáles son las causas principales de un accidente, y la distracción es una de ellas, provocada muchas veces por el móvil, pero se hace de forma liviana.
El hecho de exigir clases presenciales es para dar a conocer cuestiones de seguridad vial que llevan a los conductores a evitar accidentes de tráfico. Con el carnet de conducir no solo se adquieren conocimientos, sino que también se aportan valores y actitudes que se pueden conseguir con las mencionadas clases presenciales.
Texto y foto: Oliva Carretero Ruiz