Corría el año 1588 cuando se funda la Hermandad de San Sebastián en Pozuelo de Aravaca, aunque unos años antes, concretamente en 1576, aparece mencionada en documentos que Felipe II ordena realizar, y en los que se recogen costumbres de esta localidad del Reino contadas por el labrador Martín de Húmera y el mayordomo de la Hermandad, Alonso de Minga.
Actualmente, esta Hermandad es la más antigua de Pozuelo, cinco siglos de historia lleva, y aunque estuvo a punto de desaparecer a finales del siglo XX, ha sabido renovarse. Este año celebran el tercer centenario de las Reglas de 1723, unas nuevas reglas manuscritas en dieciséis folios que se firmaron el 17 de octubre de ese año y que sustituían a los estatutos por los que se regía la Hermandad desde 1588.
Pero ¿quién es San Sebastián? Su festividad se celebra el 20 de enero. Nos cuenta Pablo Martín, actual presidente de la Hermandad, que es uno de los santos más antiguos ya que data del siglo III. “Fue un mártir cristiano que pertenecía a la guardia pretoriana romana en la época del emperador Diocleciano. Es de los pocos santos conocidos que fue martirizado dos veces por su condición de cristiano: la primera vez fue mandado apalear y, creyéndolo muerto, tiraron su cuerpo a las cloacas romanas. Los cristianos le recogieron y le curaron, sin embargo; volvió a presentarse ante el emperador como cristiano y éste le mandó asaetear atado desnudo al tronco de un árbol. De ahí una de las imágenes que todos conocemos del Santo, atado a un árbol, desnudo y con flechas”.
Según los estatutos primitivos esta hermandad se creó para el buen entierro de los hermanos ya que en esa época no existían las aseguradoras de decesos. “El propio hermano que pagaba la cuota se sufragaba así el entierro y a su viuda se le ayudaba, pero no con pagas monetarias sino en especias. Lo que se hacía en Pozuelo para el entierro era subir el féretro a hombros hasta el cementerio precedido por el estandarte de la Hermandad al que se le colocaba un lazo negro; doce hachones -seis a cada lado del féretro- acompañaban al hermano hasta su lugar de descanso”.
“Hay que destacar que, aunque en los antiguos estatutos tanto de 1588 como de 1723 las mujeres formaban parte de la Hermandad con todos los deberes y derechos, con el correr de los siglos (no sabemos el motivo ni cuándo) se les negó la entrada en la Hermandad, que pasó a ser sólo de hombres. Durante finales del S.XIX y hasta avanzado el S. XX, cuando algún Hermano fallecía, su viuda pasaba a ser Hermana, pero inscrita como viuda del fallecido y sin participación activa como cofrade”, recuerda Pablo.
A pesar de ser un santo católico, la hermandad está inscrita en la Comunidad de Madrid como Hermandad Civil.
Actualmente, la tradición del entierro, así como las ayudas a las viudas se han eliminado, pero se sigue manteniendo el culto, así como la misa mayor, la procesión del santo, la misa de los difuntos, la tira de naranjas y el reparto de panes anisados en forma de churro llamados “caridades”, que tradicionalmente se daban a la gente pobre, de ahí su nombre. La tira de naranjas, como símbolo de alegría, antiguamente se hacía durante la procesión, ahora se realiza en la plaza del pueblo acompañada por el manteo de peleles y por la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de la localidad. Algunos hermanos recuerdan que un año trajeron un volquete lleno de naranjas que rodaron cuesta abajo por las calles del pueblo, y que otro año se tiraron desde el campanario de la iglesia. Curiosidades y anécdotas de esta Hermandad.
El paso de San Sebastián se decora con una bóveda de laurel, por su condición de militar y su doble martirio, de la que cuelgan naranjas y “caridades”. La imagen se coloca en la bóveda adornada con una banda roja por tener atributos de capitán general. La banda, en su origen, era lisa y en 2019 se cambió por otra que lleva en sus bordados hojas de laurel, naranjas y el escudo de Pozuelo. Hace ya tres años, el aro de santidad también se sustituyó por otro de plata bañado en oro y con forma de hojas de laurel.
La actual imagen de la Hermandad del Glorioso San Sebastián fue donada por un hermano, Felipe De La Guerra, ya que la original desapareció en la Guerra Civil. Es una imagen de escayola que proviene de la fábrica catalana de Olot. Durante unos años, la hermandad salió a procesionar con un cuadro del Santo hasta que tuvieron la actual imagen.
Asimismo, el santo tiene su representación en las calles de la localidad ya que, cuando se reconstruyó en 2011 la plaza del Padre Vallet, se solicitó al Consistorio que el arco derecho del nuevo edificio se llamara Arco de San Sebastián. Así se hizo y durante la procesión, el santo se detiene bajo su arco y, a los acordes de la jota del Rondón, es bailado por los Hermanos para después continuar con su recorrido. La procesión de San Sebastián es una procesión sencilla, emotiva y popular, “lleva una cruz parroquial, el estandarte de la Hermandad, la imagen del Santo, los músicos y, lo más importante: la gente devota de nuestro Santo Mártir. Su recorrido no es muy largo, sale desde la iglesia a la plaza del Padre Vallet, volviendo a la iglesia por la calle Luis Bejar. La charanga toca, en algunos momentos del recorrido, la jota del Rondón, que es la música popular y tradicional de San Sebastián y que está extraída de un fragmento de la zarzuela Gigantes y Cabezudos”, apunta su presidente, Pablo Martín.
Desde hace ya siete años la Hermandad ha incorporado el pregón para dar inicio a la festividad de San Sebastián. Pilar Palomo, Luis León, Domingo Domenech, Nicolás Lied, Elena González y José Núñez “Pepo” han sido pregoneros. Este año el pregón correrá a cargo de Isaac Palomares.
Hace años se tiraban salvas para anunciar a los hermanos el inicio de los festejos, pero ahora los pregoneros de la fiesta son cohetes que suben alto hacia el cielo. “Pocos saben que representan la alegría de la esperanza en la resurrección y que son un ruego de la Hermandad del Glorioso San Sebastián por los hermanos que murieron con dicha esperanza.” (http://www.hermandadsansebastian.org/). San Sebastián, invocado como protector frente a las epidemias, ha sido y es un santo muy querido entre las gentes de Pozuelo de Alarcón y de hecho, durante la pandemia, se le rezaba todos los días. Tradiciones populares como la de San Sebastián, que gracias a sus hermanos y vecinos del pueblo siguen conservándose, porque no hay cosa más bonita que nuestra cultura popular llegue a las nuevas generaciones.
Texto: Kathy Montero
Fotos: Ayer&hoy y cedidas por la hermandad