Elena Rodríguez Tato / Directora de equipo Begara Luxury Real Estate

La luz natural, general, puntual e indirecta se combinan y complementan de forma efectiva. ¿Cómo acertar al iluminar el baño? Si hace relativamente pocos años se resumía en una buena iluminación general y varias puntuales en la zona del espejo, en la actualidad sus funciones se han multiplicado, su importancia en cuanto a ubicación y tamaño dentro de la vivienda también, y por tanto, su iluminación se ha sofisticado. Y es que el baño de hoy se convierte no sólo en un espacio dedicado a la higiene personal, sino también dedicado al placer y la relajación.

Además, los dormitorios tipo suite han evolucionado a estancias abiertas en que las zonas menos intimas (lavamanos, tocador y en ocasiones, una bañera exenta), conviven abiertamente en el mismo espacio mientras, los sanitarios y la ducha, se independizan en cabinas. Todos estos factores han convertido el baño en una estancia más vivida y con mayores funciones que, a su vez, exigen una mejor y mayor planificación de su iluminación, que debe sumar a la mejor luz natural posible, una óptima iluminación artificial.

La luz natural, la mejor opción.- Sin lugar a dudas, y como en el resto de habitaciones de la vivienda, la luz natural es la mejor opción lumínica: no desvirtúa los colores, resulta la más idónea para realizar tareas de precisión y supone un ahorro económico importante. Si anteriormente el baño quedaba relegado a la zona interior de la vivienda (patios interiores o estancias ciegas), hoy en día, y sobre todo los que forman parte del dormitorio, se proyectan con gran cantidad de luz natural. Si se cuenta con ella, es importante no obstaculizar su entrada con cristales o cortinas demasiado opacos.

Iluminación general.- Los focos, los más apropiados, ofrecen una luz similar a la natural e iluminan el doble que las bombillas. En un baño, por pequeño que sea, se pueden conjugar hasta 4 tipos de luces diferentes.

– La luz natural. Reproduce muy bien los colores, además de aportar calidez y vida. En viviendas unifamiliares o plantas superiores pueden abrirse lucernarios.

– Iluminación general. Focos direccionales resultan perfectos, mientras que lámparas y plafones pueden generar sombras en rincones.

-Iluminación puntual. La mejor opción es situar apliques en los laterales o sobre el espejo, en la zona del lavamanos de forma que garanticen una luz que reproduzca fielmente los colores.

– Iluminación indirecta. Focos empotrados en las paredes -a media altura o ras de suelo- o en el pavimento, para una atmósfera relajante.

Cromoterapia: bienestar y color.- Según la cromoterapia, el correcto uso del color y la iluminación en la vivienda puede incrementar hasta el 85% la energía personal y conseguir efectos beneficiosos para sus habitantes. Según la intensidad de la luz cambia el color. Al elegir los tonos del baño (paredes, revestimiento, pavimentos, etc…), debe tenerse en cuenta este efecto.

Existen duchas y bañeras que incorporan terapias cromoterápicas que aúnan color e iluminación. Si se apagan el resto de luces resulta, además, un tipo de iluminación muy sugerente.