Cerca de 450 años de la fundación de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Valdepeñas que cuenta con cientos de acontecimientos históricos

La advocación mariana a la Virgen de la Cabeza surge tras la aparición de la Virgen María en el cerro del Cabezo de Andújar (Jaén) al pastor Juan de Rivas en 1227. A mediados del siglo XVI, en los libros capitulares de la Cofradía de Andújar, se encuentra inscrita la hermandad valdepeñera.


Las referencias documentales confirman la participación en Andújar, hace más de 400 años, de la cofradía valdepeñera cuando los gremios de pastores y arrieros locales se organizaban para presentar ante la “Morenita” su ofrecimiento. Y así, en una tradición romera secular, partían de la localidad para, a lomos de burros y mulas y en enjaezadas carretas, seguir uno de los ramales históricos del Concejo Nacional de la Mesta, que cruzaba el Campo de Calatrava, e internarse en el Reino de Jaén.

Izq.: Junta de la Hermandad en 1965, presidida por Don José Rodero Crespo. Centro: Apunte del libro capitular de la Cofradía de Andújar (siglo XVI) donde se refleja la inscripción de la Cofradía de Valdepeñas. Dcha.: Estreno del popular “manto verde” de la Virgen gracias a las limosnas del pueblo (1975).


A mediados del siglo XVII vemos al párroco local Don Bernardo de Quintanilla, del hábito de Calatrava, y en cuyo testamento se recogen varias fundaciones y mandatos de carácter piadoso. Uno de ellos nos habla de la creación de una Capellanía dotada con doscientos reales anuales, con la obligación de decir misa rezada los días de fiesta y domingo de cada año en la ermita de Ntra. Sra. de la Cabeza, “sita extramuros de esta villa”.


La referencia a la ermita y los detalles de esta herencia pía nos dan idea de la importancia del culto a esta advocación en la localidad. Además en el testamento se ordena que otra parte del caudal se invierta en la decencia y reparos de su ermita y que otra parte sea destinada para “el culto y adorno de Ntra. Sra. de la Cabeza”. Además se ordena que se le confeccione a Nuestra Señora “un vestido de gala con rostrillo” y para ello donó cuatro varas y media de seda bordada a la francesa.


En 1656 se actualizan las ordenanzas de la cofradía donde además de indicar los mecanismos de funcionamiento de la misma se señalaba como jornada festiva el día de la Descensión de Nuestra Señora el 25 de enero y se señala al Excelentísimo Marqués de Santa Cruz como bienhechor de la cofradía.

Izq. y centro: Estado de la ermita de la Virgen de la Cabeza tras la Guerra Civil y en su reinauguración en 1950. Dcha.: La Junta Directiva en la puerta de la emita junto a la Virgen de la Cabeza con motivo de las Fiestas de Agosto.


El esplendor de la cofradía valdepeñera se demuestra cuando en 1690 se decide ampliar la ermita gracias a las limosnas de todo el pueblo. En 1714 el camarín de la virgen es decorado con frescos del pintor ciudadrealeño Don Alberto Lizcano del Prado y en el altar mayor había un retablo presidido por las imágenes de Nuestra Señora, San Joaquín y Santa Ana. Durante todo el siglo XVIII son numerosas las donaciones a la Virgen de la Cabeza en cumplimiento de promesas o por la devoción a su imagen.

En 1771 una demanda general “por la falta de normalidad en la romería a Ntra. Sra. de la Cabeza de Sierra Morena” hizo que algunas cofradías desaparecieran, como fue el caso de la de Valdepeñas, hasta que unos años después (en 1778) se reorganizara.
Durante la Guerra de la Independencia la ermita quedó notablemente dañada hasta que en 1814 se inician los trabajos de reparación gracias, entre otras aportaciones, a la donación de joyas y una onza de oro en el testamento de Doña Francisca Domingo-Valiente Rodríguez-Caro. En 1836 con la Desamortización de Mendizabal la cofradía valdepeñera desaparece hasta que unas décadas después fuera nuevamente reorganizada (1870).


A finales del siglo XIX la feria local se celebraba los días 7, 8 y 9 de agosto coincidiendo con la festividad de la Virgen de la Cabeza. En 1911, tras la inauguración de la Parroquia del Santo Cristo de la Misericordia, la ermita y Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza, entra a formar parte de la misma.

Antigua imagen de Nuestra Señora de la Cabeza y estado actual de la misma.


La Guerra Civil provoca la supresión más larga de la hermandad. Habría que esperar a 1965 para que un grupo de vecinos reorganizaran la hermandad “para el mantenimiento, culto y fiestas en honor de nuestra Señora”. Desde entonces se han sucedido en la presidencia de la Hermandad: Don José Rodero Crespo, Don Aurelio Martín Perona, Don Antonino Marín Ruíz y Don Juan García García. El salto del siglo XX al XXI se da siendo la Hermana Mayor Doña Juana de la Torre Simón (hasta 2011) a la que sucedió Don Jesús Díaz Rodríguez (2012-2014) y posteriormente la presidenta actual Doña Josefa Fernández Ruíz.


Desde hace unos años la hermandad también pertenece a la nómina local de hermandades de Semana Santa procesionando la imagen de la Virgen de la Cabeza, sin el Niño Jesús y bajo palio, el Domingo de Resurrección junto con Jesús Resucitado, Santa María Magdalena y los Ángeles Gloriosos.


Se acerca el 450 aniversario de la fundación de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza en Valdepeñas. Cientos de acontecimientos históricos, supresiones y reorganizaciones, fieles que con su devoción han mantenido una fe local secular… La antigua Cofradía es hoy la Hermandad de la Virgen de la Cabeza y Jesús Resucitado manteniendo el fervor en la organización de las fiestas gloriosas a la Virgen, de los actos penitenciales y de diferentes cultos religiosos; porque la fe y la historia se aúnan bajo una advocación mariana tan asentada en el sentir popular de la villa de Valdepeñas.


Texto: Ángel Martín-Fontecha
Fotos: Hermandad Virgen de la Cabeza