RobosRobos. En domicilios, en establecimientos comerciales. En el campo. ¿Hay muchos? ¿Pocos? ¿Estamos sembrando el pánico con este reportaje? ¿Estamos seguros en casa? ¿Debemos poner mil candados a las puertas, sembrar de minas nuestras fincas o rodear de alambradas eléctricas nuestros chalets? ¿Tiene la culpa la crisis? ¿Para qué pagamos a las Fuerzas de Seguridad? ¿Entran los delincuentes por una puerta de los juzgados y salen por otra? ¿O lo hacen por la misma? La verdad que no hay respuesta a estas preguntas. Porque hasta las estadísticas fallan, se basan en datos parciales. Pese a ello hemos intentado hacernos una idea sobre la situación que sobre este asunto se vive tanto en la capital como en el campo de la provincia. Para ello nos hemos basado en las informaciones publicadas en los periódicos (casi siempre reproducción de escuetas notas de prensa emitidas por los organismos oficiales), en las informaciones que nos han aportado algunos afectados directamente en sus bienes y, como siempre, en la opinión de la calle. Esto es lo que hay.

Preguntábamos a Gregorio Martín Zarco, presidente de la Cooperativa Santa Catalina de La Solana y de la D.O. La Mancha, mientras le realizábamos la entrevista que publicamos unas páginas más adelante, qué opinaba sobre los robos que se están cometiendo en el campo de nuestra provincia. Como hombre prudente que es, y no queriendo manifestar como institucional una opinión que no deja de ser personal, no quiso hacer ninguna declaración que pudiésemos considerar como alarmista o agresiva. Sin embargo terminaba reconociendo que robos había. Incluso más, que a él le habían robado el año pasado en una casa de campo. Y aún más todavía: que también su cuñado había sufrido otro robo. Pero matizaba, y creemos que en eso está la clave de este asunto, que “nadie se interesa por los robos hasta que no se siente afectado directamente”.

Algo así como ocurre con los accidentes de tráfico, o incluso con la muerte en su aspecto más amplio: son los demás los que se mueren, no yo. Y de hecho la sección de sucesos de los diarios se termina convirtiendo en un auténtico espectáculo morboso, como lo son las esquelas para esas personas que esperan, con avidez, que aparezca el nombre de los conocidos, en un recuadro en negro y con una cruz encima, para alegrarse de seguir, al menos por un día más que el otro, viendo la luz del sol.

Sin embargo a quien le desvalijan en unas horas una tienda entera la broma le parece un poco pesada. Tanto como que es su ruina total. Y en Ciudad Real se han dado casos, en muy poco tiempo, que no son para tomárselos a broma.

Pero como el hombre es la medida de todas las cosas, y solo vale lo que nos afecta directamente, también nos puede tocar la china a nosotros o a cualquiera de nuestros hijos, bien porque en menos de diez minutos nos limpian el piso (en lo que tardamos en bajar a comprar el pan o recoger al niño del colegio) o porque un grupo de menores acorrale, sin necesidad de enseñar una navaja, a cualquier niño y le robe el móvil, o un anillo o cadena, sin que el padre se atreva a denunciar el hecho, ya que al ser casi imposible detener y condenar a estos asaltantes, muchas veces menores de edad, se prefiere que no se les moleste para que ellos se olviden definitivamente de la víctima y no le hagan la vida imposible durante meses.

Como se ve hemos pasado del gran robo al pequeño atraco, sin olvidarnos de los carteristas (reproducimos en estas páginas una reciente nota de prensa de la Policía Nacional que nos ilustra al respecto), porque todo ello forma el pan nuestro de cada día. Como lo es la entrada en garajes y el robo sistemático de objetos en coches, destrozo en éstos o robo de los mismos.

Por ejemplo, en una urbanización periférica de la capital, en abril de 2013, varios individuos fuerzan y destrozan las cerraduras del garaje, destrozan tres coches y una moto, roban herramientas de uno de ellos, se quedan con la compra que accidentalmente permanecía dentro de uno de los vehículos, y terminan llevándose un coche que, poco tiempo después terminan estrellando contra un kiosco en Poblete con el fin de apoderarse de la recaudación que hubiese en éste. Lógicamente se avisó a la Policía que tomó huellas. Hasta el momento no ha vuelto a saberse nada del asunto.

Robos policíaHace dos meses, en el mismo garaje han vuelto a entrar. Esta vez por un portal y utilizando el ascensor. El objetivo fue un solo coche, al cual forzaron, hicieron el puente “pero no se lo llevaron porque presumiblemente tuvieron que huir ante la presencia de alguien”. Lo que sí se llevaron fue el mando de apertura a distancia de la puerta del garaje, con lo que se aseguraban la posibilidad de volver impunemente en cualquier momento. Lógicamente se han cambiado todos los mandos y se ha puesto un nuevo sistema de seguridad mucho más completo y avanzado. Sin embargo lo que el ciudadano de a pie le termina preocupando más es el robo, casi siempre sin violencia, del propio piso. Así actúan en estos casos los ladrones, según se publicaba en los periódicos de nuestra capital el pasado mes de abril:

“Examinan el terreno, observan los movimientos de los vecinos, viandantes, comercios, bares y otros locales de la zona. Una vez fijado el objetivo, pasan a la acción y en cuestión de minutos desvalijan una vivienda. Se llevan el dinero y el oro, y desechan la plata. De momento no hay detenidos y, según las primeras pesquisas, todo apunta a que se trata de bandas organizadas de la periferia de Madrid que se desplazan a Ciudad Real y tras dar ‘el palo’, regresan con el botín.

