Finca Tinedo de Socuéllamos es una de las bodegas más antiguas de La Mancha. Una bodega familiar que desde 1846 solo produce vinos de finca y de parcela, esencia de una Mancha casi desconocida

El origen de la actividad vitícola en esta finca y que con el paso del tiempo favoreció la construcción de lo que sería la base de la actual bodega hay que situarlo a mediados del siglo XIX. En concreto cuando en 1846 Dionisio Angulo, natural de la vecina localidad conquense de Las Mesas, adquirió Finca Tinedo y la cultivó totalmente de viñas. Su ubicación desde entonces está en el kilómetro 30 de la carretera CM-3102.

Dionisio fue el tatarabuelo de la actual saga de viticultores que dirigen la actividad empresarial. Una hija de éste, Esperanza Angulo, construyó en Finca Tinedo, hacia 1890, una quintería con bodega de profundísimos muros de tapial que el tiempo demostró que era una construcción perfecta para la elaboración y crianza de un exquisito vino. Sin duda, Doña Esperanza fue un auténtica emprendedora y mujer adelantada a su tiempo ya que fue ella la que, a finales del siglo XIX, decidió instalar la bodega en la finca para elaborar vinos que expresaran las características de este viñedo manchego. Un hijo de Esperanza, Manuel Álvarez-Arenas, continuó con la actividad bodeguera defendiendo hasta la testarudez un sistema de trabajo muy particular y un concepto de vino que ha llegado hasta la actualidad.

Izq.: Dionisio Angulo, tatarabuelo de la generación actual que adquirió la Finca Tinedo en 1846. Centro: Máximo Álvarez-Arenas y Carmen Bayo, padres de la actual generación. Dcha.: A la izquierda Máximo Álvarez-Arenas y, sobre el remolque, “Gasolinas”. Ambos junto al antiguo descargadero de uva en los años 70.

El padre de los actuales propietarios, Máximo Álvarez-Arenas, ha sabido inculcar a sus descendientes la filosofía empresarial que durante décadas ha forjado una esencia familiar que además se ha compartido con sagas familiares de trabajadores de la finca que han participado del compromiso iniciado desde hace más de un siglo; de esta manera Finca Tinedo hace mucho tiempo que dejó de ser sólo la finca y la bodega de una familia.

Como muestra, el recuerdo del “Chato”, mayoral de Tinedo cuando la bisabuela Esperanza construyó la bodega. Hoy en día Matías, nieto del Chato, es ahora capataz y bodeguero de la finca, empezó a trabajar en la empresa desde los dieciséis años junto con su padre y su tío (que por entonces ejercía el papel de capataz). Otro ejemplo lo tenemos en “Chivolis” que empezó a trabajar con Máximo Álvarez-Arenas hace más de treinta años. En la actualidad, él y su hermano José siguen trabajando en Tinedo. Una muestra más lo tenemos en Carlos, trabajador en la finca, que es hijo de “Gasolinas” que dedicó toda su vida profesional codo a codo con Máximo Álvarez-Arenas.

Izq.: En el grupo central, a la derecha, Esperanza Angulo, fundadora de la bodega en la última década del siglo XIX. Dcha.: Entrada a la sala de catas y a la sala de barricas.

Actualmente, tres hermanos son los últimos eslabones de esta estirpe familiar los que mantienen la ilusión por ser un referente de la viticultura contemporánea en La Mancha, como un modelo de bodega familiar, social, ecológica y sostenible. Se trata de Esperanza, Amparo y Manuel que con la satisfacción de trabajar juntos, de manera estable y comprometida, han contribuido al mantenimiento de un entorno rural muy particular. Junto a ellos la presencia de Silvia Burruezo, una enóloga que siente el vino desde el viñedo y que se acerca a su elaboración como intérprete antes que como autora, poniendo toda su sensibilidad y conocimiento en lograr la expresión más feliz de la viña y del terroir de Finca Tinedo.

De un tiempo a esta parte en la Finca Tinedo se realizan actividad de enoturismo para que los visitantes puedan disfrutar de una experiencia vinícola única en esta bodega familiar con tantos años de existencia. De esta manera se puede descubrir el legado de Doña Esperanza contemplando la singularidad de su quintería y bodega, además de recorrer su viñedo ecológico de 48 hectáreas. Está dividido en 22 parcelas en las que destacan un viñedo ecológico dentro de las variedades Tempranillo, Syrah, Graciano, Cabernet Sauvignon y Moscatel de Grano Menudo.

Todos los vinos que se elaboran son vinos de terroir estructurados en dos gamas: la gama de Vinos de Finca, vinos de coupage, donde podemos disfrutar de las excelencias del Ja! (vino joven), el Cala N.1 (con crianza en cemento) y el Cala N.2 (con crianza en barrica usada); la otra gama es la de Selección Parcela, con tres monovarietales, la extraída de la parcela moscatel seco (con crianza en huevos de hormigón), otra a partir de la parcela de Syrah (con crianza en barrica usada) y la correspondiente a la parcela Tempranillo (también con crianza en barrica usada).

Izq.: Los tres hermanos, Esperanza, Amparo y Manuel – actuales propietarios de Finca Tinedo – junto a su madre Carmen Bayo. Dcha.: El antiguo descargadero, hoy integrado en la bodega.

Bajo la práctica de una viticultura sostenible excluyendo el uso de herbicidas y de productos de síntesis, y realizando prácticas de conservación de suelo y haciendo una gestión eficaz del agua (además del uso de levaduras naturales en el proceso de fermentación) se obtienen unos vinos equilibrados y complejos que cuentan, en su totalidad, con la certificación de vinos ecológicos de la Unión Europea.

El último eslabón en la sostenibilidad empresarial lo vemos en uso responsable de la energía ya que Finca Tinedo usa para el funcionamiento total de la bodega una central solar propia (y por tanto con una nula emisión de contaminantes).

Texto: Ángel Martín-Fontecha
Fotos: Finca Tinedo