Qué importante es nuestra etapa de formación en secundaria. Unos años en los que desarrollamos nuestra personalidad, nos vamos formando como adultos y elegimos lo que queremos llegar a ser. Unos años complicados donde las emociones, las hormonas y las responsabilidades se entremezclan sin saber muy bien cómo.

Más de 30 años lleva el Instituto Profesor Máximo Trueba viendo cómo todos los alumnos que pasan por sus aulas y sus pasillos, van adquiriendo conocimientos, transformándose como lo ha hecho también el propio centro. He de decir que para mí, ex alumna del instituto que entré en 1990 con la inauguración del edificio, fue una etapa maravillosa, en la que forjé muchas amistades y en las que a día de hoy, al cruzarme con mis antiguos profesores, sigue esa conexión invisible de gratitud hacia la figura del maestro que siempre ha estado ahí, no sólo para formarte sino también para escucharte.

Sobre estas líneas, dos imágenes de la promoción del 93-94.

Mientras se terminaba de construir el instituto, durante el año anterior a su inauguración, las clases se impartían por la tarde en el colegio José Bergamín ubicado en Valdepastores. Ya en el 90 se abrieron las puertas del nuevo centro. El único docente que actualmente sigue en activo desde el principio es Pedro, el profesor de religión y desde 1991, lo siguen haciendo también Mª del Mar, profesora de filosofía e Iván Manso, de matemáticas.

Eran cuatro los cursos que se impartían: 1º, 2º, 3º de BUP y COU. Con los años y con el cambio de la EGB a la LOGSE, pasaron a ser seis los años que debían estar en el instituto ya que los alumnos que iban a 7º y 8º de EGB en el colegio, con el nuevo sistema educativo pasaron a ser alumnos de 1º y 2º de la ESO en el instituto. Unos alumnos demasiado jóvenes que se mezclaban con mayores y es que la “madurez” de los 11/12 a los 14 años, se notaba. “Fue un cambio importante. En su día no es que lo pensáramos mucho, pero con el tiempo nos hemos ido dando cuenta sobre todo cuando hemos estado en jefatura. En cuanto a docencia no lo notamos ya que vinieron maestros de los propios colegios al centro y siguieron ellos impartiendo las asignaturas instrumentales”, recuerda Iván Manso.

Lo que sigue siendo complicado, aunque cambie el sistema educativo, es la elección de los itinerarios de cara a la formación futura del alumno. Mª del Mar cuenta que “lo que pasa es que los chicos en 4º ya tienen que escoger itinerarios y muchas veces no saben ni lo que quieren hacer”.

Izq.: Ilustración del profesor Máximo Trueba que da nombre al centro educativo. Dcha.: El patio del instituto en la actualidad.

El centro pasó a ser pionero en el bilingüismo ya que en este instituto se impuso el inglés del British Council del Ministerio de Educación. Con el tiempo cambiaron al de la Comunidad de Madrid porque les ofrecieron mayores recursos. Asimismo también ampliaron la formación contando con la FP en marketing y comercio.

¿Pero cómo ha evolucionado el profesorado? Iván Manso cuenta que cuando llegó al centro era muy joven, “a mí me acogieron con los brazos abiertos todos los profesores así como el director de entonces José María, recuerdo que había un tipo de compañerismo distinto al que hay hoy. También es verdad que teníamos más tiempo para confraternizar pero desde 2008 que nos cambiaron las condiciones laborales, ya no tenemos tiempo y prácticamente no coincidimos entre nosotros, no tiene nada que ver que seamos profesores de distinta generación”.

Buen docente, gran escultor y excelente persona.- No podemos contar la historia del instituto sin hablar de Máximo Trueba, mi profesor de dibujo. Un buen docente, gran escultor y excelente persona. Unos cuantos años estuvo el centro sin nombre. Mª del Mar nos dice que ese fatídico año, se reunieron en el claustro para llegar a un acuerdo sobre el nombre que el instituto debía llevar, ya que se le conocía como instituto de Boadilla del Monte al ser el único que había en el municipio, y que no había manera. Máximo Trueba falleció en un accidente de tráfico, “al día siguiente todos vinimos al instituto aunque no dimos clase, estuvimos todos unidos apoyando a los alumnos. Ese mismo día Carlos Machín (difunto profesor de física y química) dijo “Lamentablemente ya tenemos nombre”. Y así fue. Máximo era escultor pero Machín le puso profesor para destacar su actividad como docente”.

De izquierda a derecha, los directores Jose María García (1989/90-2001/02); Luis Vicente Hernández (2002/03-2003/04); José Antonio Pinel Martínez (2004/05-2005/06); Bárbara Méndez García de Paredes (2006/07-2012/13) y Antonio García Gil (2013/14-actualidad).

Parece mentira que el instituto comenzara con 250 alumnos y 25 profesores, de hecho la aulas del tercer piso estaban cerradas. Ahora cuenta con 1.100 alumnos y el centro ha ampliado sus instalaciones. Para Mª del Mar el lado solidario del instituto es muy importante “hemos hecho y seguimos haciendo muchas cosas. Constituimos una asociación en el instituto para encauzar todas ellas. Siempre que ha habido una catástrofe natural o cualquier otra situación de emergencia convocamos a la gente y hay una respuesta inmediata de lo que pidas, ya sea dinero, ropa o comida. Inmediatamente las familias se implican. Es un signo de identidad muy importante del instituto junto con la calidad de enseñanza. Siempre hemos tenido muy buenos resultados en las selectividades variadas que han ido cambiando de nombre y en las pruebas externas que se hacían en 3º con toda la comunidad de Madrid”.

Como decía al principio, el paso por el instituto hay que exprimirlo, hay que disfrutarlo, hay que aprender y también dejarse guiar y aconsejar. Escuchar a nuestros profesores es primordial en esta etapa, no los desaprovechéis porque con el tiempo, como me pasa mí, volveréis a reconocerles esa excelente labor que hicieron con nosotros y de alguna manera, aunque no lo hagáis físicamente, volveréis a esos pasillos, a esas clases, a la cafetería o al recreo y recordaréis todo lo vivido en el instituto.

Texto: Kathy Montero
Fotos: Instituto Profesor Máximo Trueba