La Policía Científica realizó una minuciosa inspección ocular dentro de la vivienda, en el rellano, portal y exteriores buscando pistas que les lleve hasta los autores. Desde la Comisaría han asegurado a este diario que están trabajando para identificar, localizar y detener a los ladrones. También insisten en la importancia de comunicar a la Policía si ven gente extraña merodeando y cerrar siempre con llave.” (La Tribuna, miércoles, 16 de abril de 2014).

A estas alturas al lector, o mejor, al ciudadano que se lo cuentan (¿te has enterado que a la vecina del segundo le han robado este mediodía?), se le ocurre la siguiente pregunta: ¿Y la Policía que hace? La realidad, y con la mano en el corazón, no nos cabe la menor duda que la Policía hace todo lo que puede. Y, también casi con toda seguridad, y viviendo los tiempos que vivimos de recortes, bastante más de lo que puede. De hecho, y sin irnos más lejos, el pasado 22 de septiembre, los diarios publicaban la siguiente nota de prensa:

Cuatro detenidos en Ciudad Real como presuntos autores de varios robos con fuerza en viviendas habitadas. Agentes de Policía Nacional de Ciudad Real han detenido a cuatro personas como presuntos autores de varios robos con fuerza en casas habitadas. Dos de los arrestados fueron detenidos ‘in fraganti’ cuando estaban perpetrando un robo en un chalé de esta capital.
La investigación se inicia a raíz de tener conocimiento de la comisión de robos con fuerza en domicilios, en los que se utilizaban los mismos o similares procedimientos, (…). Estas personas, para realizar los robos, realizaban grandes destrozos puesto que forzaban y apalancaban todo lo que encontraban a su alcance que les impidiera acceder a las viviendas. Se llevaron a cabo registros en sus respectivos domicilios, incautándoles varios efectos, entre ellos gran cantidad de joyas, procedentes, todos ellos, de los distintos robos cometidos. (Europa Press)

De la efectividad de la Policía tenemos cumplida cuenta, además, por las declaraciones que, con motivo de la celebración de su patrón, Los Santos Ángeles Custodios, y que no dejan de ser tranquilizadoras, hizo el Comisario Jefe de Ciudad Real. Son estas:

Robos 3La Comisaría provincial, la «número 1» de España en reducir la criminalidad. El comisario provincial, Emilio Durán, afirmó ayer en el acto conmemorativo de la festividad de la Policía Nacional que los resultados en la reducción de la criminalidad y su eficacia hacen de la Comisaría provincial de Ciudad Real la «número uno de España», ya que es la única de ámbito provincial que ha alcanzado «el 100% de los objetivos marcados por la Dirección General de la Policía». Durán dio cuenta de la labor realizada y dijo que a 30 de septiembre las infracciones penales habían descendido un 10% en la demarcación provincial y más de un 15% en la capital, mientras que los robos con violencia y los robos con fuerza en domicilios, los que mayor alarma social generan, se han reducido un 26 y un 33% respectivamente. Igualmente bajan un 17% los robos perpetrados en el campo, un 20% los hurtos y hasta un 40% las sustracciones en el interior de vehículos.

El comisario jefe señaló que estos resultados se han conseguido con «una plantilla disminuida y decreciendo» que ha suplido las carencias «resolviendo con eficiencia y eficacia las incidencias del día a día, con naturalidad y dentro de la más absoluta normalidad, sin alardear de espectaculares macrooperaciones».

Bien. Ya tenemos a los presuntos delincuentes (a quienes se les ha pillado “in fraganti”) ante el juez. Y ¿ahora qué? Bueno, pues aunque no todos, muchos de ellos terminan dando con sus huesos en la cárcel. Aquí tenemos una reciente sentencia que lo demuestra.

Condenados a siete años y medio por cometer 18 robos en casas de campo. La Sección Primera de la Audiencia de Ciudad Real ha condenado a dos ciudadanos rumanos, C.R. y N.C., padrastro e hijastro respectivamente, a siete años y medio de cárcel cada uno como autores de 18 robos con fuerza en casas de campo situadas en diferentes localidades de la zona de Campo de Montiel.
(…) Los delitos se cometieron, principalmente, entre finales de 2012 y los primeros meses de 2013. Los dos hombres, por otro lado, deberán indemnizar a los afectados con diferentes cantidades por los objetos robados y los daños causados en las casas asaltadas. (…)Tras la detención se les llegó a imputar más de cien robos, pero finalmente sólo se les ha podido atribuir menos de una veintena de robos debido a los efectos encontrados en su vivienda de Villanueva de los Infantes.

Hasta aquí una pequeña recopilación de declaraciones (sabemos que este reportaje queda cojo si no preguntamos sus motivos y afanes a algún delincuente, pero ni hemos tenido tiempo ni ganas de hacerlo) con las que intentamos mostrar un panorama de lo que, al menos oficialmente, hay.
Finalmente salimos a la calle y entrevistamos a un buen número de ciudadanos (cuyo resumen está en la página El Termómetro) con la intención de que opinasen sobre este problema social. Y lo curioso fue que, la mayoría, considera que no sólo ahora hay más robos, sino que el motivo es “la crisis económica”, justificando en gran medida estas acciones delictivas “por la necesidad”, aportando argumentos como el paro y la desesperación de un gran número de ciudadanos, aunque hubo quien apuntó directamente al ejemplo que, día adía, nos están dando los políticos, espejo en el que, sin duda, se miran muchos “amigos de lo ajeno”.

Fotos: AzulAlicia / Subdelegación del Gobierno / Ayer&hoy