“Hablando con” es un espacio creado por Oportunidades y Estrategias para compartir con protagonistas especiales de nuestra vida profesional ideas, momentos y filosofías, para generar opinión respecto de las habilidades que mejoran el desempeño de las personas en el entorno laboral. En esta ocasión hablamos con Antonio José Moreno López, profesor de historia y colaborador del programa “Cuarto Milenio”, con el que hablamos sobre la importancia de las habilidades en los jóvenes, la importancia de la comunicación y algunas reflexiones de su libro “Diario de un Optio en Hispania”.

Pregunta.- Comunicador, escritor, profesor de historia, periodista… ¿Quién es Antonio José Moreno y como has llegado hasta aquí?
Respuesta.-
Antonio José Moreno es una persona curiosa, una persona que siempre va buscando nuevos retos, que no se amilana fácilmente y que siempre le encuentra una perspectiva diferente a las cosas o así lo pretendo desde que era muy pequeño.


P.- Me gustaría que nos contaras de manera explícita, ¿que hace la historia por las habilidades de aquellos con los que convives diariamente?
R.-
La historia, por activa y por pasiva, consciente e inconscientemente, hace cosas por ellos. La historia les da una perspectiva, les abre muchísimo el zoom, tanto personal como contextual y, sobre todo, cuando ese niño o ese adolescente se convierte en un adulto te dice “ahora entiendo eso que dijiste”, o “he leído un libro en el cual he visto algo que tú ya me pusiste enfrente”… La historia también les da un revulsivo, todos somos historia.


P.- Hablar, comunicar, escribir, narrar… ¿es una habilidad interesante para experimentarla?
R.-
Absolutamente. Creo que escribir es un aliciente y es una terapia. Escribir me encanta y siempre llevo, como a mí me gusta decir, “un cuaderno de campo” donde voy tomando notas, hago mis croquis… pero también me gusta el parpadeo del ordenador, escribir en la madrugada… Me parece que esa ambivalencia es la que da la creatividad de un escritor.


P.- Esta es una generación que hablan de magníficamente preparada. Pero, ¿solo en conocimientos, o crees que están recibiendo enseñanzas suficientes para ser o tener habilidades?
R.-
Experiencia decían hace unas décadas. Nuestros alumnos no solo tienen que recibir una base teórica, que por supuesto es fundamental, tienen también que arriesgarse, tienen que equivocarse. Del aprendizaje, del error y de la experiencia también se aprende.


P.- ¿Por qué televisión?, ¿por qué Cuarto Milenio? y, sobre todo, ¿con que pasión estas disfrutando esos momentos?
R.-
Con vértigo, con una fascinación increíble y con un referente que me ha acompañado siempre que es el de aprender mucho. La primera vez que saludé a Iker Jiménez parecía un niño en una juguetería o en un parque temático, estaba fascinado, estaba sorprendido, era el sueño de un niño que escuchaba radio, que escuchaba al Doctor Jiménez del Oso, Antonio José Alés… y que luego ya, con otra edad, iba por estas ciudades cercanas a Madrid y a Ciudad Real viendo los programas de este gran comunicador. El entusiasmo que tiene se contagia.


P.- ¿Que les aconsejarías a esas personas para que dieran esos pasos para tener el éxito?
R.-
Algo que yo intento, y a veces hasta consigo, es la verdad, que lo que estés haciendo realmente te llene, que ese Pepito Grillo que todos tenemos en algún momento y que nos susurra le escuchemos y dejarnos llevar. Cuando vas con la verdad, además de la experiencia, de tus errores, de tus anécdotas, de tus situaciones vitales… la gente lo agradece muchísimo.


P.- Eres profesor de historia, ¿dónde están aquellos o aquellas que quizás históricamente hablando has pensado que pueden ser personas de refugio en cada uno de nosotros para encontrar en ellos liderazgo, entusiasmo, pasión, conexión, respeto…?
R.-
Tengo dos referencias, una masculina y otra femenina. Una es Sir Winston Churchill, que curiosamente me encanta una de sus citas que dice “he planificado excelentemente esta improvisación”. Una persona que nos enseñó que detrás de un puro había también grandes cosas. Mi referencia femenina es Jane Goodall, una etóloga que ya en su momento me pareció una revolucionaria, una mujer que se enfrentó a la sociedad más científica de la época porque planteó algo increíble, que los chimpancés tienen una vida social.


P.- En tu libro, en el capítulo que se titula ‘La dignidad de lo anónimo’ dice: “Los grandes hombres son como las más hermosas flores, crecen a pesar del estiércol que echan sobre ellos los envidiosos y los imbéciles”. Hablas coloquialmente en citas de adjetivos que no pasa nada porque utilicemos para dignificar al ser humano. ¿Qué te dicen estos calificativos tan maravillosos que leo de vez en cuando en sus citas?
R.-
Se pueden usar y se deben usar, por favor, con todo el respeto. Si algo tenemos es nuestro gran diccionario de la Real Academia de la Lengua es que tenemos un castellano que es riquísimo, amplísimo y que estamos encorsetando.


P.- Tu libro, tu televisión… ¿y tu radio?
R.-
Mi querida radio. Fueron 10 años maravillosos como coordinador de medios de comunicación. La radio tiene algo especial, un micrófono, tus cascos y la responsabilidad de saber que de uno a muchos millones de personas pueden que estén al otro lado. Yo sigo haciendo podcast en casa, es genial, todo se diluye, se genera magia, el tiempo se para y lo disfrutas.


P.- ¿Que es el éxito si es que existiera? o ¿si lo perseguimos cuando lo logramos?
R.-
El éxito, dándote dos referentes, coherencia e integridad. Y últimamente que he oído mucho eso de “sales en la televisión, eso es mucho éxito”. No, yo siempre tengo una frase de referencia desde hace mucho tiempo que es, como decía el sabio, “recuerda quién eres, respeta a los demás y está siempre agradecido las personas”, esa es mi conciencia de lo que es el éxito, seguir siendo el mismo.

Hablando con Antonio J. M. López – YouTube