Unos 250 animales fueron bendecidos y se vendieron los mil roscos preparados
Paulino Sánchez
La festividad de San Antón congregó a más público que en los últimos años en torno a su vetusta ermita. Todo el pueblo se volcó en las actividades programadas durante el fin de semana según aseguró el presidente de la hermandad, Antonio Ruiz-Peinado en el balance final.
Los actos comenzaron en la tarde del sábado con la bendición de los roscos, para continuar con la misa en su ermita que ofició el párroco de Santa Catalina Benjamín Rey, participando en la parte musical el coro de la Iglesia de Santa María.
Al finalizar la misa era bendecido el nuevo estandarte de la hermandad, en el que se refleja lo que era el viejo estandarte que ha sido reproducido por la pintora Ramona Serrano y los bordados realizados por la Monjas Dominicas, teniéndose a lo largo de la misa un recuerdo para Isidro que fuera santero de la ermita durante muchos años.
Posteriormente los actos continuaron con la venta de roscos y chocolate, prendiéndose posteriormente la lumbre en el patio de la ermita, siendo numerosas las personas que acudieron para asar viandas en las ascuas de la lumbre.
En la mañana del domingo se realizó la procesión con la imagen del santo, dando las tres vueltas tradicionales a la ermita acompañando todos los animales y las numerosas personas que acudieron a la celebración, siendo bendecidos los animales, entregándose un número para el sorteo de regalos. En total fueron repartidos 244 números y 71 regalos los sorteados.
Los regalos al animal más original se lo llevó un perro vestido de cazador, el más viejo una tortuga de más de treinta años y el más joven un pichón de 20 días.
Los números premiados en la rifa de las papeletas fueron para el número 784 el primero el tradicional gorrino de San Antón, el segundo para el 1045 un cordero y el tercero el 800 un queso y estuche de botellas de vino.
Una vez concluidos los actos programados, el presidente de la Hermandad de San Antón, Antonio Ruiz-Peinado, se mostró muy contento por la gran respuesta de los solaneros durante las fiestas. Aseguró que ha sido el año que más gente ha visto en los últimos años, recalcando que todo el pueblo se había volcado con la hermandad.
No en vano, se agotaron los mil roscos que la hermandad había preparado, mientras que el año pasado sobraron 300 del millar que se encargó. También se vendieron unas 1.500 papeletas para la tradicional rifa, siendo éstas las dos fuentes de ingreso de la hermandad, además de las cuotas de los hermanos. La recaudación obtenida vendrá muy bien para seguir acondicionando la vieja ermita según Ruiz-Peinado, anunciando que el próximo año se arreglará uno de los muros que está muy deteriorado, aunque también bromeó con construir una piscina para bañarse en este tiempo.
El presidente destacó el buen ambiente en la jornada del sábado, primero con la celebración eucarística y posteriormente en la lumbre, indicando que la velada se prolongó hasta la una de la madrugada a pesar del frío reinante. Ruiz-Peinado también tiene claro que deben mantener este formato con actividades repartidas entre el sábado y domingo porque así tienen más tiempo para todo.
Por lo que respecta a la procesión, prácticamente se juntaba la cola con la cabeza, con la presencia de numerosas personas acompañando a sus mascotas. Por eso, el presidente se mostró muy agradecido al pueblo en general por su asistencia y colaboración.