Se denomina síndrome de aductores o lesión de aductores a todo tipo de dolor o de síntomas en la zona inguinal y abdominal que nos impidan realizar nuestro deporte o vida habitual, descartados otro tipo de patologías como la hernia inguinal o la artrosis de cadera. Principalmente ocurre por un uso excesivo, pero también se presenta en personas inactivas, de mediana edad y personas con sobrepeso. Tiene una tasa de incidencia de 2 por cada 1000 habitantes en la población adulta. Es una lesión muy común en atletas que practican carrera, marcha y salto por las continuas demandas funcionales. Las personas ven limitada su capacidad física y se ven obligados a reducir su actividad. Esto provoca efectos negativos tanto en el área social como psicológica y una merma general de su capacidad funcional.
Los músculos de la parte interna del muslo son los aductores. Son tres, Mayor, Mediano y Menor a los que habría que añadir dos músculos más que por originarse en la misma zona tienen también esta función que son el Pectíneo y el Recto Interno.
Los síntomas principales son el dolor en la zona inguinal, que a veces puede ser agudo e invalidante (cuando hay rotura de fibras) o de forma crónica (como en la osteopatía de pubis, tendinitis de aductores). No podemos olvidar que los aductores son músculos delicados, y que es muy importante el diagnóstico precoz para empezar a tratarlo desde su inicio con medidas conservadoras, para evitar una lesión de larga duración, tediosa y de tratamiento largo. Como en la mayoría de las tendinitis, el diagnóstico es fundamentalmente clínico. Una buena exploración nos conduce al diagnóstico. Comprobaremos un dolor muy localizado a nivel del trayecto del músculo que se intensifica al abrir la cadera. Todo ello unido a lo que el paciente nos relata en cuanto a sus limitaciones suele ser suficiente para llegar al diagnóstico. Una ecografía puede ayudarnos para comprobar si existe algún tipo de rotura fibrilar y la RMN es también útil, pero sobre todo para descartar otras patologías como el choque femoroacetabular, la hernia inguinal…
Los objetivos del tratamiento son aliviar el dolor y reducir la irritación. El autocuidado, incluido el descanso, la aplicación de hielo y el uso de analgésicos, podrían ser todo lo que necesita. Sin embargo, la recuperación completa puede tardar varios meses. Entre los medicamentos que se utilizan están los analgésicos, los esteroides o incluso la infiltración de plasma rico en plaquetas. Los ejercicios de Fisioterapia pueden fortalecer el músculo y el tendón. El fortalecimiento excéntrico, que consiste en contraer un músculo mientras se estira, es un tratamiento eficaz para muchas afecciones crónicas del tendón. En casos de no mejoría en los síntomas puede valorarse la punción seca o incluso la cirugía si el tendón se ha desprendido del hueso.