87 años calzando a Ciudad Real

Como ocurre con tantas empresas históricas de Ciudad Real, los orígenes de lo que hoy es Siempre Agudo hemos de buscarlos en otras tierras. En este caso debemos trasladarnos al casco histórico de Toledo para encontrarnos, en el año 1925, con Olimpo Agudo y su esposa Consuelo, los cuales abrían en ese año una tienda de zapatos en la famosa calle Hombre de palo. Posteriormente

Olimpo Agudo y su esposa Consuelo.

ampliarían la empresa inaugurando otra en la calle Comercio. Y fue cinco años después, en 1930, cuando deciden abrir una tercera. Pero esta ya en Ciudad Real. Se encontraba situada en la calle Carlos Vázquez nº 1 y a su frente pusieron a su hijo Pedro Agudo. Éste debió encontrar un buen recibimiento en Ciudad Real porque, un tiempo después, contraía matrimonio con una mujer ciudadrealeña, aquí tuvo a sus cuatro hijos, y aquí murió al pie del cañón, ya que hasta el último momento estuvo presente en la tienda que hoy se encuentra en la calle Feria nº 8 “charlando con los clientes, leyendo el periódico sentado en una caja, y fumando cigarro tras cigarro” según nos comenta su hijo José Luis. Algo semejante a lo que hacía su madre en Toledo, la cual estuvo al frente de la zapatería hasta los 92 años en que falleció. Pero no adelantemos acontecimientos.

Suponemos que los primeros años fueron duros, más con la Guerra Civil al medio y sus requisas, la pobreza general de la sociedad de la postguerra, así como los largos años de lenta recuperación que culminan en la década de los 60.

Es precisamente en 1961 cuando, en un momento de crecimiento, Siempre Agudo abre su segunda tienda, en este caso en la calle Feria nº 8, que es donde ha permanecido hasta la actualidad, y que hasta entonces había ocupado la juguetería Arche.

No muchos años después el edificio de la calle Carlos Vázquez fue declarado en ruinas, de forma que fue derribado, y la zapatería no pudo permanecer donde terminó estando Nuevo Centro. Desde entonces, la que ahora es la zapatería más antigua de la capital, se ha mantenido, contra viento y marea, en un pequeño edificio de dos plantas que cuenta con más de 300 años de antigüedad. Aunque el espacio, con el tiempo, se ha quedado pequeño, nunca se ha pensado en realizar un traslado dada su excelente ubicación. Como anécdota, José Luis, hijo de Pedro y tercera generación de la empresa familiar, recuerda cómo en su infancia se realizó una gran remodelación del actual edificio, introduciendo unas enormes vigas de hierro que llegaron a Ciudad Real directamente desde Madrid. Igualmente se salvó cuando se construyó el actual Museo Municipal, pues en principio estaba previsto que todas las construcciones que hoy lo rodean desapareciesen para convertirlo en jardines.

Como decíamos antes Pedro Agudo estuvo en la tienda hasta su muerte, pero ya muchos años antes había recibido la ayuda de su hijo mayor, aunque fue el cuarto, José Luis, el que  terminó trabajando más tiempo junto a él y terminó sustituyéndole.

Sin embargo la actividad de José Luis no se limitaba a atender la tienda, sino que la compatibilizó, durante cuarenta años, con la actividad de viajante de diversas empresas fabricantes de calzado para las regiones de Castilla-La Mancha, Extremadura y Castilla y León. Esta doble actividad le ha permitido contar con un profundo conocimiento del producto, sabiendo muy bien la diferencia existente tanto en diseños como en la calidad de los materiales que se usan en la confección del calzado, lo que siempre se ha reflejado en la oferta de la tienda: el 90 por ciento de los artículos que comercializa Agudo es de procedencia española, ya que, en cuanto a zapato cómodo, España gana a cualquier otro productor.

Con respecto a los cambios en el tiempo  podemos decir que el máximo esplendor de la empresa se produjo en los años 60, cuando con dos tiendas se daba trabajo a seis personas más dos chicos de los recados. Posteriormente en los 80-90 baja a cuatro y ahora con dos la tienda funciona perfectamente, siendo una de ellas José Luis Agudo, el actual gerente, cuarta generación familiar, que sustituyó a su padre hace aproximadamente siete años.

Pedro Agudo.

