Cristina Galán

Es una experiencia única que aúna un montón de experiencias que, de otra forma, no se podrían agrupar en un solo viaje.

Por un lado, independientemente del itinerario que elijas, te ofrece la posibilidad de conocer distintos lugares, muy distantes entre sí, que de otra forma sería imposible hacerlo. La variedad es tan grande en los recorridos, que empezaríamos a hablar de ellos y no acabaríamos nunca, desde el Mediterráneo, tocando las islas Baleares, costa francesa e Italia, hasta los Emiratos Árabes o los Fiordos Noruegos, o descubrir las Islas del Caribe, disfrutando a la vez de sus paradisíacas playas.

Por otro lado, en un barco disfrutamos de instalaciones y experiencias de un hotel de lujo, tenemos espacios que nos permiten hacer deporte en el tiempo libre, pasear por las cubiertas saboreando un exquisito cóctel, degustar una gastronomía que en otro circuito normal que hiciésemos por tierra sería imposible disfrutar, relajarnos en fabulosos spas, leer tranquilamente en su biblioteca, y disfrutar de espectáculos musicales o bailar en su discoteca como hace tiempo que no hacemos, además de conocer gente nueva con la que compartir todo esto. Tanto en parejas como en familia, las posibilidades de diversión y relax son inagotables. La mayoría de los barcos tienen zonas y espacios para los niños que hacen que estos sean los pasajeros que más disfruten del viaje.

Hay un tipo de cruceros, menos conocidos, pero que a mí particularmente son los que más me gustan, que son los Fluviales. Hacer un recorrido por el interior de uno o varios países, en un pequeño barco por un río, y disfrutando en todo momento de los paisajes, es una experiencia que el que la prueba repite. Yo lo he hecho por el Danubio con mis hijos, y fue estupendo, en 7 días te da tiempo a conocer parte de Austria (Linz, Melk, Dürnstein, Viena, de Eslovaquia (Bratislava y Esztergom), terminando en la capital de Hungría, Budapest.

Todo de forma tranquila y relajada, y con una gastronomía fabulosa, en embarcaciones pequeñas y familiares. Hay recorridos maravillosos, en Bélgica y Países Bajos; por el Rhin y el Mosela, saliendo desde la espectacular Estrasburgo; por el Volga, de San Petersburgo a Moscú.., y muchos otros itinerarios, a cada cual más bonito.

En fin, una experiencia que, de verdad, al que le gusta viajar para ver a fondo rincones, le va a dar tiempo a disfrutarlo.

Crucero por el DanubioDe visita obligada

Un crucero por el Danubio es un paseo por la historia y la naturaleza. El recorrido del Danubio le llevará a dos de las grandes ciudades imperiales, Viena y Budapest, pero también a conocer otras localidades en las que el siglo XIX dejó su huella como Bratislava, Belgrado o Krems. Y también le llevará a disfrutar de románticos paisajes, con sorpresas a cada recodo que supere este gran río de Europa.

Su crucero por el Danubio comenzará en la ciudad alemana de Passau. Tras un día de navegación llegaremos a Budapest. La siguiente etapa será el llamado ‘Iron Gate’, una garganta natural a la que ha ido dando forma el río. La parada siguiente será la capital de Serbia, Belgrado. Tras visitarla, el recorrido por el Danubio nos llevará hasta el puerto húngaro de Mohacs desde donde podremos realizar una excursión a la ciudad de Pecs. Una vez de vuelta al crucero, el Danubio nos llevará plácidamente hasta Bratislava, la capital de Eslovenia. Y desde allí a Viena, posteriormente a la zona del Valle de Wachau, para terminar en Melk, la última ciudad del recorrido por el Danubio, donde podremos visitar Durnstein.