Teruel es la capital de provincia más pequeña de España. Este puede ser el motivo de que sea una gran desconocida, y de ahí el grito “Teruel también existe”. Sin embargo es la ciudad con mayor número de edificios mudéjares por metro cuadrado de España. En 1986 la UNESCO otorgó a Teruel, gracias al estilo mudéjar turolense, el título de Patrimonio de la Humanidad. Lo forman cuatro iglesias: la catedral de Santa María de Mediavilla, la torre e iglesia de San Pedro, la torre de la iglesia del Salvador y la torre de la iglesia de San Martín.

Una vez en la ciudad lo primero que nos encontramos son sus dos viaductos que sirven de unión del Teruel moderno con la zona antigua. Son la principal forma de llegar a la zona monumental, uno para el tráfico y otro peatonal, pero además con las mejores vistas de la ciudad. La parte vieja se caracteriza por el estilo mudéjar, en la mayor parte de sus monumentos. Imitando este estilo nos encontraremos las Escalinatas del Óvalo, un perfecto ejemplo de lo que nos espera ver en la ciudad. Fue construida en 1921, con el fin de conectar la estación del ferrocarril con el centro de la ciudad. Además, en medio de ella hay una fuente con una escultura de los Amantes de Teruel.

Seguimos visitando la iglesia del Salvador (siglo XIV), donde nos espera la primera de las torres mudéjar de la ciudad, que hace la función de torre y de puerta a la ciudad. Muy cerca se encuentra la iglesia de San Pedro (siglo XIV) con la segunda de las torres mudéjar y en cuyo interior encontramos el Mausoleo de los Amantes de Teruel. Tras San Pedro, llegamos a la famosa plaza del Torico, en pleno centro de la ciudad. Rodeado de edificios modernistas como la Casa de Tejidos El Torico. Pero en la plaza lo que destaca en el centro es la Fuente del Torico (1855), coronado con un toro en miniatura. En el subsuelo de la plaza del Torico, encontramos los Aljibes medievales, construidos en el siglo XIV.

A la izquierda de la plaza se encuentra la tercera de las torres mudéjar, la de la Catedral de Santa María de Mediavilla (siglo XIII), cuya iglesia es la más antigua de la ciudad. Al lado está el Palacio Episcopal, sede del Museo Diocesano.

Siguiendo hacia la plaza de Pérez Prado se encuentra la cuarta torre mudéjar, la de San Martín (siglo XIV). La cual se puede subir para disfrutar de las vistas de la ciudad. Se encuentra adosada a la Iglesia del mismo nombre, y fue construida entre los años 1315 y 1316.

Y con esto terminamos de conocer lo más importante de la ciudad, pero nos falta una cosa, los dinosaurios, cuyo paso por Teruel y los hallazgos encontrados, se pueden visitar en Dinópolis, uno de los parques temáticos más importantes que ver en Teruel.

 

Historia de los Amantes de Teruel

En el interior de la iglesia de San Pedro encontramos el Mausoleo de los Amantes de Teruel, el principal símbolo de la ciudad. Esta es la leyenda: Eranse dos jóvenes enamorados, Juan Diego de Marcilla e Isabel de Segura. Juan Diego pidió la mano de Isabel a su padre, quien se la negó porque creía que no tendría medios para mantener a su hija. El padre le dio al chico 5 años para que se fuera a las cruzadas e hiciera fortuna. Al mismo tiempo intentó convencer a su hija para que se casara con un mejor partido, pero ésta se negaba. Cuando faltaba poco para terminar el plazo, creyendo que su amado ya no volvería, accedió a casarse con un hombre rico, el último día del plazo de tiempo. Poco después Juan Diego volvió y fue a ver a Isabel a escondidas. Éste le pidió un beso y ella se lo negó porque era una mujer casada, y tal fue su dolor que prefirió la muerte. En el funeral, Isabel se acercó al ataúd y le dio el beso que le había negado en vida. Tras besar a su amado, cayó muerta a los pies de la caja fúnebre. Por lo que decidieron enterrar en un mausoleo a los Amantes de Teruel, cuya capilla está situada dentro de la Iglesia de San Pedro. Una leyenda que, está claro, recuerda mucho la de Romeo y Julieta.