Gracias a la recreación que realizaba la Asociación Folclórica Virgen de las Cruces, junto con la ponencia e investigación realizada por el historiador del arte Jesús Sánchez Mantero. Teoría y práctica se unieron la noche del jueves y viernes para poner en valor este Baile de Ánimas como parte patrimonial inmaterial y cultural de la localidad. Una celebración desparecida hace más de 130 años en Daimiel y que lograba aglutinar a más de 200 personas entre ambas citas.

BAILE ÁNIMAS[dropacp]E[/dropcap]l Espacio Fisac se convertía en una casa del siglo XIX para acoger el tradicional Baile de Ánimas que solía preceder al Carnaval daimieleño. Cerca de 30 componentes con todo lujo de detalles, pertenecientes a la Asociación Folclórica Virgen de las Cruces, se afanaron en la recreación y en la puesta en escena de una celebración desaparecida hace más de 130 años. A ella acudía el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, y varios miembros de la Corporación, junto a más de un centenar de daimieleños que no quisieron perderse esta cita con la historia viva de un pueblo.

Federico ofrecía 20 reales por bailar con Eladia, y ella, como manda la tradición, le correspondía bailando una jotilla y también con alguna que otra sonrisa. Lo mismo hizo Hermenegildo con Úrsula o Fermín y Teresa, y es que en estos bailes los mozos invertían sus ahorros por bailar con las muchachas y así divertirse o quizá encontrar el amor. Pero sobre todo, era un baile con el objetivo claro de recaudar fondos para las Ánimas Benditas y así poderles dedicar una misa o colocar velones en su altar.

Un hecho que encarecidamente remarcó el subastero y encargado de emparejar a los allí presentes según avanzaba la noche. También Don Felipe, dueño de la casa, tuvo palabras para la Ánimas o para dar alguna que otra noticia como el casamiento de su hermana Amparo, por lo que ofreció un duro de plata y convidó a todos a bailar un fandango.

Entre jotas, manchegas, pujas, chascarrillos y danzas se sucedió esta primera recreación del Baile de Ánimas, donde al final parte del público también pudo participar de dicho baile y de la diversión al son de la música tradicional. Puesta en escena que también se trasladaba a las calles de Daimiel, donde minutos antes de que comenzara este festejo la cofradía de “Los Rotos” anunciaba dicho baile al son del tambor y con grandes banderas, ante la sorpresa de muchos vecinos que desconocían de esta celebración y recreación.

Ponencia e Investigación sobre el Baile de Ánimas

La recuperación del Baile de Ánimas comenzó a tomar forma la noche del jueves en el patio del Museo Comarcal con la ponencia e investigación que impartía el historiador del arte Jesús Sánchez Mantero. Más de ochenta personas, entre los que se encontraba el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra y varios miembros de la corporación, se dieron cita para atender a la rigurosa exposición de Sánchez Mantero en la que el objetivo primordial ha sido “poner en valor del Baile de Ánimas como parte del patrimonio inmaterial y cultural de Daimiel”.

Una investigación que nacía el pasado 2015 a raíz de la ponencia que el propio Sánchez Mantero impartí sobre “La Máscara Guarrona de Daimiel” en las III Jornadas de Historia. Una charla en la que despertó el interés por parte de algunos miembros de la Asociación Folclórica acerca de este baile y que de manera conjunta han trabajado para la recuperación del mismo.BAILE de ÁNIMAS

En este sentido, el historiador aludía a los escasos escritos encontrados al respecto, pero a raíz de la documentación encontrada en el Archivo Municipal daimieleño se ha conseguido reproducir de manera fidedigna como era la celebración de este evento con un más que evidente componente de música popular compuesto por jotas, fandangos y malagueñas.

Es a partir de varias crónicas encontradas en el periódico El Eco de Daimiel donde Sánchez Mantero ha podido basar gran parte de su investigación, concluyendo que “estos bailes de ánimas, también llamados de puja porque los mozos pujaban por bailar con las jóvenes que deseaban, se realizaban en Daimiel los días previos al carnaval y eran organizados por Las Concordias, una especie de asociaciones vecinales, donde uno de sus miembros se encargaba de custodiar los trofeos o insignias de su asociación y organizar este baile que tenía como objeto último aportar donativos para las Ánimas Benditas y poder dedicarles una misa con lo recaudado”.

Un trabajo de investigación conjunto, donde Sánchez-Mantero agradecía la implicación y apoyo de la asociación Virgen de las Cruces, anunciando la posible edición de una publicación que recoja todo el trabajo realizado por ambos.