
María del Mar Sánchez-Migallón / Departamento de Formación
y Proyectos OYE
En continuo reciclaje. Reconócelo, si tienes más de 35 años es muy probable que hayas empleado esta expresión en tu currículum para referirte a tu disposición y esfuerzo para estar al día en conocimientos o hard skills. Ahora, aunque tener conocimientos teóricos sigue siendo de vital importancia, el aprendizaje de soft skills ha tomado la delantera. Las habilidades se han convertido en un elemento diferenciador en los equipos de los recursos humanos. El aprendizaje de soft skills ayudan a las compañías a alinear a sus plantillas en pro de objetivos y planes de transformación. Las grandes, aquellas que superan las tres e incluso, las cuatro cifras de personal, lo tienen claro y todas cuentan con planes formativos estratégicos para infundir en su gente el uso de estas habilidades que son oro para mejorar las relaciones internas y externas, crear experiencias para el cliente o impulsar el bienestar emocional de las personas. El impacto medible de estas formaciones es innegable. En las ventas, en el ambiente laboral o en la comunicación interna. El modelo de éxito basado solo en la experiencia férrea o en los procesos tradicionales, se quedó obsoleto hace muchos años. Ya no vale “lo hacemos así porque siempre se hizo así”. Ante este escenario, nos enfrentamos a un proceso transformador constante. La formación es el vehículo. Y bajo nuestra opinión, este proceso de transformación de las plantillas sigue un modelo similar en casi todos los casos, con algunas claves que compartimos contigo:
1.- El diseño del plan formativo debe atender a las necesidades reales de la empresa. Según lo que se quiera conseguir o las conductas que se quieran modificar en la plantilla, se trabajan unas u otras soft skills. Esto es fundamental para el éxito.
2.- Contar con la voluntad de empleados para trabajar estos aprendizajes, es un factor clave para el máximo aprovechamiento de las formaciones.
3.- El plan debe tener una duración mínima de 6 meses para crear cambios sólidos y duraderos.
4.- Tras la impartición de las sesiones se suele producir un efecto “wow” en los asistentes a través de anclajes que invitan a la reflexión y a la mejora personal e individual, primera etapa de la transformación grupal.
5.- Es importante invitar tras estas sesiones a realizar alguna reunión de equipo en la que se trabaje qué aspectos de lo aprendido podemos implementar en nuestro trabajo, definiendo quién, por qué, para qué y cuando. De esta forma. materializamos lo aprendiendo en cambios en los procedimientos y formas de trabajar, poniendo la formación en soft skills al servicio de la estrategia empresarial.
6.- Hacer revisiones del plan formativo para asegurarnos de que su impacto es el que buscamos: temáticas, duraciones, periodicidad de las sesiones, contenidos, metodología de impartición.
7.- Elegir el juego como estrategia principal. Las experiencias son el camino más corto al aprendizaje.
Ya sabes que en OyE estamos para crear contigo estos planes formativos. Será un placer ayudarte a comenzar la transformación de tu negocio.