Francisco Javier Morales Hervás / Doctor en Historia

El inicio de la presencia romana en la Península Ibérica debe ser enmarcado dentro del contexto de las guerras púnicas que enfrentaron a Roma y Cartago, las dos grandes potencias militares del siglo III a.C. que lucharán por dominar el Mediterráneo Central y Occidental. En este ambiente bélico los pueblos indígenas peninsulares tuvieron un papel fundamental, apoyando a uno u otro de los contendientes; del acierto o no en sus estrategias de pactos y alianzas se derivaron importantes consecuencias que determinaron su futuro.

El territorio que actualmente corresponde a la provincia de Ciudad Real estuvo ocupado en época prerromana por los oretanos septentrionales en su mayor parte, aunque el área del noreste provincial, más o menos la comarca de Alcázar de San Juan, correspondería a territorio carpetano. Tanto oretanos como carpetanos empezaron a vivir tiempos convulsos sobre todo a partir del 237 a.C. cuando el general cartaginés Amílcar Barca desembarcó en Gades (Cádiz) para iniciar la expansión cartaginesa por la Península Ibérica. Amílcar inicia la anexión del valle del Guadalquivir, pero hacia el 229 a.C. fue derrotado y muerto por un jefe oretano, posiblemente cerca del municipio albaceteño de Elche de la Sierra. Poco después, el yerno de Amílcar, Asdrúbal, logró derrotar a este jefe oretano lo que le permitiría controlar buena parte del territorio de la Oretania. Es muy probable que en este contexto haya que situar e interpretar la información arqueológica procedente del importante asentamiento del Cerro de las Cabezas (Valdepeñas), donde los trabajos arqueológicos han permitido documentar un potente nivel de incendio y de destrucción en sus murallas, que ha podido ser fechado en torno al 225 a.C. por la presencia de una moneda púnica.

Con la dominación romana el Cerro de las Cabezas (imagen superior) perdió pronto su población mientras que en Alarcos (esta imagen) aguantó hasta el siglo I a.C.

Los cartagineses consolidarán su presencia en el sur y zona meridional de la meseta con sus campañas militares y con estrategias matrimoniales, pues Asdrúbal se casó con una hija del jefe oretano al que derrotó y más tarde otro general cartaginés, Aníbal, se casó con la hija de un miembro del grupo dirigente de la ciudad oretana de Cástulo (Linares). Lógicamente el interés cartaginés en este territorio era su explotación económica, pero también se preocuparon de obtener otros recursos como los humanos, pues llevaron a cabo diversos reclutamientos forzosos de oretanos y carpetanos para que pasasen a formar parte de sus tropas, lo que provocó que en el 218 a.C. estos pueblos indígenas prerromanos se sublevaran contra los cartagineses, aunque la revuelta fue rápidamente sofocada por Aníbal.

En el mismo año de 218 a.C. se produce el desembarco en Ampurias del general romano Publio Cornelio Escipión para enfrentarse a las tropas cartaginesas. Se inicia así la Segunda Guerra Púnica, que, tras diversos enfrentamientos, acabará en el 206 a.C. con la presencia cartaginesa en la Península Ibérica, con lo que este territorio quedará así expuesto al control romano. En el año 197 a.C. la República Romana dividió Hispania en dos provincias: la Citerior, en la que quedó integrado casi todo el territorio actualmente correspondiente a la provincia de Ciudad Real, y la Ulterior, en la que se integraría el área sudoccidental de nuestra provincia, que, básicamente correspondería con el ámbito del importante asentamiento del valle de Alcudia de Sisapo (Almodóvar del Campo).

El inicio de la fase de conquista y dominación romana provocó, lógicamente, una serie de cambios en los patrones de asentamiento, pues la organización del territorio se debía adaptar a las necesidades de la potencia conquistadora. De este modo, importantes núcleos de población oretanos situados en altura, como Alarcos o el Cerro de las Cabezas, perderán su protagonismo anterior, llegando a ser abandonados, aunque buena parte de su población muy probablemente se reubicaría en las áreas más llanas de sus entornos. Parece que en el caso del Cerro de las Cabezas el abandono se pudo producir en pocos años, mientras que en el cerro de Alarcos se constata la pervivencia de cierto poblamiento hasta el siglo I a.C. De forma paralela cobrarán protagonismo otros asentamientos como Oretum (Granátula de Calatrava), Laminium (Alhambra) o Mentesa Oretana (Villanueva de la Fuente).

De izquierda a derecha conquistas de Amílcar Barca en España; Máximo territorio controlado por los cartagineses en tiempos de Aníbal y conquista romana de España durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C. Fotos: Anábasis Histórica; Wikipedia