“Hablando con” es un espacio creado por Oportunidades y Estrategias para compartir con protagonistas especiales de nuestra vida profesional ideas, momentos y filosofías, para generar opinión respecto de las habilidades que mejoran el desempeño de las personas en el entorno laboral. En esta ocasión, Esther Ruiz Moya nos cuenta cómo ha evolucionado como comunicadora, nos explica qué es el ofendismo y el yoísimo, hablamos de la felicidad, y de la importancia de las personas, entre otras cosas.

Pregunta.- Me gustaría que primero nos contarás cómo has llegado hasta aquí, como has llegado a escribir, a comunicar. ¿Cómo es tu trayecto hasta este momento?
Respuesta.-
La verdad iba a decir que un poco fruto de la casualidad, pero supongo que nada es casual, siempre hay un fondo que te hace llegar hasta aquí y cada uno llegamos por nuestros errores, nuestros fracasos, nuestros éxitos y la vida también a veces te va hablando y hay que hacerle caso. Lo de comunicar siempre ha estado en mí porque, cuando me dieron la Antena de Oro, se lo dedicaba a esa niña que cogía un micrófono y hacia entrevistas con su padre, con sus hermanos, hasta con los muñecos… porque mi padre era corresponsal de Europa Press y de la agencia EFE, y bueno, a mi aquello me maravillaba. Pero estudié derecho, aunque no lo estudié muy convencida. Empecé a ejercer y vi que aquello no era lo mío y entré en una empresa de Marketing y Comunicación, aquello ya era pasión y me parecía alucinante. Tener un producto, comunicarlo, venderlo… y bueno, que alguien en un micrófono pudiera tener acceso a dos millones de personas, era alucinante.


P.- Has utilizado dos palabras que a mí me emocionan mucho, pasión por lo que haces y hacer feliz a la gente. Esther, ¿qué es esto de ser pasional y hacer feliz a la gente?
R.-
La vida no la entiendo sin pasión, y no solo las emociones tienen que ser positivas, si algo te da rabia también te tiene que dar rabia de verdad. Creo que el ponerle pasión a lo que hacemos, o el hacer algo con pasión, es lo que nos va a diferenciar del resto, y si pierdes esa pasión, esa emoción, esas ganas, ese entusiasmo… pues como que la vida se te va un poco abajo.


P.- Entonces, podríamos decir a los empresarios, amigos y amigas que nos leen, que sin pasión es posible que no puedan ni liderar personas, ni comunicar de manera efectiva, ni trabajar en reuniones efectivas, ni llegar al cliente de una manera también extraordinaria. ¿Es una clave y es vital la pasión para ser feliz?
R.-
Es una clave la pasión y el entusiasmo, porque si tú no crees, imagínate para la venta, yo para venderte una taza no te puedo decir es azul, es súper bonita y el café te a salir bueno… No, tendré que vibrar con esa taza y creerme que de verdad es la mejor taza para tomarte un café. Entonces, eso es muy importante y se hace desde la pasión y la felicidad. Para ser feliz creo que, si tú transmites eso, sí que transmites ese trocito de felicidad y, si además haces feliz a alguien, realmente nuestra felicidad es la felicidad del otro.


P.- El vínculo por el cual hablas de pasión y felicidad es la comunicación. Más allá de la comunicación externa, nos llama mucho la pasión por la comunicación interna. ¿Qué nos podrías comentar de la necesidad en las empresas de realmente llevar con formalidad esto de la comunicación?
R.-
Es que la comunicación es vital. Ahora se habla mucho de las Soft Skills, de las habilidades blandas y parece que, como es un intangible, tú tienes que tener un currículum estupendo, ser el mejor ingeniero, o el mejor vendedor, o el mejor mecánico… pero es que, a lo mejor ese mecánico tiene una creatividad que no se ocupan de ella, por eso, la comunicación es todo.


P.- Siendo un poquito más profundos, ¿crees que el cuerpo habla?
R.-
Absolutamente, el cuerpo habla, es más, en la comunicación, la palabra dice mucho, el tono dice mucho, pero la expresión corporal dice más de la mitad.


P.- ¿Se puede aprender, se puede practicar, se puede entrenar?
R.-
Sí, sin problema. Es verdad que hay muchas cosas que son innatas, pero, aunque lo tengas innato, lo tienes que trabajar. La comunicación al final son técnicas, tácticas, estrategias y todo eso se puede formar con una predisposición.


P.- Te he visto escribir sobre algo que quiero que nos cuentes, ¿qué es el yoísmo?
R.-
El yoísmo es eso en lo que estamos instalados ahora, acuérdate de esa frase de “saldremos mejores”. Pues el yoísmo es egoísmo, pero de un individualismo muy mal entendido. Estamos tan pendientes de nosotros que se nos olvida el de enfrente, o peor aún, no queremos saber cómo está. Estamos muy instalados en el “bastante tengo yo con lo mío” … pero es que vivimos en sociedad, y lo que nos hace ser un poco mejores es preocuparnos por el otro.


P.- Hablas de brillar para y por las personas. ¿Como podríamos aconsejar al que nos lee de la importancia que tienen las personas en el futuro y no tanto en los resultados? Porque una cosa puede llevar a la otra de manera satisfactoria ¿no?
R.-
Efectivamente, lo que no se puede es desligar una cosa de la otra. Al final, el activo más importante de las empresas son las personas, con lo cual, si tú cuidas a esas personas, al final la luz de todos va a hacer que una empresa brille. Aquí estamos todos para obtener resultados, pero evidentemente con una motivación y una satisfacción personal, porque los intangibles son muy importantes para ver los tangibles. Tú puedes tener una idea brillante, magnífica, pero tú no la puedes soltar y adiós. Habrá que ejecutarla y ¿quién la ejecuta? Las personas.