Más de doscientos años de referencias de su existencia en la localidad manzanareña

Desde hace más de doscientos años tenemos referencias de la existencia en Manzanares de la, por entonces denominada, Hermandad del Santo Sepulcro. Aunque no existen datos concretos del inicio de su actividad cofrade, ya a principios del siglo XIX aparecen datos de la misma. Se sabe que esta hermandad estaba compuesta por 33 hermanos (como paralelismo a la edad de Cristo en el momento de su pasión y muerte, y por lo que realmente su nombre oficial era Hermandad de los treinta y tres del Santo Sepulcro) y los penitentes de la misma vestían túnica negra con un cordón blanco en la cintura. Los hermanos procesionaban al Cristo Yacente en andas, sin sepulcro, teniendo su sede canónica en la que hoy es la ermita de San Blas, que fuese destruida por las tropas francesas en 1809, y donde la cofradía disponía de una capilla.

De finales del siglo XIX aún queda vestigios que pertenecen al patrimonio histórico de la Hermandad. Así, tenemos el Sepulcro donde actualmente se guarda la imagen de Jesús, durante las procesiones, y que fue donado en 1885 por Dª. Miguela Sánchez-Blanco González-Calero y que fuera adquirido por la nada desdeñable cantidad para la época de 6.000 reales. Unos años después, en 1892, Doña Mercedes de Forcallo, esposa del Marqués de Salinas, donó la mantilla que lució el día de su boda y que hoy cubre la imagen de Cristo.

Izq.: Imagen antigua de la Hermandad en Estación de Penitencia. Centro: Capilla Virgen de la Soledad. Dcha.: El estandarte de Nuestra Señora de la Soledad.

En las primeras décadas del siglo XX las hermandades existentes mantuvieron viva la llama de las celebraciones de la Semana Santa bajo la promoción de la Iglesia Católica que desarrollaba un papel activo en la sociedad frente a los diferentes movimientos progresistas que iban surgiendo a los que se les consideraba como peligrosos para el mantenimiento de ciertas tradiciones.

En los años treinta, del pasado siglo, la sociedad española se ve inmersa en una época de confrontación en la que muchas cofradías desaparecieron y, con la Guerra Civil, la actividad cofrades quedó reducida a mínimos. Tras la contienda, la Semana Santa se convierte en una conmemoración de la Pasión con un sentimiento de pobreza y penitencia. Las cofradías intentaron recuperar la brillantez perdida con nuevas imágenes y más procesiones. Aparecieron nuevas cofradías y algunas antiguas se reorganizaron.

El 1 de marzo de 1943, las hermanas Cayetana y Paquita Criado compraron el Cristo yacente actual, a la firma Valentín Caderot de Madrid, al haberse quemado la imagen antigua en 1936.
El 10 de Abril de 1955, se refunda la Hermandad siendo el Hermano Mayor D. Felipe López, y se suceden años de frenética actividad. En 1961 se nombra Hermano Mayor Perpetuo al Alcalde del Excmo. Ayuntamiento, recayendo este nombramiento honorífico como alcalde a D. Agustín Serrano. En 1962 los hermanos pagaban 2 pesetas como cuota y los nuevos debían pagar 5 pesetas.
En el año 1966 se reforma la Hermandad quedando como en la actualidad: túnica y capirote negro, fajín y capa de color hueso con escudo de la Cruz de los Caballeros del Santo Sepulcro, guantes y zapatillas en color negro con hebilla cromada y farol dorado.

Izq.: Casa de la Hermandad. Dcha.: Cruz de Guía de la Hermandad en su estación de penitencia.

Llegada la década del ochenta del pasado siglo XX nuevos acontecimientos refuerzan la importancia social y religiosa de la Hermandad. En septiembre de 1981 se legalizan sus Estatutos que son firmados por D. Rafael Torija, como Obispo de la Diócesis, y por los miembros cofrades miembros de la Junta: D. Miguel Barberán, D. Roque Pinilla y D. Domingo Noblejas. En abril de 1983 se adquiere el local de la Casa Hermandad situado en la calle Orden de Santiago 11, cerca de la ermita de San Antón en Manzanares. Además, la imagen de la Virgen de la Soledad se compró en Madrid el año 1984, de autor anónimo, a la firma Santa Rufina de Madrid y el manto de terciopelo que la cubrió fue confeccionado por las Carmelitas Descalzas de Daimiel.

En los últimos años del siglo XX, con la cercanía de la celebración del segundo siglo de historia de la Hermandad, se llevan a cabo varios cambios, así en la Semana Santa de 1992 salió por primera vez el palio de la Virgen que había sido confeccionado por la familia López Callejas y Antonia Espinosa, siendo los varales de ese palio realizados en los talleres de D. Ramón Orovio de la Torre en Torralba de Calatrava. Unos años después se lleva a cabo las reformas de los pasos de la Virgen y del Cristo (1995) para ser portados en andas; actualmente son llevados por 60 anderas el paso de palio de Nuestra Señora de la Soledad y 50 hombres el paso del Sepulcro de Nuestro Señor Yacente.

Justo en el año 2000, se estrenó el trono del Cristo Yacente, con un canasto tallado en madera de haya y envejecido con betún de judea por el escultor de Menasalbas D. Antonio Sánchez Sánchez.
Las dos imágenes titulares, Ntra. Sra. de la Soledad y el Cristo Yacente, fueron restauradas por el imaginero sevillano D. José María Leal Bernáldez en los años 2007 y 2008.

Izq.: Las tradicionales “manolas” acompañando la procesión del Viernes Santo. Centro: Instantánea del capataz del anda de La Soledad llamando a sus anderas. Dcha.: El titular de la Hermandad en el altar para su veneración durante la Semana Santa 2021.

La sede canónica de la hermandad es la Iglesia de la Asunción, donde recibe culto el titular de la hermandad en la capilla que comparte con la Virgen de los Dolores. Además de la Estación de Penitencia que la cofradía celebra todos los Viernes Santo por la tarde desde los primeros años del actual siglo XXI se celebra una Exaltación Cofrade.

Tras los años de ausencia de estación de penitencia por las calles, la hermandad espera con anhelo la llegada de un próximo Viernes Santo donde la normalidad se refleje en los redobles de tambor para marcar el paso de anderos y anderas, la llamada de campana, la música triste de instrumentos sobrecogidos, del aplauso a las levantas, de manolas perennes, de la representación de todas las hermandades manzanareñas que comparten el amor cofrade,…

Texto: Ángel Martín-Fontecha Guijarro
Fotos: Hermandad/José Antonio Romero Gómez-Pastrana