Mucho ha llovido desde noviembre del 75 hasta el 2021 en la cafetería ‘Venecia’. Este establecimiento abría sus puertas en el icónico barrio del Pilar del Arrabalejo, de manos de un matrimonio de hoteleros de la localidad de Bedmar, con la misma ilusión que hoy día continúan parte de sus hijos; luchando contra viento y marea, crisis, pandemia… y un sinfín de obstáculos en el camino de la hostería, este local continúa dando un buen servicio a su fiel clientela.

Acercándose al casi medio siglo de tradición hostelera, la esquina de Núñez de Balboa con Doctor Luzón donde se aloja el café ‘Venecia’ sigue aguantando, imperecedera; siendo testigo del tránsito peatonal, en el devenir de los clientes de toda la vida y los que van de paso que siempre repiten parada. Un alto en el camino de los jienenses desde siempre, este local comenzó, en sus inicios, ofreciendo comida tradicional, pero ya en el 88 acometió una reforma importante, siendo el pilar de su forma de negocio en la actualidad: prescindir de la cocina. Es un signo inequívoco que les diferencia de la competencia, además de apostar por el concepto de taberna de siempre, pero actualizada para el siglo XXI. Un acierto culinario.

Los guisos dieron paso a los embutidos, ahumados, encurtidos de calidad y uno de los platos estrella más demandados por los clientes: la clásica rosca, con sus múltiples variedades.
Andrés Arévalo, su mujer Nana y su hermana Pilar (siguiente generación) han sido los encargados de este cambio; han constatado que viraje de los “calamaritos y flamenquines” por desayunos a base de jamón, queso y aceite de oliva son más atrayentes para su clientela, puesto que su negocio funciona a las mil maravillas, tanto en su enclave original como en los otros dos locales de la ciudad, con el mismo nombre. No conviene obviar las “tablas” de surtido, ni los molletes, exquisitos.

Con un trato cercano, esta familia de hosteleros (con una plantilla de 12 trabajadores) dan un servicio perfecto tanto en interior como en las tres terrazas de sus locales, afianzando, diariamente, a los clientes que apuestan por su firma, con “marca de barrio”.