Es precisamente el actual gerente el que nos informa tanto del pasado como de la actualidad de su empresa. “Toda la vida la gente la ha catalogado como una tienda con zapatos buenos, siempre de piel de buena calidad, pero nunca de precios altos. El artículo que siempre hemos tenido, desde el nacimiento del negocio, ha sido más o menos el mismo. Eso sí, hace ya muchos años renunciamos a la venta de calzado para niño, pues aparecieron algunas tiendas especializadas y a nosotros ya no nos era rentable. Sin embargo, sí que trabajamos con calzados de ancho especial. Hay muchos artículos que mantenemos desde hace decenas de años, modelos  que han creado a su vez un grupo de clientes fieles, como aquellos que nos piden zapatos trenzados de caballero para el verano, ya que posiblemente seamos la única tienda de Ciudad Real que los tenga”.

Pero no podríamos entender este negocio, y menos la supervivencia del mismo durante tantos años, si no hablásemos también de la moda. “En estos momentos la situación ha cambiado mucho porque la moda no es tan cerrada y se usa mucho el calzado deportivo.  También ha habido épocas bastante largas en las que los fabricantes se dedicaban a fabricar siempre el mismo muestrario sin cambios de una temporada por otra. Como además la moda hace que los fabricantes se copien unos a otros, puede llegar un momento en el que parece que todos los zapatos parezcan iguales”.

José Luís comenta también que antiguamente la moda era mucho más definida, y si se llevaban zapatos con la punta cuadrada todos lo llevaban, lo que facilitaba la oferta y las compras al proveedor, pero ahora hay mucha más oferta y muchas más tiendas, con lo que hay que tener de todo pues lo mismo se piden unas deportivas que un zapato de tacón o unas chanclas.

Precisamente la moda está muy condicionada por el sexo del cliente puesto que es la mujer la que más compra y cambia de zapato. El hombre lo utiliza para caminar, la mujer para vestir. El hombre lo aguanta hasta que se rompe, la mujer lo aguanta hasta que cambia de vestuario.

Fachada de la tienda que se encontraba en la calle Carlos Vázquez nº 1.

Es curioso destacar cómo en las épocas de crisis, que han sido bastantes a lo largo de estos casi 90 años de la empresa, han subido y bajado las calidades de acuerdo con el poder adquisitivo de los clientes. Así, en los peores momentos económicos se vuelve al producto sintético; después, cuando la economía remonta, se vuelve a la calidad de la piel natural. Claro que esta zapatería mantenía en todo momento ambos productos a la venta. “El zapato sintético, de plástico, fue una auténtica revolución, ya que su precio suele ser la mitad que el de piel”, comenta José Luis.

Otro de los motivos por los que esta empresa se ha mantenido con vida ha sido que sus responsables han realizado de forma constante visitas regulares a las ferias del sector. Precisamente José Luis acaba de regresar de la de Milán, “la más importante del mundo, aunque no siempre fue así, pues las de Elda, en Alicante, y Madrid fueron, en sus tiempos, más importantes que la de Milán. Entonces España era el número uno en zapatos. La fama que puedan tener hoy los italianos les viene más por sus diseños que por su calidad, pues en esta España siempre ha estado por delante de todos. La feria es el lugar donde se juntan todos los fabricantes y es la mejor forma de conocer la tendencia y, a la vez, realizar ya los pedidos. En dos días se les ve a todos”, nos comenta.

José Luis Agudo padre junto a José Luis Agudo hijo.

En cuanto al futuro José Luis afirma que “ojalá lo supiéramos. Dentro de 10 años a lo mejor toda la venta se realiza por internet como que se vuelve la atención personalizada. Impredecible. Aunque la tendencia actual es que el pequeño comercio, poco a poco va cerrando de acuerdo a como sus dueños llegan a la jubilación. Tanto por las grandes superficies como por lo caro que es mantener empleados en una empresa que generalmente siempre es familiar. La atención personalizada es lo que nos salva frente a las grandes superficies, pero nosotros ya vendemos por internet desde hace años. ¿El futuro? ¡Quien lo sabe!”

Pese a todo estamos convencidos de que Siempre Agudo cuenta con muchas posibilidades de llegar a su centenario, algo de lo que hoy muy pocas empresas de Ciudad Real (posiblemente ninguna) podrán presumir.

Texto: Ayer&hoy

Fotos: Ayer&hoy/Familia Agudo