Un negocio familiar que acaba de renovar por otros 70 años.
José Álvarez González tiene 92 años, es gallego, y desde la década de los 50 vive en Ciudad Real. Pese a ello su acento sigue siendo tan gallego como si nunca hubiese abandonado su tierra natal. A finales de los años 40, todavía soltero, realizó una visita a nuestra ciudad, donde vivía su hermana, y muy poco después, recién casado con Balbina Álvarez Domínguez, se instalaba en Ciudad Real en el negocio que entonces llevaba su cuñado: el Taller de vaciados y cuchillería Novoa, nombre correspondiente a Luis Novoa, que en aquellos momentos tenía alquilado el local. Novoa era, además, muy conocido en la provincia, pues ejercía el oficio de castrador de ganado, lo que le obligaba a recorrer muchas poblaciones.
El motivo de este traslado de José Álvarez a Ciudad Real, que durante años se negó a hacer pese a los ruegos de su hermana, fue las comodidades que una pequeña ciudad podía aportar al joven matrimonio frente al aislamiento de su aldea natal, en la que tenía un negocio de comercio general al público.
De esta forma, en Ciudad Real, se encontró trabajando en la venta de cuchillos, tijeras, navajas, cubiertos, hoces para el campo y, en general todos los utensilios y herramientas relacionadas con el sector de la cuchillería, algo que, según nos confiesa ahora, apenas ha cambiado en 70 años. Igualmente se afilaban y recomponían estas herramientas de cocina o trabajo. Respecto a los clientes recuerda que entonces los había de todo tipo, como en la actualidad, de forma que hasta el pasado mes de septiembre, mes en el que el negocio ha pasado a los nuevos dueños, José y su esposa han visto desfilar ante su clásico mostrador de madera a miles de amas de casa de la capital y la provincia con sus cuchillos de cocina y sus tijeras de costura, a trabajadores del campo que llegaban antes con sus hoces y hachas, ahora con sus navajas, y a carniceros con sus cuchillos, mazas, e incluso serruchos.
Porque si hay algo que haya distinguido a Cuchillería Novoa es que durante 56 años, desde 1960, año en el que Luís Novoa pone otro negocio y traspasa este a José, ininterrumpidamente el matrimonio ha estado a pie de mostrador. Hablamos de dos personas, que en los últimos años, ambos pasaban de los 85, sin que el servicio que prestaban directamente al público día a día se resintiese.
Tal vez se debiese a que, como José nos cuenta, apenas ha cambiado la demanda o el cliente y todo se convertía en repetir mecánicamente, año tras año, los mismos movimientos y palabras. “Hasta los hombres del campo vienen a afilar sus navajas, o a comprarlas igual que toda la vida y, por supuesto, los profesionales o las amas de casa. La única diferencia es que ahora espera el afilado de sus tijeras una señora de 30 años, justo en el mismo lugar y postura en que hace 30 se encontraba su madre y, otros 30 atrás, su abuela”, nos confiesa José. Y nosotros sabemos que las tres han sido atendidas con la misma gentileza, diligencia y profesionalidad por este matrimonio gallego.
José tiene ahora 92 años y su esposa 90, motivo por el que, desde el pasado mes de septiembre, han traspasado el negocio a los nuevos dueños, los cuales, tras una renovación de las instalaciones, y con la oferta de nuevos productos, han decidido mantener el mismo espíritu de empresa familiar y de servicio directo al cliente, que este reconocido matrimonio de Ciudad Real supo mantener durante más de 60 años.
Renovación
Desde el pasado mes de septiembre Daniel Paraíso, de Tomelloso, junto a su madre, Luisa Espinosa, son los encargados de seguir dando servicio en esta clásica cuchillería. No son nuevos en el sector, puesto que en la localidad manchega cuentan, desde hace tres años, con otra tienda de vaciados y cuchillería, así como un negocio de marquetería y cristalería. Ellos son los que, a partir de ahora, se han propuesto el reto de dar continuidad a este emblemático establecimiento de Ciudad Real.
Su primer paso ha sido realizar una renovación total, tanto del local como de la maquinaria, pero conservando lo más posible su imagen clásica. Igualmente han renovado, dentro de lo que es posible, su oferta de productos, ya que José en los últimos años, ante la incertidumbre del futuro del negocio, se había limitado al mero mantenimiento. Así se han incorporado productos nuevos como, la copia de llaves, copia de mandos a distancia, botas de vino, cencerros, toda clase de productos para el afeitado, bolsos, carteras, cinturones, complementos y productos para el cuidado de su calzado y taller de reparación para el mismo. A la vez que dentro de la cuchillería se ofrecen nuevos modelos, marcas y calidades, como pueden ser una extensa variedad de tijeras, cuchillos y todo tipo de complementos de las marcas “Tres claveles” y “Arcos”, tanto para el hogar como para el mundo del profesional. Además, como algo clásico en la casa, se oferta una extensa gama de navajas entre las que destacan las clásicas navajas de Santa Cruz de Mudela con su excelente acero al carbono, navajas J&C de Albacete con sus auténticas cachas de asta de ciervo, venado, toro o cubu, o las famosas marcas como las francesas Opinel o las Victorinox suizas, sin olvidar las nacionales Muela, Don Benito o La Pajarita. Precisamente “La Pajarita” es una marca que se caracteriza, sobre todo, porque su fabricación es artesanal al cien por cien, obra del artesano Bustos, deSanta Cruz de Mudela, que ya va por la tercera generación.
Finalmente debemos destacar que Novoa, como es lógico tras tantos años de existencia, ha logrado una clientela tan fiel que se mantiene íntegra con los nuevos dueños, lo que les anima a estos a confiar tanto en el futuro de la empresa como en la posibilidad, de que con el tiempo, abrir nuevas tiendas.
Fotos: Ayer&hoy y Cedidas