Raúl Fernández Sánchez / Colaborador BM Caserío

Queridos lectores y amantes del balonmano, es un orgullo participar de otro mes histórico para nuestra etapa reciente: tenemos la evidencia que podemos competir de igual a igual con la élite del balonmano nacional. El paso a la tercera ronda de la Copa del Rey es un logro extraordinario que nos llena de orgullo y emoción.

Nuestro triunfo emocionante contra el Atlético Valladolid de Asobal fue más que un simple partido; fue un espectáculo de manual que mantuvo a toda nuestra afición pegados a sus asientos. La agónica prórroga culminó con un marcador final de 43-41 a favor del equipo, siendo la segunda vez que un equipo de la Liga Asobal cae en el Quijote Arena durante este torneo. La magia del Quijote no ha perdido su eficacia, sólo hay que invocarla. Esta ahí, es palpable y posee ansia de manifestarse.

El ambiente en los últimos partidos ha sido verdaderamente inspirador. Desde el enfrentamiento contra Antequera hasta la emocionante noche de la Copa del Rey, hemos visto un aumento significativo en la asistencia, con más de 2.000 personas en ambos partidos. La ciudad está más enganchada que nunca, con muchas familias y niños mostrando su apoyo. Incluso hemos tenido el placer de contar con la presencia de estudiantes de diferentes partes de la provincia, como los 35 alumnos del instituto de Puertollano y los 28 del colegio de Alcolea que nos acompañaron. Notamos en el ambiente que nuestra ciudad anhela recuperar glorias pasadas, es el momento de terminar de convencernos, instituciones incluidas, que la ciudad puede estar ahí.
Detrás de este éxito hay un trabajo incansable y una dedicación inquebrantable de todo el club: Desde nuestros jugadores en el campo, pasando por el staff técnico, siguiendo por nuestros directivos y terminando en nuestros aficionados, quienes con su aliento nos han llevado en volandas. Son el principal motor de nuestro club y pensamos que con sus incondicionales ánimos somos mucho más fuertes. La capacidad del equipo para superar obstáculos y mantenerse firme bajo presión es un testimonio del espíritu de lucha que caracteriza a nuestro club en su totalidad.

A pesar de la emoción de esta victoria en la Copa del Rey, reconocemos que nuestro enfoque debe seguir siendo la Liga. Estamos en una posición privilegiada para buscar el objetivo no planteado a comienzos de temporada de alcanzar la fase de ascenso, y cada partido es crucial en nuestra búsqueda de este objetivo. Quedan pocas jornadas y estamos en disposición de optar a todo, sin cortapisas.

En estos momentos, queridos aficionados, necesitamos más que nunca vuestro apoyo y aliento. Estamos ante grandes desafíos, pero con determinación y esfuerzo, sabemos que podemos superarlos juntos. Sigamos trabajando duro y apoyando a nuestro equipo en cada paso del camino.

¡Vamos Caserío!