El cometa Halley viaja por el espacio recorriendo una órbita que le lleva unos 76 años de media en completar. Es decir, cada 76 años pasa cerca del Sol dejándose ver desde la Tierra sin mucho esfuerzo. En el año 1835 hizo una de esas pasadas y alcanzó su perihelio (el punto más cercano al Sol o de la órbita) en noviembre. El día 30 de ese mes y año, nacía Mark Twain.
El creador de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, entre otros, consciente de tal hecho llegó a escribir en 1909: Llegué con el cometa Halley en 1835. Vuelve otra vez el año que viene, y espero irme con él. No hay duda de que el Todopoderoso ha dicho: «He aquí a estos dos excéntricos inexplicables; llegaron juntos, deben irse juntos». No debemos olvidar que Twain debía ya estar muerto para entonces, al menos según un diario de Nueva York, que por error había publicado su esquela unos años antes. Pero no, no murió cuando lo dijeron los periodistas, sino tal y como lo había vaticinado el propio escritor.
En el año 1910 volvía el Halley a aparecer en los cielos y tras tener su perihelio el 20 de abril, al día siguiente, Mark Twain falleció. Se cumplió lo que había pensado y escrito, llegó con el Halley y se fue con el Halley.