Cuando pensamos en una persona celíaca a todos nos viene a la cabeza la imagen de una persona delgada. Esto es algo habitual cuando la persona celíaca lleva tiempo con la enfermedad y como consecuencia del daño intestinal no asimila con normalidad los nutrientes de la dieta.
Sin embargo, cuando la persona celíaca es diagnosticada, elimina el gluten de su dieta, y se recupera, en muchos casos el aumento de peso es considerable, no solo recuperando el peso perdido sino aumentando notablemente.
Por otro lado, la facilidad que tenemos en la actualidad de encontrar multitud de productos ultraprocesados etiquetados “sin gluten” en la mayoría de los supermercados, hace que, en muchos casos, las personas celíacas piensen que seguir una dieta sin gluten consiste simplemente en ir al supermercado y comprar productos procesados etiquetados “sin gluten”, dando por hecho que no contienen nada de gluten. Sin embargo, la legislación vigente (Reglamento UE 828/2014) permite que los productos procesados puedan incluir la mención “sin gluten” en su etiquetado siempre que no superen los 20mg de gluten/kg de producto final.
Además, hay que tener en cuenta que los productos procesados sin gluten que nos venden actualmente no siempre son nutricionalmente adecuados, ya que para compensar la ausencia del gluten y agradar al consumidor celíaco, en muchos casos abusan de azúcares y grasas saturadas.
Todo esto favorece que cada vez acudan solicitándonos ayuda más personas celíacas con problemas de sobrepeso y problemas de salud añadidos.
A continuación, os damos algunos consejos para que una persona celíaca mantenga un peso saludable:
1. Basar la dieta en alimentos que en su estado natural no contienen gluten: verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos, cereales sin gluten (maíz, arroz), leche, carne, pescado, huevos, etc. Cuanto menos procesado sea el alimento y menos añadidos lleve, mejor.
2. Comer verduras variadas, tentempiés saludables y fruta a diario.
3. No abusar de productos procesados por el hecho de estar etiquetados “sin gluten”, especialmente aquellos ricos en azúcar y grasa como dulces y productos de repostería. Hay que acostumbrarse a leer las etiquetas y a revisar la composición nutricional de los productos que se compran.
4. Intentar elaborar los productos sin gluten en casa, como por ejemplo la repostería, de esta forma se podrán controlar los ingredientes, limitando la cantidad de azúcar y utilizando grasas de buena calidad.
5. Elegir lácteos bajos en grasa, como leche desnatada o quesos bajos en grasa.
6. De igual forma con las fuentes de proteínas: elegir las bajas en grasa, como carnes magras, aves sin piel, pescado y mariscos, y evitar fritos y rebozados.
7. Es obligatorio realizar algo de deporte. La actividad física es una parte importante para mantener un peso saludable. Hay que intentar estar activo durante al menos 45 minutos por día, más si se puede, y empezar de forma gradual (podemos empezar por caminar todos los días, subir las escaleras en vez de subir en ascensor, etc.).