Boato arquitectónico renacentista en la comarca de las villas

La huella del Renacimiento Andaluz tiene en la ciudad de Villacarrillo un referente en forma de patrimonio arquitectónico religioso emparentado directamente con Andrés de Vandelvira y los vecinos municipios de Úbeda y Sabiote. Encaramada en la Comarca de las Villas, Villacarrillo se mueve equidistante entre prosperas tierras de campiña y el verde pulmón del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, origen del río Betis.

La historia de Villacarrillo, como emplazamiento, hunde sus raíces en la Edad Media como enclave vigía que, tras la conquista castellana (1235), comienza un desarrollo urbano de traza medieval reconocido en las fuentes modernas como “Torre de Mingo Priego”, el cual tendrá su máxima expresión mediado el siglo XVI con la construcción de la iglesia de la Asunción erigiéndose esta, desde entonces, en centro neurálgico del casco histórico de una Villa que tomará en 1449 el nombre de Villacarrillo a tenor de los privilegios conseguidos por el arzobispo toledano Alonso Carrillo de Acuña.

El refrendo de la cédula fundacional de los Reyes Católicos a Villacarrillo en 1498 será el punto de inflexión en la trayectoria histórico artística del municipio, cuyo primer exponente se deja sentir en los planteamientos gótico isabelinos del proyecto original de la iglesia de la Asunción, trazas sobre las que el arquitecto Andrés de Vandelvira impondrá su particular decálogo arquitectónico renacentista, aún hoy visible y reconocible.

La iglesia de la Asunción representa la monumentalidad propia de proyectos arquitectónicos fraguados en los albores de una Edad Moderna que supo recoger planteamientos artísticos de un gótico tardío para someterlos a una nueva estética omaniera clásica en la que aquellos maestros, que la historiografía alude como “Águilas del Renacimento”, dejarían su impronta. El templo villacarrillense obedece a unas trazas de planta basilical con tres naves separadas por esbeltos pilares sobre los que se presenta una sucesión de bóvedas baídas dejando sentir la pervivencia del Medievo en los arcos apuntados y bóvedas de terceletes que separan dichas bóvedas y cubren capillas laterales respectivamente.

(Fotos: Wikipedia Jaén)

La ligereza y esbeltez interior contrasta con un aspecto exterior castrense en el que rompe una esbelta torre campanario con cuerpo superior ochavado, adosada esta a una de las dos portadas con la que actualmente cuenta el templo, concretamente la portada de estilo plateresca. Esta se presenta cobijada en un gran arco solio carpanel con casetones sobre el que se levanta una galería con antepecho calado y triple arco rebajado. La monumentalidad de esta fachada contrasta con la sobriedad y rigor clasicista contemporáneo de la portada norte cuyo resultado actual es fruto de varias intervenciones realizadas a finales del siglo XIX por el arquitecto J. Porrúa Moreno.

El interior del templo presenta un boato artístico religioso manifestado en las portadas manieristas de acceso a la sacristía y antesacristía, el camarín Barroco del Cristo de la Veracruz, cubierta de presbiterio, retablo mayor, capillas laterales y especialmente en el programa pictórico representado en las bóvedas de la nave central y Epístola. Especial mención merecen las citadas pinturas renacentistas realizadas a finales del siglo XVI y atribuidas a Pedro de Raxis, Gabriel Rosales y Diego de Ledesma las cuales presentan un programa iconográfico centrado en pasajes del antiguo testamento y ángeles músicos en la nave central, siendo el tema pictórico religioso más amplio el de la nave lateral, alternando representaciones de mártires y otros iconos religiosos de eminente influjo renacentista.

Todo el conjunto artístico interior le confiere un aspecto catedralicio justificándose como una de las principales construcciones realizadas por Andrés de Vandelvira, en palabras de Chueca Goitia “construcción sencillamente excepcional y, sin duda, la mejor iglesia de Vandelvira, si descontamos las obras cumbres de Jaén y Úbeda”. La especial relación de Andrés de Vandelvira con Villacarrillo, y con su iglesia, queda de manifiesto en el trabajo que en ella realizaron maestros canteros como García Garrido y Martín Sánchez y artistas de su círculo personal más inmediato entre los que podría encontrarse, Alonso Barba, Pedro y Alonso de Regil y su propio suegro, Francisco de Luna.

Declarada Monumento Nacional el 3 de junio de 1931, la iglesia de la Asunción de Villacarrillo es el ejemplo de un modelo de aprovechamiento cristiano de espacios estratégicos y defensivos islámicos fundamentales en el contexto de conquista medieval castellana, los cuales supieron aprovechar, siglos después, la voluntad y mecenazgo artístico de los Reyes Católicos por el desarrollo de ambiciosos proyectos arquitectónicos religiosos capitaneados por grandes maestros cuyo resultado, aún con los avatares propios del devenir histórico, hoy nos permiten presumir, en la provincia de Jaén, de una oda al Patrimonio Mundial titulada “Renacimiento del Sur”.