Sandra Reales / Coordinadora de Educación Infantil de Casvi Boadilla

Con el paso de los años, en las escuelas nos hemos visto influenciados por nuevas corrientes pedagógicas que surgen como reivindicación de la escuela tradicional. Una de esas corrientes es la de Reggi Emilia, considerada como la mejor institución infantil en 1991 por la revista estadounidense Newsweek.

Desde entonces, muchos son los investigadores y formadores que querían conocer y estudiar este enfoque educativo. Todos ellos, que además también han orientado su carrera al precursor Loris Malaguzzi, coinciden en que ellos se dedican a “practicar la educación”.

Esta particular pedagogía reconoce a toda la comunidad educativa, lo que incluye a alumnos, familias, docentes y agentes sociales. Además, los profesionales de esta metodología no poseen un programa extenso ya que consideran que los niños y las niñas aprenden a partir de la observación, las certezas y las curiosidades. Son grandes defensores del desarrollo de la creatividad de los menores.

Este tipo de escuelas destacan por ser centros activos donde se promueven la investigación, la reflexión y el aprendizaje autónomo.

Todo esto está muy ligado a la indagación, uno de los principales atributos del perfil IB. Como alumnos que formarán parte del Programa de la Escuela Primaria (PEP), el trabajar con la experimentación ya en la Escuela Infantil es, sin duda una ventaja para ellos. Cuando comiencen con el primero de los programas en el primer curso del segundo ciclo de Educación Infantil ya habrán empezado a desarrollar todos los atributos que forman parte del alumnado del Bachillerato Internacional. Seguirán siendo curiosos, pero esa curiosidad también irá evolucionando y adaptándose a su edad, incluyendo cada vez interrogantes más complejas.

A través de las propuestas de indagación, los más pequeños observan, piensan, manipulan y experimentan dando significado a otras cosas. Esto, con el tiempo, les dará seguridad, empoderamiento e independencia. Son muchos los estudios que demuestran los beneficios de ser curiosos y de ser guiados de forma correcta por familias y colegio.

Aunque la curiosidad sea innata, ya que los niños descubren el mundo que les rodea a través de los sentidos, palpando, tocando, observando todo aquello que les rodea…esta curiosidad tiene que ser alimentada para que los más pequeños se conviertan en jóvenes con esa misma inquietud por descubrir. Y esa es parte de la labor del centro escolar.

Del mismo modo que la prestigiosa metodología que comentábamos al principio, creemos que familia y colegio deben de estar unidos. Y, en ese sentido, es importante que existan ocasiones especiales en que ambos se fusionen, por ejemplo con una actividad de experimentación en la que participen los padres dentro del propio centro. En estas actividades, los padres conocen de primera mano el día a día de sus hijos.